Representantes de la Asamblea Ciudadana para el Clima han entregado sus recomendaciones al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Para Greenpeace, este acto «no puede ser el cierre de la Asamblea, sino el inicio de una nueva fase, en la que el Gobierno tiene que tomarse en serio y llevar a la práctica las recomendaciones de la Asamblea, y poner en marcha más procesos de asambleas ciudadanas que maximicen la participación ciudadana en la lucha contra la emergencia climática».
La organización ecologista considera que hay líneas de trabajo del Gobierno «que es clave acelerar: la ciencia señala que para no superar el 1,5 ºC se deben reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para llevarlas a cero a mediados de siglo en todo el mundo, y que lo más urgente debe hacerse de aquí a 2030». Por ello, «España debe pasar del actual y exiguo objetivo de reducción del 23% a un 55% en 2030 respecto a 1990«.
Esos objetivos más ambiciosos exigen una transformación profunda y urgente de los sectores con mayor responsabilidad en las emisiones, como son el energético, el transporte y el alimentario. Así lo explicó la directora de Greenpeace, Eva Saldaña, durante su participación en el comité de personas expertas que ha asesorado a la Asamblea.
“La ciudadanía que ha participado en la Asamblea es sin duda merecedora del Premio Extraordinario de Medio Ambiente de acción por el clima que el Gobierno le concede hoy, en reconocimiento al valioso esfuerzo realizado por personas que, por su diversidad, representan una muestra de las preocupaciones de la población por la emergencia climática”, ha señalado Saldaña.
“Pero la responsabilidad del Gobierno va mucho más allá y no puede pretender dar carpetazo a la asamblea con estos actos, sino partir de esta experiencia para profundizar en la democracia participativa, con nuevas convocatorias de asambleas ciudadanas a las que se dé el protagonismo necesario que contagie al resto de la sociedad y que a esta se le ha negado”.
Más asambleas ciudadanas
Greenpeace considera necesario realizar más asambleas ciudadanas, tanto a nivel estatal para profundizar en muchas de las medidas y para seguir produciendo recomendaciones adaptadas a la realidad que cambia constantemente, como a nivel autonómico y local, para también proponer medidas a esas escalas. Estas nuevas asambleas también deben estar especializadas en determinados sectores para poder profundizar y concretar las propuestas. Además, será totalmente necesario aumentar su visibilidad pública y fomentar un mayor intercambio con la sociedad durante el proceso de la asamblea, para que el conjunto de la ciudadanía sea consciente del proceso que se está realizando y pueda aprender y participar en él.
Objetivos concretos y ambiciosos
Otras mejoras necesarias son que tengan objetivos concretos y ambiciosos acordes al consenso científico, que haya una participación amplia y abierta de la ciencia, que tengan capacidad para designar portavoces durante el mismo proceso y convocar a personas expertas de forma autónoma, crear mecanismos que faciliten la comunicación entre las personas participantes en la asamblea y el resto de la sociedad, y asegurar un funcionamiento más transparente, por ejemplo haciendo públicos documentos de trabajo.
“Hemos vivido una primera experiencia de la que se extraen muchos aprendizajes, pero la principal es que tiene que haber más asambleas ciudadanas y que el gobierno tiene que actuar en consecuencia”, ha añadido Eva Saldaña. “La ciudadanía ha lanzado un mensaje claro al presidente del Gobierno para que dedique su atención a las cuestiones importantes que se ven amenazadas por el cambio climático, como la salud, con mucho foco en las personas más vulnerables, y han pedido un pacto de estado para que esas prioridades estén por encima de los vaivenes políticos. Compartimos su insistencia en que esto sea solo el comienzo de algo que tenga mucho más impacto. Estudiaremos con atención las recomendaciones que ha presentado la Asamblea, para valorarlas como se merecen”.