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¡Cúreme, doctor!

Silvano Baztán Guindo
Silvano Baztán Guindohttp://silvanobaztan.com
Además de estar licenciado y doctorado en Medicina, tras diversas formaciones que me dieron una visión multidisciplinar del ser humano, actualmente dedico mi atención a lo que llamo (de forma resumida) Medicina Psicosomática.
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análisis

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No es tan literal como lo expresa el titular pero la actitud de muchas personas ante la enfermedad es ésa. Y la cosa no funciona así. No hay varitas mágicas.

Me está viniendo a la cabeza alguna persona que ha venido a la consulta y que rezumaba esa actitud de: «haz lo que sea pero quítame esto» (refiriéndose al síntoma, la enfermedad, el conflicto… por lo que acudió).

Y, tal y como he adelantado en la introducción, la cosa no es así, queridos amigos. Detrás de cada síntoma, malestar, enfermedad, conflicto, repetición de patrones, etc., hay algo a identificar y trabajar para poder subsanar y volver a la senda del equilibrio. Y en eso consiste mi trabajo: ayudarle a la persona a hacerse cargo de su propio proceso vital.

Estamos en la era de la píldora para todo, sea una vacuna o el bálsamo de Fierabrás en formato cápsula. Agarrémonos los machos con la siguiente oleada de una hipotética necesidad imperiosa de vacunar a la población de todo bicho viviente y no viviente (pues recordemos que a los virus no se les considera seres vivos).

Ya se están escuchando tambores redoblantes al otro lado del Atlántico con el tema de la gripe aviar, y la FDA ya tiene preparado un arsenal de vacunas frente al H5N1 (aunque sean de cepas antiguas e ineficaces). ¡Qué más da!

La maquinaria farmacéutica ya está presta para la preparación de nuevos productos de cara a las cepas más actuales del H5N1 de origen aviar. Pero ¿por qué temer que un virus aviar se cuele en organismos humanos y nos haga una trastada?

¿De forma sorpresiva aparecerá una variante (por supuesto de la nada, caída del cielo) con una mayor afinidad por nuestros cuerpos joteros y el lío estará montado de nuevo? ¿Por qué no se mira de cerca y de forma vigilante a esas instituciones que están jugando

permanentemente con virus y provocando variantes más peligrosas y lesivas para nuestra salud? Sí, con eso que se ha dado por llamar

«investigaciones de ganancia de función» y que están siendo alentadas desde la propia OMS.

Curiosamente, los investigadores que se dedican a ello están perfectamente colocados en instituciones universitarias con nexos con la industria farmacéutica y las autoridades reguladoras norteamericanas. Todos remando en el mismo sentido generando una corriente considerable.

Ya sólo falta que el bicho aviar se cuele no sólo en granjas norteamericanas de vacuno, como está sucediendo actualmente, sino que decida hacer una excursión con destino a granjas de cerdos. Ahí se podría liar parda en comandita con el virus de la gripe porcina, ¿no?

¡Por favor! Vamos ya a dejar de fabricar miedos.

Volviendo al tema principal, acabo de leer una noticia haciéndose eco de que se ha comprobado el efecto beneficioso del ayuno sobre la esteatosis hepática o hígado graso. En la literatura médica se suele describir acompañando a una disfunción metabólica general (con resistencia a la insulina) y a la larga se ha relacionado con cirrosis y cáncer de hígado.

Para que nos hagamos una idea de lo frecuente de este tipo de procesos, por otra parte no generadores de síntomas, según metaanálisis leídos, la prevalencia de estos procesos ronda entre el 11% y el 46%, con una cifra media del 24% de la población. Ahí es nada.

Pues en ratones se ha comprobado que el ayuno de 24 horas y sobre todo con un intervalo 5:2 (o sea, dos días de ayuno cada semana) mejora este proceso de hígado graso.

El estudio en cuestión profundizó en posibles marcadores moleculares que acompañan a las personas con este cuadro y dio con un par de sustancias. Bueno, pues ya hay un fármaco en Japón que interactúa con una de estas sustancias y que se está

proponiendo oficialmente como posible tratamiento frente al hígado graso.

Título de la noticia: «El efecto protector del ayuno frente al hígado graso podría imitarse con un fármaco». O sea, ¿para qué cuidarse?,

¿para qué molestarse en hacer unos días de ayuno estimulando la autolimpieza corporal? Es mucho más fácil tomarse una pildorita…

¿O no?

La sociedad moderna está siendo fagocitada por la industria farmacéutica. Y lo más incongruente de todo es que sucede a petición de la propia población. Es todo un éxito de lavado de cerebro.

¡Despertemos!

Despertemos nuestro raciocinio, nuestra capacidad de juicio, nuestro espíritu crítico, nuestro sentido común. Llamemos la atención a nuestras cabezas: ¡Toc, toc!… ¿Hay alguien ahí? ¿hay algo ahí?

Salud para ti y los tuyos.

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