En fútbol se puede perder y se puede ganar. Al fin y al cabo es un deporte. Sin embargo, un equipo como el Real Madrid, con 13 Copas de Europa en sus vitrinas, no puede insultar a su propia historia con un partido como el que ha jugado esta noche en el Parque de los Príncipes de París. Un PSG sin Neymar, M’Bappe ni Cavani goleó a un Real Madrid que hizo el ridículo, lo último que debe hacer uno de los grandes clubes de Europa, grandeza que se va haciendo pequeña por culpa de un entrenador que no ejerce de tal.

El principal responsable de lo ocurrido es Zinedine Zidane porque no supo ver las trampas tácticas que Thomas Tuchel le planteó. Un entrenador de verdad, que sepa ver el juego y tenga la capacidad para modificar los planteamientos tácticos en base a cómo discurre el partido, se hubiese dado cuenta en el minuto 1 de que el control del centro del campo lo tenía perdido. Hasta que Zidane hizo los cambios en el segundo tiempo, cuando el marcador ya era de 2-0, no realizó una modificación táctica pasando del 1-4-2-3-1 a un 1-4-4-2. El PSG tuvo superioridad en el centro del campo, algo que hubiera evitado si ese cambio en el dibujo Zidane lo hubiese realizado en los primeros minutos de partido, ya fuera con un centro del campo lineal o en rombo. Así hubiese igualado el centro del campo. Sin embargo, no vio lo que todo el mundo estaba viendo. Consecuencia de ello, el Real Madrid no tiró a puerta en todo el partido.

Por otro lado, ¿cómo se puede mantener un 1-4-2-3-1 con una plantilla con carencias de centrocampistas y exceso de medias puntas? La planificación del Real Madrid de Zidane ha sido un desastre porque ha prescindido de jugadores como Dani Ceballos o Marcos Llorente y, en la actualidad, sólo cuenta con 4 mediocampistas: Casemiro, Kroos, Modric y Valverde. Ni siquiera grandes jugadores como Isco o James podrían cubrir esas carencias, puesto que no es su puesto.

Como ya indicamos durante la pretemporada, el verdadero problema deportivo del Real Madrid es Zinedine Zidane y, si no se toman decisiones urgentes, el fracaso de la temporada pasada se quedará corto. Los defensores del entrenador francés afirman rápidamente que ganó tres Champions consecutivas pero…, ¿cómo y con quién las ganó? En la delantera estaba Cristiano Ronaldo que te garantizaba, cuanto menos, 40 goles al año. En el centro del campo jugaban un Modric en plenitud y un Toni Kroos que ocupaba mucho campo porque se complementaba a la perfección con el croata. En la defensa, Sergio Ramos era el líder porque su condición física le permitía hacer derroches de fuerza y colocación, además de tener a un Marcelo en plenitud. Sin embargo, el Real Madrid de Zidane ahora no tiene nada de eso, lo que se encuentran los madridistas cada partido es una defensa que ha encajado goles en todos los partidos oficiales jugados, un centro del campo desbordado y sin recambios y una delantera que no define.

De ahí que, cuando se han enfrentado a un equipo cuya plantilla es comparable a la del Real Madrid, Zinedine Zidane ha sido incapaz de buscar soluciones. Un equipo de fútbol es la imagen de su entrenador: el Atlético de Madrid, la Juventus, el Manchester City, por citar algunos de los favoritos para ganar esta Champions League, llevan el sello de sus entrenadores, cada cual con su estilo de juego. La Juve de Allegri (tomen nota de este nombre) mezcló a la perfección la estrategia clásica italiana con el buen fútbol y con plantillas inferiores a otros grandes de Europa logró llegar a jugar la final de la Champions. Esa es la función de un entrenador, no colocar a 11 jugadores en un sistema cualquiera y que se pongan a jugar.

El problema deportivo del Real Madrid se llama Zinedine Zidane

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