Ante la conmemoración del Día Mundial del Cáncer, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), han puesto de manifiesto la creciente carga del cáncer a nivel mundial, destacando la imperiosa necesidad de abordar las desigualdades en el tratamiento y cuidado de esta enfermedad. En un mundo donde la incidencia del cáncer sigue en aumento, con estimaciones que indican 20 millones de nuevos casos y 9,7 millones de muertes en 2022, la lucha contra el cáncer se enfrenta a obstáculos significativos, especialmente en lo que respecta a la financiación adecuada de servicios prioritarios y cuidados paliativos dentro de la cobertura sanitaria universal (UHC).
No se financia su lucha ni su tratamiento
Los resultados de una encuesta de la OMS, que incluyó a 115 países, revelan una preocupante realidad: una gran mayoría de los países no financia adecuadamente los servicios esenciales de manejo del cáncer. Solo el 39% de los países cubren los fundamentos de su manejo, como parte de sus servicios básicos de salud financiados, y apenas el 28% provee atención paliativa necesaria, incluido el alivio del dolor. Este escenario evidencia un marcado desinterés global en priorizar la salud y el bienestar de los pacientes con estas enfermadades, lo cual es especialmente crítico para aquellos que requieren cuidados paliativos.
La IARC ha identificado los cánceres de pulmón, mama y colorectales como los principales tipos que representan casi dos tercios de los nuevos casos y muertes a nivel mundial. La persistencia del consumo de tabaco en Asia ha hecho que el de pulmón resurja como el más común, mientras que el cáncer de mama sigue siendo el diagnóstico más frecuente y la principal causa de muerte entre las mujeres. La disparidad en la incidencia y mortalidad entre géneros refleja no solo diferencias biológicas, sino también desigualdades en el acceso y la calidad de la atención médica.
Cáncer de mama
Además, las estimaciones globales desvelan inequidades alarmantes basadas en el índice de desarrollo humano (HDI), especialmente notables en el de mama. Las mujeres en países con un HDI bajo tienen un riesgo mucho mayor de morir a causa del cáncer debido al diagnóstico tardío y el acceso inadecuado a tratamientos de calidad. Esta situación es un claro reflejo de las desigualdades mundiales en los servicios contra el cáncer, que se agravan aún más en los países de ingresos bajos, donde la posibilidad de incluir servicios relacionados con el cáncer en paquetes de beneficios de salud es significativamente menor.
Mirando hacia el futuro, se pronostica un aumento de más del 77% en los nuevos casos de cáncer para 2050, lo que resalta la urgencia de actuar para mitigar la creciente incidencia de esta enfermedad. El envejecimiento y el crecimiento poblacional, junto con la exposición a factores de riesgo asociados al desarrollo socioeconómico, como el tabaco, el alcohol, la obesidad y la contaminación del aire, son los principales impulsores detrás de este aumento proyectado.
El desafío de abordar la creciente carga es considerable, pero no insuperable. Requiere una acción global coordinada, inversiones significativas y un compromiso político renovado para promover la atención del cáncer para todos. La OMS, a través de sus iniciativas, está trabajando intensamente con gobiernos alrededor del mundo para desarrollar, financiar e implementar políticas que mejoren el acceso a la atención del cáncer. Sin embargo, para expandir y profundizar este trabajo, se necesitan urgentemente inversiones significativas que aborden las desigualdades globales en los resultados del cáncer y aseguren que la geografía no determine el destino de los pacientes.
La lucha contra el cáncer en el siglo XXI
La lucha contra el cáncer en el siglo XXI es tanto un desafío médico como social. Enfrentar este desafío requiere no solo avanzar en la investigación y el tratamiento
del cáncer, sino también garantizar que todos, independientemente de su ubicación o recursos económicos, tengan acceso a servicios de prevención, diagnóstico, tratamiento y cuidado paliativo asequibles y de alta calidad. Este es un llamado a la acción para que los líderes mundiales, organizaciones de salud, investigadores y la sociedad en general, unan fuerzas para combatir la desigualdad en la atención del cáncer y trabajar hacia un futuro donde el cáncer ya no sea una sentencia de muerte, sino una enfermedad con esperanza de curación y manejo efectivo.