El uso de plataformas en línea, y en particular de las redes sociales, por parte de los niños se ha convertido en una preocupación importante en los últimos años. Tanto para padres como para educadores y legisladores, la incertidumbre sobre cómo esto puede afectarles a corto y largo plazo es preocupante, y las ideas sobre cómo superar las posibles consecuencias adversas son muy diversas.
Desde 2010, el tiempo promedio que los niños de entre 9 y 15 años pasan frente a las pantallas y las redes sociales se ha más que duplicado, alcanzando unas 3 horas diarias. Más del 80 % de los jóvenes europeos utilizan las redes sociales a diario.
Aumento de la ansiedad
Estudios recientes han demostrado que el uso de la tecnología puede afectar el cerebro. El tiempo frente a la pantalla puede afectar la corteza prefrontal, que regula el autocontrol, la toma de decisiones y la regulación de los impulsos. Las redes sociales también pueden afectar la amígdala , la región del cerebro que procesa las emociones y la ansiedad.
La exposición prolongada a las redes sociales y a las notificaciones constantes puede provocar un aumento de la ansiedad y, por lo tanto, incluso cambios estructurales en la amígdala con el tiempo.
Jóvenes, negocio y dependencia
Aunque su uso aumenta significativamente entre los jóvenes, las plataformas de redes sociales suelen estar diseñadas pensando en los adultos , no en los niños. Los modelos de negocio de las redes sociales basados en la publicidad han generado funciones que buscan retener al usuario en el sitio y que pueden generar dependencia y adicción en los usuarios jóvenes. El uso intensivo de estas plataformas por parte de los niños puede tener consecuencias no deseadas, como daños físicos y adicción.
Por ejemplo, los sistemas de recomendación son algoritmos que sugieren contenido, amigos o productos a los usuarios según sus intereses y comportamiento. Si bien estos sistemas pueden ser beneficiosos para ayudar a niños y adolescentes a descubrir nueva información y conectar con otros, también presentan riesgos, como la posibilidad de exponerlos a contenido dañino o inapropiado y promover conductas adictivas.
Como parte del Centro Común de Investigación de la Unión Europea (JRC), la función del Centro Europeo para la Transparencia Algorítmica (ECAT) es proporcionar evidencia científica y técnica a los responsables políticos. En concreto, el equipo trabaja en investigaciones para la implementación de la Ley de Servicios Digitales (DSA), donde la protección de los menores es una prioridad clave.
Todas las plataformas deben garantizar un alto nivel de privacidad y seguridad para los menores que utilizan sus servicios, y las plataformas en línea de gran tamaño (VLOP y VLOSE) también deben realizar evaluaciones de riesgos que incluyan un enfoque en los riesgos de efectos negativos para los derechos del niño y la protección de los menores. Entre las solicitudes de información y los procedimientos abiertos contra VLOP hasta la fecha, varios se centran en los riesgos para la salud de los menores.
Por lo tanto, es fundamental comprender las últimas investigaciones sobre el impacto de las plataformas en línea en los menores. Para ello, ECAT organizó dos mesas redondas en línea en otoño de 2024 bajo el lema "Salud de menores y redes sociales: una perspectiva científica interdisciplinaria", con destacados investigadores para compartir sus perspectivas sobre este tema. Esta semana se ha publicado un resumen de los debates. Este aborda la depresión y la ansiedad; las autolesiones; la imagen corporal y los trastornos alimentarios; el uso problemático de las redes sociales; la visión; el desarrollo cerebral; el abuso de alcohol; y el sueño. También incluye las recomendaciones formuladas por los expertos en el evento para plataformas, legisladores, padres y educadores.