Cada día, miles de ciudadanos caen en el engaño de ciberestafadores que aprovechan las redes sociales, los SMS, el correo electrónico e incluso las llamadas para robar datos personales y dinero. Nadie parece estar a salvo de este fenómeno que, impulsado por la tecnología, ya se ha convertido en una verdadera plaga. Y mientras los ciberdelincuentes innovan en sus métodos, las víctimas se encuentran cada vez más indefensas ante un panorama donde los fraudes digitales crecen exponencialmente. Para entender la magnitud del problema, basta con echar un vistazo a los números.
Datos alarmantes: una plaga de ciberfraudes
Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), cada año se reciben más de 80.000 consultas relacionadas con estafas digitales, aunque muchos casos no se denuncian por vergüenza o por falta de tiempo. Esta cifra solo representa una parte del problema, pues la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte de que nueve de cada diez ciudadanos siguen recibiendo llamadas comerciales no solicitadas, a pesar de la prohibición vigente. Estas estafas se extienden en redes sociales, mensajería instantánea y correos electrónicos, aprovechando la inmediatez de la tecnología y el anonimato en la red.
Principales tipos de estafas digitales
1. La estafa del currículum
Este fraude utiliza falsas ofertas de empleo para atraer a personas en búsqueda activa de trabajo. Los estafadores se hacen pasar por empresas de empleo, enviando mensajes en los que se solicita información personal o un pago inicial para obtener un kit digital o materiales de trabajo. Los afectados creen que se les está dando una oportunidad laboral, cuando en realidad solo buscan usurpar sus datos o dinero.
2. El falso aviso de Facebook
En esta modalidad, los ciberdelincuentes envían mensajes que informan sobre la desactivación de la cuenta de Facebook por incumplimiento de políticas. Con la promesa de evitar esta supuesta sanción, inducen a las víctimas a hacer clic en un enlace y proporcionar datos personales. La urgencia del mensaje y la presión temporal son claves en este fraude, que consigue así datos de acceso y otra información personal.
3. El secuestro de WhatsApp
Uno de los fraudes más sofisticados es el secuestro de cuentas de WhatsApp. En este caso, los estafadores se hacen pasar por un contacto cercano y envían un mensaje que solicita un código de verificación, aparentemente enviado por error. Al proporcionar el código, la víctima sin querer cede el control de su cuenta, permitiendo a los delincuentes acceder a sus conversaciones y contactos.
4. El fraude del paquete no entregado
Aprovechando el auge de las compras en línea, los estafadores envían mensajes notificando un supuesto problema en la entrega de un pedido, proporcionando un enlace en el que solicitan datos personales o de pago para resolverlo. La inmediatez y familiaridad de la situación llevan a muchas víctimas a caer en el engaño.
5. La falsa ayuda de la Agencia Tributaria
Este tipo de estafa juega con el respeto y, en muchos casos, el miedo que genera recibir un mensaje de la Agencia Tributaria. El mensaje suele indicar la necesidad de pagar una deuda o actualizar datos bancarios para evitar problemas fiscales. Esta técnica es especialmente efectiva debido a la veracidad que aparenta y a que muchos ciudadanos desconocen que este organismo no envía tales solicitudes a través de SMS o correos electrónicos.
Las ciberestafas avanzadas con inteligencia artificial
La inteligencia artificial (IA) ha cambiado la forma en que operan los delincuentes. Algunos de los nuevos fraudes, potenciados por esta tecnología, son los más difíciles de detectar y combatir.
- Phishing personalizado con IA: La IA permite a los estafadores crear mensajes mucho más convincentes y específicos, aumentando las posibilidades de éxito. Ahora, los correos electrónicos o mensajes de phishing pueden personalizarse en función de la información que los delincuentes han recopilado previamente, dando lugar a fraudes mucho más efectivos.
- Deepfake de audio y video: Los deepfakes han introducido una nueva dimensión al fraude digital. Con esta tecnología, los estafadores pueden replicar la voz o el rostro de personas conocidas o figuras de autoridad, engañando incluso a quienes creen conocer bien a sus interlocutores. Un caso reciente en Hong Kong, donde un empleado perdió 25 millones de dólares por un audio falso, muestra el poder de esta técnica.
- Suplantación de identidad en verificaciones: Las plataformas de bancos y aplicaciones financieras requieren, en muchos casos, verificaciones de identidad en tiempo real. Los delincuentes, usando herramientas de IA, han comenzado a burlar estos sistemas con deepfakes que replican rostros y documentos falsificados.
Consejos para prevenir estafas digitales
La única forma de reducir el impacto de estos fraudes es la prevención y la educación en ciberseguridad. Los expertos de Incibe recomiendan a los usuarios tomar medidas de precaución y estar siempre en alerta:
- No responder a mensajes sospechosos: Ante cualquier mensaje que solicite datos personales o financieros, es importante no responder ni proporcionar información adicional.
- Verificar la autenticidad de las comunicaciones: Es crucial no confiar en mensajes de texto o correos electrónicos sin verificar previamente la fuente. Para ello, se puede acudir directamente a la página web oficial de la entidad o contactar con atención al cliente.
- Usar autenticación de dos factores: Habilitar la autenticación de dos factores en aplicaciones y plataformas digitales añade una capa de seguridad extra, dificultando el acceso no autorizado a las cuentas personales.
- Ser escéptico con las ofertas y premios inesperados: Las ofertas de empleo inusuales, premios ganados de la nada o solicitudes de ayuda urgente son tácticas comunes de los estafadores. La desconfianza puede ser la primera barrera de defensa.
La lucha contra las estafas digitales, un reto en constante evolución
El panorama de la ciberseguridad está en constante cambio, y cada día surgen nuevos métodos para engañar a los usuarios. Las autoridades, junto con empresas especializadas en seguridad digital, intentan desarrollar soluciones y políticas para reducir el impacto de estos fraudes, pero el desafío es enorme. Las técnicas avanzan, los criminales evolucionan, y mientras la tecnología siga avanzando, también lo harán las estafas.
La educación en ciberseguridad se perfila como la herramienta más poderosa para los ciudadanos, que deben mantenerse informados y alertas ante la creciente sofisticación de los ciberfraudes.