Mazón se ha convertido en un problema grave para Feijóo. En los últimos cuatro meses, el líder del PP ha mantenido su respaldo al presidente de la Generalitat pese a su nefasta gestión en la riada del 29 de octubre, pero poco a poco ese apoyo se va diluyendo. A ese enfriamiento de relaciones ha contribuido la investigación abierta por la jueza de Catarroja, Nuria Ruiz, que ha puesto en la diana al máximo dirigente del Consell valenciano. “Las competencias para decretar la alerta roja eran autonómicas”, ha venido a decir la titular del juzgado, que prosigue con las pesquisas.
Otro aspecto que tensa las relaciones entre Génova y Valencia es la reciente firma de un manifiesto por parte de un grupo de políticos afines al anterior presidente de la Generalitat, Francisco Camps, quien en su carta apuestan por recuperar la confianza de los valencianos en el PP y volver a ganar elecciones por mayoría absoluta. El documento ha caído como una bomba en el despacho de Mazón, que se siente traicionado en el peor momento para él, según le ha dicho a su entorno más cercano. La guerra entre mazonistas y campsistas es un hecho y mientras tanto Feijóo sopesa qué hacer. La lógica aconsejaría poner orden, en primer lugar, cesando al culpable de las negligencias que causaron 227 fallecidos por la dana, en este caso Mazón. Sin embargo, el líder de Génova no puede ponerse de parte de unos sin enemistarse con los otros, pese a que el PP levantino es un gallinero que amenaza con convertirse en un polvorín a punto de estallar. Y el gallego empieza a verse con las manos atadas. Él solo, con su obsesión por mantener a Mazón en el poder, se ha metido en un problema que empieza a tener mala solución.
Ha trascendido que Feijóo y Mazón hablan de forma habitual, pero hace ya algunos días que el gallego le ha dicho al valenciano que pase página, que deje de hablar del pasado, que aparque las mentiras y coartadas que no hacen más que perjudicar al partido. En definitiva, que cierre el pico cuando los periodistas le asaltan por la calle preguntándole dónde estuvo metido aquella tarde del 29 de octubre. Feijóo ha ordenado a su delfín del Turia que centre su discurso en el futuro, en la reconstrucción de Valencia, y que calle sobre todo lo demás. Mientras tanto, el propio Feijóo admite que “ni la Administración central ni la Administración autonómica han estado a la altura” ante la catástrofe, todo un tirón de orejas velado a la Generalitat dirigida por su barón regional. Prueba de que Feijóo no tiene claro qué va a hacer con el presidente valenciano es que cada vez que la prensa le pregunta sobre el tema evita confirmar a Mazón como futuro candidato en la Comunitat Valenciana. Pasa palabra ante el espinoso asunto.
Así las cosas, Mazón se encuentra en manos del destino, de una jueza diligente y de un congreso regional del partido que se celebraría en el mes de julio. Camps ha comenzado a reclamar la celebración de ese congreso, tal como marcan los estatutos, pero Génova recela de su convocatoria al entender que no sería una buena idea estando como está Mazón en el ojo del huracán. Además, los campsistas han exigido “que sean los militantes quienes elijan directamente su presidencia, dirección y equipos”. Es decir, un proceso de primarias que no es la norma habitual en el Partido Popular, ya que se trata de una formación política de estructura vertical sin demasiada tradición democrática en la elección de sus cargos.
Según informa La Sexta, “varios dirigentes populares creen que el barón alicantino caerá y ya estarían movilizándose para proponer un relevo. Los nombres que más suenan son el de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y el de Juanfran Pérez Llorca, portavoz del PP en Les Corts. Este movimiento en silencio podría provocar una grieta entre las familias de los populares valencianos, algo que estaría intentando evitar el líder del partido”.
Además, fuentes de Génova admiten que van enterándose por la prensa de muchos de los giros de guion y versiones contradictorias sobre la dana que ha fabricado Mazón en las últimas semanas, seguramente como estrategia de defensa, ya que es más que probable que la jueza lo cite a declarar para que explique cómo fue su gestión al frente del mando único del Cecopi. Sobre la mesa, de momento, no está la posibilidad de crear una gestora para dirigir provisionalmente el PP valenciano, ni para adelantar elecciones. “Sería letal”, reconocen las citadas fuentes de La Sexta.
Desde la aparición en escena de Camps hasta la constitución de la gestora, pasando por la alternativa Catalá, todos los escenarios descolocan a Génova. Aunque, sobre todo, lo que más temor infunde ahora mismo es la celebración de unas elecciones anticipadas que, con Vox a alza, podrían ser letales para la formación. “Aguantar. No dimitir. Resistir. Centrarse en la reconstrucción”, ese es el mensaje que Feijóo está lanzando a esta hora. Pero los acontecimientos se precipitan y cada nuevo auto de la jueza de Catarroja es una bomba de relojería para el PP.