“Las mujeres y las niñas del África subsahariana dedican 200 millones de horas diarias sólo a buscar agua”. Así lo ha revelado la responsable de Empoderamiento Económico y de la División de Economía de ONU Mujeres a pocas horas de que la COP29 llegue a su fin.
Según Jemimah Njuki, para ponerlo en contexto, esto equivale a las horas de trabajo diarias de toda la fuerza laboral del Reino Unido.
Además, ha indicado que las mujeres y las niñas tienen más probabilidades de enfrentarse a la inseguridad alimentaria como consecuencia del cambio climático.
“Nuestro análisis ya nos muestra que, en el peor escenario climático, 236 millones más de mujeres y niñas sufrirán inseguridad alimentaria, y 158 millones más de mujeres y niñas caerán en la pobreza”, ha advertido, añadiendo que también observan que el cambio climático aumenta significativamente el trabajo de cuidados no remunerado realizado por mujeres y niñas.
Aunque admite que se han producido avances significativos en la educación de las niñas, la reducción de la mortalidad materna y la reducción de la mortalidad infantil, subraya que, al mismo tiempo, “estamos asistiendo a enormes retrocesos en los derechos de las mujeres”.
Teniendo todo esto en cuenta, Njuki ha subrayado la importancia vital de los resultados de la COP29 para la igualdad de género.
“Como personas que trabajamos por la igualdad de género, no sólo nos preocupa la cantidad de financiación climática, sino también su calidad”. Y, seguidamente, ha planteado algunas preguntas que los negociadores podrían tener en cuenta.
“¿Cómo conseguimos que la financiación tenga más en cuenta las cuestiones de género? ¿Cómo nos aseguramos de que dirigimos los fondos hacia cuestiones de igualdad de género? ¿Cómo garantizamos que los movimientos feministas, los movimientos indígenas y las mujeres que trabajan en la acción por el clima puedan acceder realmente a esta financiación?”.