Conferencia de los Oceános de Niza: “Las buenas palabras deben traducirse en hechos”

La Conferencia de los Océanos culmina con un llamamiento común para ampliar la protección marina, frenar la contaminación, regular la alta mar y desbloquear la financiación para las naciones costeras e insulares vulnerables

16 de Junio de 2025
Actualizado a las 12:20h
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Organizado conjuntamente por Francia y Costa Rica, el UNOC3 reunió en Niza, en la costa mediterránea de Francia, a 15.000 participantes, entre ellos más de 60 Jefes de Estado y de Gobierno. | Foto:  Taryn Schulz
Organizado conjuntamente por Francia y Costa Rica, el UNOC3 reunió en Niza, en la costa mediterránea de Francia, a 15.000 participantes, entre ellos más de 60 Jefes de Estado y de Gobierno. | Foto: Taryn Schulz 

El resultado de la conferencia, conocido como Plan de Acción de Niza sobre los Océanos, es un marco de dos partes que comprende una declaración política y más de 800 compromisos voluntarios de gobiernos, científicos, organismos de la ONU y la sociedad civil desde la conferencia anterior.

Los compromisos presentados esta semana reflejan la amplitud de la crisis de los océanos. La Comisión Europea anunció una inversión de 1000 millones de euros para apoyar la conservación de los océanos, la ciencia y la pesca sostenible, mientras que la Polinesia Francesa se comprometió a crear la mayor zona marina protegida del mundo, que abarcará toda su zona económica exclusiva, unos cinco millones de kilómetros cuadrados.

Alemania puso en marcha un programa de 100 millones de euros para retirar municiones submarinas de los mares Báltico y del Norte. Además, Nueva Zelanda comprometió 52 millones de dólares para reforzar la gobernanza de los océanos en el Pacífico, y España anunció cinco nuevas zonas marinas protegidas.

Una coalición de 37 países liderada por Panamá y Canadá lanzó la Coalición de Gran Ambición por un Océano Tranquilo para hacer frente a la contaminación acústica submarina. Mientras tanto, Indonesia y el Banco Mundial introdujeron un Bono de Coral para ayudar a financiar la conservación de los arrecifes en el país.

Uno de los principales objetivos de la conferencia era acelerar los avances en el Tratado de Alta Mar, conocido como Acuerdo BBNJ, adoptado en 2023 para salvaguardar la vida marina en aguas internacionales. Se necesitan 60 ratificaciones para que entre en vigor. Durante la semana pasada, 19 países ratificaron el acuerdo, con lo que el número total hasta el viernes ascendía a 50.

El enviado francés aludía a la ausencia de una delegación estadounidense de alto nivel, así como a la reciente orden ejecutiva del presidente Donald Trump que promueve la minería en aguas profundas. “Las profundidades marinas no está en venta”, dijo, haciéndose eco de las declaraciones realizadas a principios de semana por el presidente Macron.

Sin embargo, Poivre d'Arvor hizo hincapié en el amplio acuerdo alcanzado en la cumbre. “Puede que falte un país”, dijo. “Pero el 92% de los ‘copropietarios’ estaban presentes hoy en Niza”.

Su homólogo costarricense, Arnoldo André-Tinoco, ministro de Asuntos Exteriores del país, instó a las demás naciones a acelerar la financiación para la protección de los océanos. “Cada compromiso debe rendir cuentas”, afirmó en la reunión de clausura de la conferencia.

Para Peter Thomson, enviado especial de la ONU para los Océanos, Niza marcó un punto de inflexión. “No es tanto lo que ocurre en la conferencia, sino lo que ocurre después”, recordando los primeros días de la defensa de los océanos, cuando se estableció por primera vez el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 14, sobre la vida bajo el agua.

De cara al futuro, la atención se centra ya en la Cuarta Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, que Chile y Corea del Sur organizarán conjuntamente en 2028.

Thomson expresó su esperanza de que para entonces se hayan ratificado y puesto en práctica los principales acuerdos mundiales, como el Tratado de la BBNJ, el Acuerdo sobre Subvenciones Pesqueras de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el futuro Tratado Mundial sobre el Plástico.

La cumbre de 2028 también marcará un momento decisivo, ya que el ODS 14 se acerca a su meta de 2030.

"¿Qué haremos cuando el ODS 14 alcance su madurez en 2030?” preguntó Thomson. "Obviamente, tiene que ser más ambicioso. Tiene que ser más fuerte". Subrayó que, mientras que el ODS 14 se había propuesto proteger el 10% de los océanos para 2020, objetivo que el mundo no alcanzó, el nuevo punto de referencia es el 30% para 2030.

A pesar del tono festivo, las tensiones persistieron. Los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo exigieron un lenguaje más contundente sobre las pérdidas y daños, es decir, los perjuicios causados por el cambio climático que van más allá de lo que las personas pueden adaptarse.

Otros, como el president Chaves de Costa Rica, pidieron una moratoria para la explotación minera de los fondos marinos en aguas internacionales hasta que la ciencia pueda evaluar los riesgos, una medida que no se incluyó en la declaración final.

Aun así, la declaración política adoptada en Niza, titulada Nuestro océano, nuestro futuro: unidos para una acción urgente, reafirma el objetivo de proteger el 30% de los océanos y la tierra para 2030, al tiempo que respalda marcos mundiales como el Acuerdo de Kunming-Montreal sobre Biodiversidad (adoptado en 2022, por el que las naciones se comprometen a detener e invertir la pérdida de naturaleza para 2030 mediante ambiciosos objetivos de conservación y una gestión sostenible de la biodiversidad) y los objetivos climáticos de la Organización Marítima Internacional.

“Las buenas palabras deben traducirse en hechos”

“La ratificación del Tratado Global de los Océanos está al alcance de la mano, pero los avances logrados en Niza parecen vacíos, ya que concluye sin compromisos claros para detener la minería submarina”, ha declarado Marta Martín-Borregón, responsable de Océanos de Greenpeace. “Es necesario que las palabras escuchadas en Niza se conviertan en acciones tangibles. Los países deben ser valientes, defender la cooperación mundial y hacer historia poniendo fin a la minería submarina este año. Pueden hacerlo comprometiéndose a una moratoria en la reunión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos del mes que viene. Aplaudimos a quienes ya han adoptado una postura e instamos a todos los demás a que se sitúen en el lado correcto de la historia, deteniendo la minería submarina.”

Y es que, tras esta Conferencia en Niza, la atención se centra ahora en las reuniones de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) que se celebrarán en julio. Ante la asociación de The Metals Company con Trump para explotar los océanos del mundo, la próxima ISA ofrece un espacio en el que los gobiernos pueden unirse para defender las profundidades oceánicas mediante la adopción de una moratoria que ponga fin a esta industria destructiva.

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