La Asociación Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar ha elevado una queja a la Comisión Europea para que adopte medidas respecto al estado de desecación que han experimentado, en las últimas semanas, Las Salinas de la albufera de Cabo de Gata, un humedal adaptado por el hombre para la obtención de sal desde tiempos de los fenicios.
El humedal es un punto estratégico y de vital importancia en las rutas migratorias de aves entre los continentes africano y europeo, por lo que su conservación es esencial. En las salinas de Cabo de Gata la aves descansan durante unos días para realizar el salto con el que atraviesan el mar Mediterráneo hacia África, en otoño, o llegan a descansar después de haberlo atravesado en sentido contrario, de vuelta al continente europeo, en primavera. Además, también nidifica un importante número de aves que encuentran unas adecuadas condiciones para mantenerse sedentarias o llegan a la zona pasado el invierno.
El agua de las salinas se toma al pie de un acantilado situado al sureste de La Fabriquilla en la zona conocida como el Ancón de Cabo de Gata. En el punto de captación existen unas balsas y diques que se llenan de agua cuando sopla viento de poniente y el oleaje es suficientemente intenso, posibilitando que el agua llegue hasta las salinas a través de un canal o galería subterránea de unos 1300 m de longitud hasta las proximidades de La Fabriquilla y luego continua por un canal a cielo abierto en su mayor parte, hasta llegar al extremo norte de las salinas. Cuando no se produce oleaje y el agua no entra de forma natural por el canal, existe una estación de bombeo que posibilita la impulsión del agua a través de dicho canal.
La Unión Salinera es la empresa que explota las salinas. Inicialmente contaba con capital español, pero desde hace unos años pertenece a un grupo francés que se dedica a gestionar otras salinas. «Llegó a haber 100 trabajadores y en la actualidad sólo hay tres», según explica el presidente de este colectivo», Julián Vera.
«Si la empresa no actúa de forma subsidiaria debería hacerlo la Junta de Andalucía. De hecho, la Junta de Andalucía cuando hemos empezado a presionar, le envió un burofax a La Unión Salinera y le dio un plazo, la pasada semana, de 72 horas para presentar de manera urgente un plan de actuación. Parece ser que lo presentaron, pero no nos han facilitado información», comenta Vera.
La Junta ha solicitado a la empresa un sondeo de 60 metros de profundidad para la extracción de agua. «Si lo no hacen, han anunciado que la Junta de Andalucía actuará de forma subsidiaria. Eso, hablando en plata, es un parche. Ese agua no lleva alimento. Eso es maquillar. Si echan ahí agua procedente del sondeo de pozos, puedes ya me dirá usted», lamenta.
La causa por la cual no está llegando agua a las salinas podría ser alguna obstrucción en el canal o galería subterránea que va desde el punto de captación hasta las inmediaciones de La Fabriquilla, cerca de 1.300 metros. Otra posibilidad es que los motores o alguna parte de la instalación del sistema de bombeo del agua se haya averiado y se esté produciendo una larga demora en su reparación. Como tercera posibilidad, «cabe pensar la presunta acción intencionada por parte de la empresa que explota las salinas de no aportar agua por no tener interés en la producción de sal, pues en las instalaciones de la empresa hay actualmente enormes montañas de sal acumuladas», argumenta.
Denuncia ante la fiscalía y queja a la Unión Europea
Ante esta situación de desidia por parte de la Junta de Andalucía, la Asociación de Amigos del Cabo de Gata-Níjar presentó una denuncia ante la Fiscalía y la semana pasada una queja comunitaria a la Comisión Europea.
Mientras, consideran que «se estaría produciendo una situación que perjudica gravemente al humedal de las Salinas de Cabo de Gata, ya que constituye un espacio de excepcional valor ecológico por la importancia de las comunidades vegetales y faunísticas que alberga». Prueba de su importancia es que además de encontrarse en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar con todas las figuras de protección de que está dotado, la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, conocida en forma abreviada como Convenio de Ramsar, inscribió el humedal de las Salinas de Cabo de Gata como sitio Ramsar el 5 de diciembre de 1989 con el número de sitio Ramsar 448 (ESP-07). El principal objetivo de la convención es «la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo».
Importantes inversiones en el humedal
Otro de los aspectos que denuncian es que la consejería competente en materia de medio ambiente de la Junta de Andalucía ha realizado importantes inversiones económicas a lo largo de los años en este humedal mediante acciones de restauración y conservación de los hábitats de nidificación de aves (vallado perimetral del humedal, restauración de diques, creación de islotes artificiales para favorecer la nidificación, instalación de sistemas anti-depredadores en los extremos de los diques), acciones de fomento del uso público (construcción de un sendero peatonal perimetral, instalación de cuatro observatorios de aves, instalación de paneles interpretativos), así como acciones en materia de comunicación y divulgación y acciones de vigilancia y seguridad. «Dinero público que se ha invertido (gastado) y se sigue invirtiendo (gastando) en el mantenimiento de las instalaciones, que carece de sentido si se deja morir el humedal», concluye Julian Vera.
Cadena humana
Para visibilizar el problema, el colectivo convocaba este domingo una cadena humana en Las Salinas en la que han participado cientos de personas.