Este viernes, cuando finalice el plazo de prórroga otorgado por el juzgado de Granada, la entrega del hijo menor de Juana Rivas, Daniel, a su padre Francesco Arcuri podría ser definitiva, pese al miedo y la angustia que ha manifestado el niño sobre su regreso a Italia. El caso, que involucra no solo cuestiones legales sino también el bienestar del menor, sigue siendo el centro de un intenso debate judicial y social. La jueza encargada del caso ha ordenado que se realice una nueva cita judicial para definir cómo se ejecutará la entrega, mientras la situación se complica por las acusaciones de malos tratos contra el padre.
Un giro inesperado en la ejecución judicial
El 22 de julio, en un giro inesperado, el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Granada ha aplazado hasta el próximo viernes la ejecución de la entrega del menor a su padre, Francesco Arcuri. La prórroga se concede tras los informes sobre el estado emocional y psicológico de Daniel, quien ha expresado su miedo a regresar con su padre, acusado de malos tratos en Italia. Esta nueva decisión llega en un momento crítico, ya que los tribunales españoles y europeos parecen estar divididos sobre cómo proceder ante la resistencia del menor.
El Tribunal Constitucional de España ya había rechazado las peticiones de medidas cautelares solicitadas por la defensa de Juana Rivas, alegando que el proceso judicial aún no había agotado todas las vías pertinentes. A pesar de que el Constitucional ha desestimado las apelaciones, la situación sigue siendo incierta y llena de angustia para la familia, especialmente para el niño, quien teme por su seguridad si debe regresar a Italia con su padre, quien enfrenta un juicio por presunto maltrato en septiembre.
¿Qué puede suceder el viernes?
La nueva fecha para la entrega del menor ha sido fijada para el viernes, 25 de julio. La jueza ha solicitado informes detallados sobre las condiciones en que se llevará a cabo esta entrega, exigiendo que no se ponga en peligro el bienestar físico o psicológico del niño. La preocupación de Juana Rivas, quien teme que su hijo sufra un daño irreversible si es entregado a su padre, se ha intensificado. El menor, que lleva más de seis meses viviendo en España con su madre, ha mostrado una clara oposición a volver con su progenitor, alegando que temía por su vida.
El conflicto de las custodias internacionales
Este caso se remonta a 2017, cuando Juana Rivas desobedeció una orden judicial que le obligaba a entregar a sus hijos a su ex pareja, Francesco Arcuri, con quien tenía un conflicto legal desde hace años. La lucha por la custodia de los hijos de Rivas ha sido un tema recurrente en los tribunales, ya que, a pesar de que la Corte de Apelación de Cagliari en Italia mantiene la custodia de Arcuri, la madre ha luchado incansablemente para que sus hijos permanezcan en España.
El niño, Daniel, ha expresado en diversas ocasiones que no desea regresar a Italia. Su hermano mayor, Gabriel, quien también ha vivido en España, ha intervenido públicamente en defensa de su hermano, alertando de los peligros que correría si es devuelto a su padre. Gabriel ha escrito una carta al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, en la que describe el "desamparo" y el "temor" de Daniel ante la posibilidad de ser entregado a un padre investigado por maltrato.
El tema ha generado un gran revuelo en la sociedad española, que ha mostrado un fuerte apoyo a Juana Rivas y a la protección de los derechos de los niños. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha expresado su empatía con la familia, subrayando la "preocupación" por el bienestar de Daniel y la "disfunción" que se ha producido en el manejo de este caso por las autoridades italianas.
Por su parte, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, ha anunciado que el Gobierno está trabajando en una reforma de la Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia, con el fin de garantizar que los menores sean escuchados por la Justicia en situaciones similares a la de Daniel.
La defensa de la madre y el cuestionamiento de la justicia
Juana Rivas y su equipo legal insisten en que el niño está en peligro al ser entregado a su padre, sobre todo considerando el juicio pendiente en Italia por supuestos malos tratos. A pesar de las resoluciones judiciales en Italia y la decisión de los tribunales españoles de cumplirlas, la defensa de la madre argumenta que no se ha tenido en cuenta el testimonio del menor ni la situación de riesgo.
Los abogados de Francesco Arcuri, por otro lado, han acusado a Rivas de manipular a sus hijos y de incumplir las decisiones judiciales, subrayando que el niño desea vivir con su padre y que las acusaciones de maltrato no son suficientes para impedir la ejecución de la sentencia.
El futuro de Daniel sigue siendo incierto. Mientras se acerca el viernes, fecha límite para la entrega, las tensiones siguen creciendo tanto en el ámbito judicial como en el social. La pregunta que persiste es si la Justicia será capaz de garantizar la seguridad de este niño, quien a sus 11 años ya ha demostrado tener una madurez para expresar sus temores, y si la resolución de este caso marcará un cambio en la manera en que los tribunales internacionales manejan los derechos de los menores en situaciones de custodia conflictiva.
El juicio por los presuntos malos tratos a Francesco Arcuri en Italia será un capítulo decisivo para entender el futuro de esta familia, pero por ahora, el viernes será el día clave para determinar si la justicia se hace con el bienestar de Daniel o si, por el contrario, se sacrifica su seguridad en aras de cumplir una resolución judicial internacional.