Una semana después de que las llamas comenzaran a devorar la tierra en la región de Arafo-Candelaria en Tenerife, el panorama es desolador. El incendio forestal, que ha ya consumido cerca de 15,000 hectáreas en un perímetro de 90 kilómetros, ha forzado a más de 12,200 personas a abandonar sus hogares en diversos municipios. La magnitud de este incendio, el peor en los últimos 40 años en Tenerife, ha llevado a la organización WWF España a expresar su solidaridad con las comunidades afectadas y a rendir homenaje a los incansables esfuerzos de aquellos que trabajan para controlar y extinguir las llamas.
Alto costo ambiental
El desastre no se limita a las personas y sus propiedades; la catástrofe también tiene un alto costo ambiental. WWF España destaca que el fuego ha devastado ya el Parque Nacional del Teide, el Parque Natural de la Corona Forestal que lo rodea, así como importantes áreas de conservación, como las reservas integrales de Pinorelis y Las Palomas, el monumento natural Barranco de Fasnia y Güímar, y otros tres paisajes protegidos. Entre ellos se cuentan Las Lagunetas, Las Siete Lomas, y los ecosistemas de Tigaiga y Ruiz.
Uno de los focos más preocupantes es el Parque Natural de la Corona Forestal, el área protegida más grande de Canarias, que abarca casi 50,000 hectáreas. Este parque alberga una rica diversidad de hábitats, desde extensos bosques de pino canario hasta zonas de pinar mixto y bosques de laurisilva. El incendio amenaza gravemente estos valiosos entornos naturales y pone en peligro especies endémicas de flora y fauna, algunas de ellas protegidas. Entre ellas, destaca el icónico pinzón azul del Teide, que simboliza la isla y está siendo afectado por la pérdida de su hábitat.
La diversidad biológica de la región está siendo destrozada
La diversidad biológica de la región está siendo destrozada, con consecuencias devastadoras para la vida silvestre. Mientras las aves pueden a menudo escapar de las llamas, muchos reptiles y mamíferos quedan atrapados en el fuego. Además, más de 200 especies endémicas de invertebrados, incluyendo escarabajos, arañas y mariposas nocturnas, que habitan en las cuevas volcánicas bajo la superficie de la zona afectada, enfrentan una amenaza inminente.
El desenlace de esta tragedia tendrá un impacto duradero en la naturaleza y el paisaje. La regeneración llevará años, y mientras tanto, la biodiversidad se verá comprometida y muchas especies estarán en peligro.
Crisis climática
Este desastre no solo ilustra la amenaza inmediata que los incendios forestales representan para las personas y la naturaleza, sino también cómo la crisis climática está exacerbando estas situaciones. Las olas de calor y las sequías persistentes están debilitando los ecosistemas forestales, dejándolos más secos y susceptibles al fuego. WWF España recalca la urgente necesidad de implementar medidas de prevención, en un contexto de emergencia climática, a través de una Estrategia Estatal de Gestión Integral de Incendios Forestales. Esta estrategia, basada en recomendaciones como las presentadas en el Informe "Incendios forestales 2023: Incendios extremos e inapagables", busca transformar la forma en que manejamos y protegemos nuestro territorio.
El incendio en Arafo-Candelaria sirve como un recordatorio urgente de la necesidad de tomar medidas enérgicas para abordar la crisis climática y proteger los frágiles ecosistemas que sustentan la vida en nuestro planeta.