El informe presentado por Clean Cities, una campaña europea cuyo objetivo es promover la descarbonización del transporte urbano y que está formada por más de 160 organizaciones, entre las que se encuentran ECODES, Ecologistas en Acción, Conbici, ISGlobal, Salud por Derecho, CEAPA, Teachers for Future, Andando o la Plataforma de Infancia, analiza cómo de fácil y seguro es para niños y niñas caminar, ir en bici o desplazarse de forma autónoma por la ciudad. Se basa en tres indicadores clave: calles escolares, carriles bici protegidos y la implantación de límites de velocidad a 30 km/h.
En nuestro entorno, Barcelona es la ciudad mejor valorada, gracias a la apuesta del anterior equipo municipal por la pacificación del tráfico y la movilidad activa. En cambio, Madrid (26ª) y Zaragoza (28ª) obtienen notas muy bajas debido especialmente a la escasez de calles escolares y la falta de infraestructuras ciclistas seguras. Aunque en los últimos meses Madrid ha restringido el tráfico en algunas calles escolares, la mayor parte de las actuaciones enmarcadas dentro del plan de entornos escolares seguros se reducen a la señalización, vertical y horizontal, sin medidas efectivas para la pacificación del tráfico.
Calles escolares sin tráfico, carriles bici protegidos y limitación de velocidad urbana
El estudio se basa en tres indicadores que reflejan recomendaciones de organismos como Naciones Unidas, la OMS o la OCDE, adaptados especialmente para proteger a la infancia. Por un lado las calles escolares. Analiza las restricciones permanentes o a la hora de entrada y salida de clases, y la regulación del tráfico en torno a escuelas primarias para mejorar la seguridad vial, reducir el ruido y la contaminación, y fomentar los desplazamientos activos. Londres destaca con más de 500 calles escolares; París y Milán también figuran entre las primeras. Barcelona dio un gran paso en este apartado, con el programa Protegim Les Escoles, aunque solo un 4.5% de las escuelas están situadas en calles escolares y el actual equipo municipal ha parado el programa. Madrid y Zaragoza tienen mucho por hacer aún. Madrid ha señalizado muchas de estas calles, pero en el 99% de ellas la actuación no contempla la restricción de la circulación de coches, ni siquiera de forma temporal.
Otro de los indicadores es el número de carriles bici protegidos: París y Helsinki disponen de redes que cubren casi la mitad de su infraestructura viaria (48%). Copenhague les sigue con un 43%. Las tres ciudades españolas obtienen una puntuación baja en este apartado. No se han considerado los ciclocarriles, ni los carriles que no tengan una clara separación y protección de los coches. El informe considera que es necesario carriles protegidos para permitir la movilidad infantil segura, y autónoma.
En limite de velocidad a 30 km/h París lidera también en este aspecto, con el 89% de sus calles limitadas a esa velocidad, seguida de Bruselas y Lyon. Madrid figura entre las ciudades con más cobertura, pero no logra remontar por sus carencias en los otros dos ámbitos. En el caso de las tres ciudades españolas, obtienen buena puntuación en ese apartado, gracias al cambio en el Reglamento de Circulación de 2021, que convirtió casi el 80% de las vías urbanas en calles 30. Madrid restringe a 20 km/h la circulación en las calles escolares, aunque las familias y docentes insisten en que no hay mecanismos de control de esta limitación, por lo que muchas veces se incumple, poniendo en riesgo a los usuarios más vulnerables de la vía pública.
París y Londres sorprenden, Copenhague y Roma decepcionan
París encabeza el ranking gracias a su extensa red de carriles bici protegidos, límites de velocidad a 30 km/h en el 89% de sus calles y nuevas zonas de tráfico restringido cerca de escuelas. Londres destaca por sus 525 calles escolares, la mayor cifra de Europa. Ciudades tradicionalmente ejemplares como Copenhague (11ª) o Roma (32ª) caen posiciones debido a su falta de renovación en materia de seguridad y accesibilidad infantil.
España: luces y sombras
El informe resalta la disparidad entre ciudades: mientras Barcelona ha implementado medidas que han hecho que progrese en la clasificación, otras capitales como Madrid o Zaragoza suspenden. Aunque Madrid tiene una buena cobertura de calles 30, gracias al cambio en el Reglamento de Circulación aprobado en 2021, apenas ha avanzado en la creación de entornos escolares seguros o infraestructura ciclista segura, claves para una movilidad infantil autónoma. Hay que destacar también la enorme diferencia entre distritos, con barrios en los que sí es más posible una movilidad infantil activa y autónoma, y barrios en los que resulta una utopía. Esto tiene una implicación muy directa en la calidad del aire que respiran los niños y niñas, como se demuestra en el informe sobre calidad del aire en entornos escolares realizado por Ecologistes en Acció y Revolta Escolar. De 53 escuelas analizadas en una campaña de ciencia ciudadana, cuatro de ellas superan los límites legales actualmente vigentes para el NO2, esto es, cuadruplican los límites recomendados por la OMS.
Durante este mes de mayo, cientos de escolares, familias y equipos docentes están organizando actividades para reclamar Calles Abiertas para la Infancia, en el marco de la campaña europea Streets for Kids, en coordinación con cientos de iniciativas locales por toda Europa. En España las actividades principales tendrán lugar el día 23 de mayo aunque desde el pasado 5 de mayo ya suceden actos lúdicos y reivindicativos por todo el país.
Estas iniciativas ciudadanas reclaman más espacio y autonomía para la movilidad infantil, un cambio significativo en la movilidad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y muy especialmente, mejorar la calidad del aire alrededor de los colegios. Según un informe recientemente publicado por Ecologistas en Acción, casi el 99% de 573 entornos escolares en campañas de ciencia ciudadana incumplen las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud respecto al dióxido de nitrógeno, un contaminante que sale del tubo de escape de los coches y que causa enfermedades pulmonares y cardiovasculares.