El 2024 inicia marcando un hito climático con enero registrando las temperaturas más elevadas desde que se tienen registros, tal como informa el Servicio de Cambio Climático (C3S) de Copernicus, perteneciente al programa espacial europeo. Este mes alcanzó una temperatura media global de 13,14 ºC, superando el promedio de enero del periodo 1991-2020 por 0,70 ºC y estableciendo un nuevo récord al exceder por 0,12 ºC el anterior máximo de 2020. Este fenómeno sitúa a enero 1,66 ºC por encima de la media preindustrial, enfatizando un continuo ascenso térmico.
Copernicus destaca que este enero es el octavo mes consecutivo en establecer un récord de temperatura para su respectivo mes, evidenciando una tendencia alarmante de calentamiento global. En Europa, se observó una disparidad térmica; el sur experimentó temperaturas significativamente superiores al promedio de las últimas tres décadas, mientras que el norte registró cifras inferiores. Esta variabilidad se extendió globalmente, con temperaturas por encima de lo usual en regiones como el oriente de Canadá y Asia central, contrastando con marcas menores en el occidente de Canadá y Siberia oriental.
El patrón de precipitaciones en enero también reflejó anomalías, siendo más húmedo de lo normal en zonas del norte y sudeste europeo, así como en amplias regiones de Estados Unidos y Eurasia. No obstante, España, el Reino Unido, y partes de Escandinavia y los Balcanes experimentaron condiciones más secas de lo habitual. Este escenario de sequías extendidas afectó igualmente a áreas fuera de Europa, incluyendo América del Norte y el Magreb, contribuyendo a eventos adversos como la expansión de incendios en Chile.
La vicedirectora de C3S, Samantha Burgess, enfatizó la gravedad de la situación, señalando que el reciente enero no solo rompe récords de temperatura sino que se inscribe en un periodo de doce meses con una anomalía térmica superior a 1,5 ºC respecto al promedio preindustrial. Burgess reitera que la mitigación efectiva del calentamiento global requiere reducciones rápidas y significativas en las emisiones de gases de efecto invernadero.
El 2023 se estableció como el año más caluroso a nivel global, según registros que datan desde 1850, con una temperatura media superficial que superó el récord previo de 2016. Este aumento de temperatura, especialmente notable en la segunda mitad del año, posicionó el promedio anual considerablemente por encima de los niveles de las últimas tres décadas y los preindustriales. Este patrón ascendente en las temperaturas subraya la urgencia de abordar la crisis climática, con acciones concretas hacia la sostenibilidad y la reducción de la huella de carbono global.