El 19 de octubre se celebra el Día Internacional de Cáncer de Mama, uno de los tumores que más afecta a las mujeres occidentales. En nuestro país, según
Datos de cáncer de mama 2018, esta patología se sitúa en el segundo lugar en incidencia en España con un incremento, en los últimos años, del 30%.Estadísticas que se conocen cada año y sirven para concienciar y sensibilizar a la población sobre la detención precoz, el tratamiento y los cuidados paliativos; sin embargo, por encima de las cifras y de las fechas hay una persona, un familiar, un caso concreto que vive y sufre este proceso. Personas que hoy mismo recibirán el diagnóstico de la mano de un especialista que intentará mirar a la cara a su paciente con su mejor empatía, y tratará de que este encaje la noticia de la forma más tranquilizadora posible. ¿Pero qué ocurre cuando la persona que es diagnosticada lleva la bata blanca? ¿Si un día eres médico y al día siguiente te has convertido en paciente oncológica? ¿Cómo se vive la enfermedad estando al otro lado?La doctora Ilaria Bianchi, ha querido contar en el libro
Vivir y superar el cáncer de mama de editorial
Arcopress esta experiencia en la que pasó de ser ginecóloga a convertirse en paciente con un cáncer de mama. Una vivencia que le hizo replantearse muchas de sus actuaciones que ha dejado plasmadas es este diario emocional (cuyos beneficios irán a la investigación del cáncer) en el que quiere unir dos mundos: el de la bata blanca y el fonendo, y el de quien espera en una camilla mientras recibe un tratamiento de quimioterapia.
-En su consulta habrá visto un montón de casos de cáncer, pero un día, de repente, uno de esos expedientes, uno de esos números… es el suyo. ¿Cómo asumió la noticia? Más en su caso, viviendo fuera de su país y con toda su familia residiendo en Italia. En el libro lo cuento. Me encontré el tumor yo sola y sospeché desde el primer momento, pero esperaba equivocarme. El diagnóstico que me dio la patóloga fue un
shock. No podía creer que me pasaba a mí y necesité compartirlo primero con dos amigas intentando proteger a mis padres, pero en seguida tuve que decírselo a ellos. No podía cargar con eso sola.
«Después de haber vivido esta experiencia me siento más empática con mis pacientes, las entiendo mucho mejor»
Imaginamos que muchas veces ha ejercicio de psicóloga, ¿cómo ha cambiado la forma de darles la noticia cuando ha estado al otro lado? Ahora me siento mucho más empática con las pacientes, las entiendo mucho mejor y soy más consciente de que yo también soy una paciente más cuando tengo que hacer mis revisiones, por ejemplo.
-¿El cáncer te cambia la vida?Te la revoluciona totalmente y te la cambia por completo pero yo creo en positivo. Me siento ahora mejor persona y mejor profesional, mucho más en equilibrio conmigo misma y con los demás. Lo recuerdo como una de las mejores experiencias de mi vida (que obviamente hubiera preferido no vivir, pero que me ha enseñado muchísimo y me ha dado más de lo que me ha quitado).
¿Cuáles son las pautas que recomienda para prevenir un cáncer de mama?No hay nada científicamente probado que sirva para prevenir este cáncer. Hay algunos fármacos que reducen el riesgo de padecerlo y existe la “cirugía preventiva” en mujeres de alto riesgo. Siempre es bueno tener una vida sana y no fumar. Para el diagnóstico precoz aconsejaría a todas las mujeres ponerse crema en el pecho a menudo porque es una manera indirecta de hacerse una autopalpación y más placentera (así fue como me lo descubrí yo). También hacerse una palpación una vez al mes al final de la regla y, por supuesto, acudir regularmente al ginecólogo que valorará cada situación, además de participar en el cribaje poblacional de cáncer de mama de 50 a 69 años gratuito con una carta que llega automáticamente a casa. Y, por supuesto, en el caso de encontrarse un bulto en la mama (tanto hombres como mujeres) hay que acudir con urgencia al médico.
Los test genéticos, que permiten evitar el empleo de la quimioterapia en las pacientes que no la precisan, ¿son fiables y aconsejables en todos los casos?Son bastante nuevos y bastante fiables, pero no son aconsejables en todos los casos. De momento, el oncólogo es el que decide -en base al tipo y estadío del tumor- si derivar al paciente al genetista o no, que luego decidirá en cada caso lo que es aconsejable.
Hablemos de la herencia genética. Si una mujer tiene como antecedentes familiares) tanto su madre como su tía, la hermana de la madre) han tenido cáncer de mama antes de los 50 años ¿hay alguna forma de detectar precozmente su riesgo a desarrollar esta patología?En este caso, el médico valorará la posibilidad de un estudio genético. La forma de detectarlo precozmente es con una autopalpación mensual, una exploración médica anual y un examen diagnóstico anual que el médico decidirá dependiendo de la edad de la paciente y las características de sus mamas.
