Abascal acusa a Sánchez, sin pruebas, de sobornar a empresas españolas para atacar a Milei

En una sesión del Congreso especialmente cargada, Santiago Abascal, líder de Vox, ha intensificado sus ataques contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en medio de un contexto de crisis diplomática y debates sobre política exterior e inmigración. Abascal ha acusado directamente a Sánchez de utilizar tácticas de coacción contra empresas españolas para posicionarse contra Argentina, sin ninguna prueba, para coaccionarlas y que se pronuncien en contra de Vox.

Acusaciones sin pruebas

El líder de Vox ha cuestionado la consistencia de la política exterior del Gobierno, contrastando la rápida retirada del embajador español en Argentina con la mantenida presencia del embajador en Rusia, a pesar del conflicto en Ucrania. «La España de Sánchez es la que compra más gas de Rusia», acusó Abascal, señalando lo que ve como una doble moral en la administración actual. «¿Sabe quién es Marcos Gómez? Solo le llamó a consultas, es el embajador de España en Rusia, allí sigue, la guerra en Ucrania no les ha importado tanto como las referencias de un presidente del Gobierno extranjero a su esposa».

Abascal también ha sido crítico con la política de inmigración del Gobierno, acusándolo de promover una inmigración masiva que, según él, está destruyendo los servicios públicos españoles. Esta acusación se enmarca en un debate más amplio sobre la capacidad del Gobierno para manejar los desafíos internos mientras se enfrenta a complicaciones en el ámbito internacional.

Legitimación del terrorismo satánico

La discusión se intensificó aún más con el tema del reconocimiento del Estado palestino por parte de España, lo cual Abascal describió como una «legitimación del terrorismo satánico», refiriéndose a los ataques de Hamás contra Israel como «los peores de la historia de la humanidad». Según Abascal, este reconocimiento indica a Israel que «no tiene el derecho a defenderse», una postura que ha generado considerable controversia y debate dentro del Congreso.

Patxi López pide retirar del diario de sesiones los insultos de Abascal a Sánchez

La tensión en la Cámara fue palpable, especialmente después de las declaraciones de Abascal, lo que llevó al portavoz del PSOE, Patxi López, a protestar enérgicamente. López exigió la retirada de lo que describió como expresiones irrespetuosas y educativamente deficientes, referenciándose a Abascal como un «defensor de la dictadura». La presidenta del Congreso, Francina Armengol, respondió que las palabras serían revisadas, enfatizando la necesidad de mantener el decoro dentro de la cámara. Esta solicitud fue seguida por intervenciones de otros portavoces, incluido Íñigo Errejón de Sumar, quien también participó en el debate acalorado.

Este episodio en el Congreso refleja no solo las profundas divisiones políticas en España, sino también la complejidad de su política exterior en un momento de tensiones globales y dilemas internos. Con las elecciones europeas a la vista, estas confrontaciones destacan las estrategias de los partidos políticos para posicionarse ante sus electores en un paisaje político cada vez más polarizado.

Además, Abascal acusó al presidente Sánchez de utilizar a las empresas españolas como instrumentos contra Argentina y de coaccionarlas para que se posicionen contra Vox, sugiriendo que el gobierno está dispuesto a manipular el sector empresarial para sus propios fines políticos. «¿Hasta dónde va a llevar su ataque diplomático para defender a su consorte?», cuestionó Abascal, insinuando que el presidente podría llegar a extremos irracionales en su respuesta diplomática.

La sesión dejó en evidencia las profundas divisiones en el panorama político español, con Abascal utilizando una retórica incendiaria que sus detractores consideran que socava la diplomacia y la cohesión social. Mientras el líder de Vox busca capitalizar el descontento y las preocupaciones de ciertos sectores de la sociedad, sus críticos argumentan que su enfoque podría tener consecuencias duraderas y negativas para España tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Con el clima político ya caldeado por las próximas elecciones europeas, este episodio refleja la creciente polarización y los desafíos que enfrenta España en su esfuerzo por manejar las tensiones internas y mantener su posición en el escenario mundial.