Los nuevos datos publicados por la ONU indican que los gases de efecto invernadero han alcanzado una cifra récord una vez más, sumándose a los récords que se registran desde hace años, año tras año, condenando el planeta a décadas de aumento de las temperaturas.
Esta noticia demuestra una vez más que se necesitan medidas urgentes y no palabras por parte de los principales contaminadores del mundo para protegernos a todos del cambio climático, ha advertido la Organización Meteorológica Mundial (OMM), autora del informe.
El llamamiento se produce en un momento en que los líderes mundiales se preparan para reunirse el mes que viene en Bakú con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en medio de las reiteradas advertencias del Secretario General de las Naciones Unidas y otras agencias de la ONU sobre el coste humano de ignorar esta crisis existencial.
Haciéndose eco de los llamamientos efectuados desde hace tiempo por António Guterres, la secretaria general adjunto de la OMM, Ko Barrett, declaró a los periodistas que el dióxido de carbono (CO2), uno de los tres principales gases de efecto invernadero, junto con el metano y el óxido nitroso, se acumula actualmente en la atmósfera «más rápidamente que en ningún otro momento de la existencia humana». Debido a la vida extremadamente larga del CO2 en la atmósfera, «estamos abocados a un aumento de las temperaturas durante muchos, muchos años», añadió.
El Boletín de Gases de Efecto Invernadero de 2024 de la OMM ofrece un duro recordatorio científico de la necesidad de frenar el aumento de los niveles de CO2.
Espectacular aumento en solo 20 años
En 2004, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera era de 377,1 partes por millón (ppm), mientras que en 2023 alcanzó las 420 ppm, según la Red de Vigilancia de la Atmósfera Global de la OMM. «Esto supone un aumento de 42,9 partes por millón, es decir, un 11,4% en sólo 20 años», explicó Barrett.
«Esto es más que estadísticas», insistió la jefa adjunta de la OMM. «Cada parte por millón importa, cada fracción de grado de aumento de la temperatura importa; importa en términos de velocidad de retroceso de glaciares y hielos, de aceleración de la subida del nivel del mar, de calentamiento y acidificación de los océanos. Importa en términos del número de personas que estarán expuestas al calor extremo cada año, la extinción de especies, el impacto en nuestros ecosistemas y economías».
Entre los principales fenómenos productores de gases de efecto invernadero se encuentran los incendios forestales y el fenómeno meteorológico de El Niño, que alimentó unas condiciones más secas y un «repunte» de las concentraciones de gases a finales de 2023, según la OMM. Su análisis muestra que algo menos de la mitad de las emisiones de CO2 permanecen en la atmósfera, algo más de una cuarta parte son absorbidas por el océano y algo menos del 30% quedan retenidas en la tierra.
El papel clave de los incendios forestales
La responsable científica de la OMM, Oksana Tarasova, describió los incendios forestales del año pasado en Canadá como «absolutamente dramáticos» en cuanto a la cantidad de gases de efecto invernadero producidos.
Los niveles actuales de CO2 no se han visto «en la historia de la humanidad», afirmó. «La última vez que vimos 400 partes por millón de CO2 fue hace entre tres y cinco millones de años, y durante ese tiempo la temperatura era entre tres y cuatro grados más cálida» y el nivel del mar entre 10 y 20 metros más alto.
El informe de la OMM señala que entre 1990 y 2023, el forzamiento radiativo, es decir, el efecto de calentamiento de nuestro clima provocado por los gases de efecto invernadero, aumentó un 51,5%. El CO2 representó más del 80% de este aumento, según los datos del Índice Anual de Gases de Efecto Invernadero de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Relación tóxica
«Mientras continúen las emisiones, los gases de efecto invernadero seguirán acumulándose en la atmósfera, lo que provocará un aumento de la temperatura global», declaró la agencia de la ONU. «Dada la vida extremadamente larga del CO2 en la atmósfera, el nivel de temperatura ya observado persistirá durante varias décadas incluso si las emisiones se reducen rápidamente a cero neto».
Preguntado sobre si cabe esperar que la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático produzca compromisos tangibles por parte de los países, la secretaria general adjunta de la OMM señaló que los políticos de todo el mundo hacen referencia a las últimas conclusiones y previsiones científicas sobre el clima en sus declaraciones públicas.
«Así que creo que están escuchando, la cuestión es hasta qué punto veremos que esto se manifiesta en la COP29», dijo.
Barrett señaló que las medidas adoptadas a nivel nacional para la transición a una «economía con menos combustibles fósiles» son de enorme importancia para salvaguardar a las generaciones futuras.
«Aunque haya un desfase y las temperaturas vayan a subir, no hay que disuadirnos de actuar», dijo, «porque habrá una transformación y una tendencia a la baja de la temperatura en el futuro. Todo depende de lo rápido que actuemos y de lo rápido que podamos reducir esas temperaturas».