«Para el diagnóstico precoz aconsejo a todas las mujeres ponerse, a menudo, crema en el pecho. Es una manera indirecta de hacerse una autopalpación. También palparse una vez al mes al final de la regla y, por supuesto, acudir regularmente al ginecólogo»
Saber demasiado puede ser bueno, pero también malo porque como médico conocerías todo el proceso que te esperaba y sus efectos. ¿En su caso qué pesó más? En mi caso fue bueno y malo pero quizás más malo ya que a menudo dudaba de mi sintomatología o podía tener miedos adelantados y era un esfuerzo hacer de paciente intentando poner de lado mis conocimientos que podían afectarme psicológicamente.
El cáncer es difícil, pero la recuperación tampoco es nada muy fácil. ¿Qué es lo que le ayudó a volver a vivir?Además de mucha paciencia (cada uno tiene sus tiempos) lo que me ayudó fue cambiar la pregunta que numerosas veces me hacía “¿por qué?” a otra que era “¿para qué?”. Cada día estoy más segura de que todo, absolutamente todo, sirve para algo. Cuando confirmé mis sospechas, en mi mente solo resonaba la primera pregunta, sentí que me bloqueaba y me llevaba a un estado de victimismo depresivo totalmente inútil. Muchísimas cosas no tienen un por qué en la vida y nunca lo encontraremos, sin embargo, la segunda pregunta me incitó a moverme, a ser proactiva y creativa. Buscando el para qué de esta experiencia he encontrado muchísimos para qué en toda mi vida. Todo es un aprendizaje.
«Con el cáncer de mama se crea una comunidad invisible entre todas las mujeres que la están pasando y las que lo hemos pasado. “Nos reconocemos” en el mundo y con un abrazo ya hemos dicho todo»
Acabamos de ver casos de personas mediáticas que estaban bien y de repente su cáncer se ha reproducido. Su testimonio es muy importante de cara a la concienciación, pero ¿se puede vivir sin miedo después de un cáncer? Creo que humanamente siempre te quedará una mayor sensibilidad a estos temas, pero con el tiempo se vuelve a aprender, a disfrutar y se olvida un poco. Algo de miedo queda largo durante tiempo; por ejemplo en caso de no sentirte bien o de tener algún síntoma raro, aunque no esté relacionado con el anterior cáncer. En cualquier caso, decidir tener miedo y sufrir es una elección; también ser positivos y optimistas aceptando que algún día moriremos, pero no podremos saber cuándo y nunca lo podremos controlar. Además, es muy probable que sea por otra causa.
En todo este proceso, ¿ha echado algo de menos a nivel sanitario o qué cree que se podría mejorar en la sanidad española que ayudaría a luchar contra el cáncer en mejores condiciones? He descubierto los beneficios y la importancia de una “medicina integrativa” controlada y regulamentada que todavía falta en España. Ayudaría el paciente de manera más completa. A menudo creo que los sanitarios se concentran en eliminar el cáncer y no dan tanta importancia por ejemplo a la sexualidad de los pacientes, al apoyo psicológico de ellos y sus familiares etc. En general, no hay mucha conciencia de que el paciente sea algo más que su cáncer. Se podría mejorar la preparación de los sanitarios en “comunicación” y “gestión emocional” que creo también sería útil para todo el mundo.
«Muchos sanitarios se concentran en eliminar el cáncer y no dan tanta importancia, por ejemplo, a la sexualidad de los pacientes, al apoyo psicológico de ellos y sus familiares etc. En general no hay mucha conciencia de que el paciente es algo más que su cáncer. Se podría mejorar la preparación de los sanitarios en “comunicación” y “gestión emocional”»
El cáncer de mama ha sido hasta hace poco tabú. Hoy en día la concienciación rosa ha servido de mucho. ¿Cree que este libro en el que habla con naturalidad del mismo puede ser de ayuda? ¿Qué pretende con su importante testimonio, aparte de donar todos los beneficios a la investigación?Espero que mi libro pueda concienciar positivamente a todos los lectores de que el cáncer es una experiencia más que nos puede tocar y que, por suerte, cada día tiene más índice supervivencia. Me gustaría ayudar a muchos pacientes y a compañeros con mi sincera experiencia transmitiéndole muchos de mis aprendizajes. En fin deseo sensibilizar la sanidad en general para que mejore a beneficio de los pacientes sin descuidar a los sanitarios.
Aunque cada día hay más avances, el cáncer parece que no da tregua. ¿Cree que llegará un día en el que podamos ganar la batalla contra el cáncer?Estoy segura de que sí, y ya empieza a ser una realidad. Por ejemplo, se dice que pronto Australia será el primer país que erradique el cáncer de cuello de útero.
Por último, ¿le gustaría añadir algo a todas las personas que en este momento le están leyendo y están sufriendo un cáncer de mama?Primero les doy un gran abrazo a todas ya que el amor y el cariño es lo mejor que le pueda pasar ahora y es fundamental para seguir adelante cada día. Creo que con esta experiencia se crea una comunidad invisible entre todas las mujeres que la están pasando y las que lo hemos pasado. “Nos reconocemos” en el mundo y con un abrazo ya hemos dicho todo. Tened mucha paciencia e intentéis ver lo positivo de cada día aunque sea haber tomado una pastilla menos que ayer. Dejaros cuidar y mimar que se necesita y permitiros tener un día malo que no pasa nada y mañana será diferente.