Estaba cantado que, tras el anuncio de la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, de que su Gobierno habilitará el control poblacional en el Parque Nacional de Monfragüe mediante la actividad cinegética sin ánimo de lucro y a partir del mes de octubre, llegarían las reacciones.
La jefa del Ejecutivo extremeño -dice una nota del Gobierno- cumple así con uno de los principales compromisos recogidos en el documento «Responsabilidad Política por la Caza» que impulsó la Federación Extremeña de Caza (FEDEXCAZA) y al que se adhirió el pasado 20 de abril.
Ante la autorización de la actividad cinegética para el control de poblaciones de ungulados en el Parque Nacional de Monfragüe, SEO/BirdLife manifiesta su "rechazo al plantearse como una medida más dirigida a recuperar la caza en el espacio, sin un estudio previo que avale su necesidad".
Consideran que los Parques Nacionales deben garantizar la conservación de las especies y hábitats que albergan por encima de cualquier circunstancia; y en el caso de que sea necesario tomar medidas para el control de poblaciones, deben responder a criterios científicos y garantizando con informes técnicos que no supongan una amenazada para la conservación de la biodiversidad.
SEO/BirdLife, como define en su documento de posición sobre la caza, entiende que "hay ocasiones en las que es necesario llevar a cabo actividades de control y gestión de poblaciones que impliquen la muerte de individuos en situaciones de sobrepoblación, presencia de especies exóticas invasoras, de depredadores de especies en peligro de extinción o de daños a la agricultura". En estos casos, afirma, "las actuaciones deben ser promovidas y estrechamente supervisadas por las administraciones públicas, pudiendo contar con el asesoramiento de entidades científicas y/o medioambientales de reconocido prestigio".
Para la ONG, estas actuaciones sólo se deberían autorizar si se cumplen las siguientes condiciones: "Existencia de un informe técnico-científico justificativo y actualizado con objetivos de conservación en una escala temporal y espacial relevantes, así como de indicadores de evaluación y seguimiento. Demostración o evidencias de daño a poblaciones silvestres, hábitats o bienes humanos de manera cualitativa y cuantitativa. Ausencia de otras soluciones alternativas viables".
El propio Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG)del Parque Nacional de Monfragüe indica que el ejercicio de la caza es una actividad incompatible y, por lo tanto, prohibida. Y el "plan selectivo" para el control de poblaciones de ungulados, actualmente en vigor, "no contempla el uso de métodos cinegéticos, salvo casos excepcionales. O sea, si los métodos de control no letal pueden no ser suficientes en determinadas zonas o momentos, el uso de técnicas cinegéticas puede ser complementario, pero nunca alternativo, y siempre orientado y ejecutado por y bajo supervisión de la administración".
Antes de que se proponga una modificación del PRUG que permita incluir estos anunciados métodos cinegéticos, SEO/BirdLife solicita que "se cumpla escrupulosamente la Ley de Parques Nacionales, su actual PRUG y el plan selectivo de Monfragüe, y solicita que se presente el correspondiente informe trimestral establecido donde se deben haber incluido las labores destinadas a controlar las poblaciones de ungulados y un análisis y evaluación de su eficacia, antes de plantear nuevas medidas". Además, plantea que todo ello cuente con el visto bueno del Patronato del Parque Nacional "que, hasta la fecha, no ha sido informado de nada".