La huelga de autobuses en España ha comenzado con un seguimiento cercano al 100%, según los sindicatos CCOO y UGT. Miles de conductores han detenido sus vehículos para reclamar algo que consideran de justicia: una jubilación anticipada, que alivie la carga de una profesión que, aseguran, implica peligrosidad y desgaste físico. La protesta, convocada a nivel nacional, se extenderá hasta finales de año en diversas jornadas de paros, con la amenaza de ser indefinida a partir del 23 de diciembre si no se llega a un acuerdo entre sindicatos y patronal.
La primera jornada de huelga ya está generando efectos visibles. Desde primeras horas de la mañana, en ciudades como Madrid y Barcelona se han registrado largas colas en intercambiadores y estaciones. Según la Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus), piquetes informativos han bloqueado algunas salidas, incluso causando daños en una treintena de autobuses. En tanto, las protestas no se limitan a las cocheras: grupos de conductores se han concentrado frente a la Delegación del Gobierno en Madrid y en otros puntos clave del país.
Las demandas de los conductores: jubilación y seguridad
La exigencia principal de esta movilización se centra en el reconocimiento de la penosidad y peligrosidad del trabajo de conductor de autobús. Los sindicatos argumentan que los conductores de transporte de viajeros tienen que lidiar con condiciones de alta exigencia y riesgos constantes, similares a los que afrontan sectores como el transporte ferroviario o la aviación, que ya cuentan con coeficientes reductores para adelantar su jubilación.
“Es incomprensible que un conductor de autobús, que puede pasar largas horas al volante, deba trabajar hasta los 67 años. Estamos hablando de una profesión con un índice de siniestralidad preocupante, y que impacta directamente en la salud y seguridad de las personas transportadas”, afirmó Pepe Álvarez, secretario general de UGT. Según los datos sindicales, más de dos tercios de los conductores profesionales fallecidos cada año en la carretera superan los 55 años.
La petición no es nueva. Desde 2004, sindicatos como CCOO y UGT han insistido en la necesidad de reformar la Ley de Seguridad Social para incluir a los conductores de autobús entre los sectores con derecho a una jubilación anticipada. Sin embargo, afirman que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha dejado estancada la propuesta durante más de una década.
Servicios mínimos en cada comunidad
Para mitigar el impacto de la huelga en los ciudadanos, el Ministerio de Transportes y Movilidad ha decretado servicios mínimos en distintas comunidades, aunque estos varían notablemente. En Madrid, la EMT garantiza hasta el 75% de los autobuses en hora punta, mientras que en Cataluña se ha decretado un 40% en las franjas de mayor demanda y un 20% en el resto del día. En la Comunitat Valenciana y Navarra, los servicios mínimos alcanzan hasta el 60% en horas de alta demanda.
Esta disparidad de porcentajes ha provocado el descontento de los sindicatos, que consideran "abusivos" estos servicios mínimos. “Es muy complicado que los conductores puedan ejercer su derecho a huelga con tales restricciones. En algunas comunidades los servicios mínimos casi alcanzan el 80%, algo que solo favorece a las empresas y desincentiva el paro”, señaló Javier Pacheco, secretario general de CCOO de Catalunya.
En este contexto, los viajeros han expresado sus molestias, no solo por los retrasos y las largas esperas en intercambiadores, sino también por el incremento en las tarifas de transporte alternativo como taxis y vehículos de transporte con conductor (VTC), cuyos precios se han llegado a duplicar debido a la alta demanda.
Fechas clave de la huelga: ¿hasta cuándo?
Esta primera jornada de huelga es solo el inicio de una serie de paros programados para los próximos meses. Las siguientes jornadas están previstas para el 11, 28 y 29 de noviembre, así como el 5 y 9 de diciembre. Además, los sindicatos han advertido que, si no se llega a un acuerdo, el paro se tornará indefinido a partir del 23 de diciembre, lo que podría agravar el caos en el transporte durante las fiestas navideñas, uno de los periodos de mayor demanda en el año.
Juan Antonio González Marín, secretario de Acción Sindical de FeSMC-UGT Andalucía, expresó que “la patronal tiene que ser consciente de que esta situación es insostenible para los trabajadores. Si no hay un avance significativo en las negociaciones, los paros se endurecerán”.
La patronal y el Gobierno: posiciones enfrentadas
La Confederación Española de Transporte en Autobús ha insistido en la necesidad de encontrar un equilibrio en las negociaciones y ha solicitado un estudio sobre el impacto económico que tendría la reducción de la edad de jubilación en el sector. Además, señalan un déficit de 4.000 conductores, lo que, afirman, ya afecta la cobertura de algunas rutas y horarios.
Mientras tanto, desde el Ministerio de Seguridad Social se mantienen en silencio, sin un pronunciamiento sobre la posibilidad de legislar a favor de los coeficientes reductores. Esta falta de comunicación ha motivado las críticas de partidos políticos, especialmente de la oposición, que acusan al Gobierno de "negligencia" por no intervenir en un conflicto de escala nacional que afecta a miles de ciudadanos.
Consecuencias de una huelga prolongada
El impacto de esta huelga ya se deja notar en las principales ciudades, con intercambiadores llenos de personas que buscan alternativas para llegar a sus destinos. La posibilidad de un paro indefinido amenaza con desbordar las capacidades de otros medios de transporte, como el metro y el tren, que tendrían que absorber el flujo adicional de usuarios.
Desde FACUA, la organización de consumidores, se insta tanto a la patronal como al Gobierno a alcanzar un acuerdo que no deje a los ciudadanos sin un servicio esencial. “El sector de transporte de viajeros por carretera es clave para la movilidad de millones de personas. Si esta situación se prolonga, el impacto sobre la vida diaria de los ciudadanos será muy negativo”, han advertido desde la asociación.
¿Cuánto tiempo más se mantendrá la huelga?
La incertidumbre sobre la duración de la huelga preocupa tanto a los trabajadores del sector como a los usuarios. Para los conductores, este paro representa una oportunidad de hacer valer una reivindicación histórica, pero también una demostración de fuerza que esperan que el Gobierno y la patronal no ignoren. Por su parte, los usuarios temen que el conflicto se alargue y afecte su vida cotidiana, con más jornadas de espera y problemas en la movilidad.
Los próximos días serán cruciales para determinar si el Gobierno se implica en el diálogo o si las fechas programadas hasta diciembre se cumplen sin cambios, llevando a un nuevo conflicto en el ámbito laboral de España.