Según datos del Ministerio de Industria y Turismo, España sigue destacando como "uno de los destinos favoritos de los turistas internacionales" y esto, aunque se aplique a la afluencia turística que recibimos a lo largo de todo el año, crece exponencialmente en temporada alta, es decir, en los meses de verano.
El pasado año, llegaron a España hasta 85 millones de turistas internacionales, cifra que espera superarse este año, pero ¿de qué manera afecta el turismo a ciertos ecosistemas? ¿Qué implica la globalización para la proliferación de plagas como las chinches?
La globalización, con el incremento que ha supuesto en el tráfico de personas y mercancías, fue una de las responsables de la vuelta de las chinches a Europa y EE. UU. a principios de los 2000. Y la reactivación del turismo a niveles de prepandemia, fue en buena parte responsable del episodio explosivo de chinches que hubo el año pasado en Francia. Otra consecuencia del proceso de globalización ha sido la llegada de distintas especies invasoras procedentes de zonas tropicales y que, gracias al cambio climático, han encontrado un hábitat adecuado para su desarrollo en latitudes mucho más al norte de lo habitual.
¿Qué papel juega el cambio climático?
El cambio climático ha provocado la progresiva tropicalización del sur de Europa; el adelanto de las fases de los ciclos biológicos, como está sucediendo con la oruga procesionaria; y, por último, la existencia de unos inviernos suaves con veranos que se prolongan muchos meses y que facilitan una mayor actividad reproductiva con el consiguiente incremento del número de individuos.
Aun así, no todo son alarmas, aunque este proceso de "tropicalización" de la península esté favoreciendo estas plagas, y aunque el turismo no favorezca que se puedan controlar plagas como las chinches, no hay que entrar en pánico. Los expertos están cada vez más preparados y apuestan, sobre todo, por planes de prevención que buscan activamente un control de estas especies; porque el fin no es eliminar todos los mosquitos tigre, ni las cucarachas, ni siquiera las chinches, sino "controlar su población para que no supongan un riesgo para la salud pública". Y a pesar de la mala prensa que tienen los mosquitos, no debemos olvidar que también contribuyen a la polinización.