Isabel Díaz Ayuso ha vuelto a protagonizar un polémico pleno en la Asamblea de Madrid, donde ha recurrido una vez más a su ya habitual retórica sobre ETA y Bildu para atacar al Gobierno de Pedro Sánchez. Esta vez, el motivo de la confrontación ha sido la Ley de Vivienda, que, según la presidenta madrileña, ha sido pactada "con expertos en zulos", en referencia a Bildu. Un comentario que no solo ha generado indignación en la oposición, sino que ha servido para desviar la atención de las críticas hacia su gestión en la Comunidad de Madrid, especialmente en lo que se refiere al acceso a la vivienda.
Un discurso repetido
No es la primera vez que Ayuso utiliza la figura de ETA y la relación del Gobierno con Bildu como arma política. Desde que asumió el liderazgo en Madrid, su estrategia ha consistido en vincular al Ejecutivo de Sánchez con la banda terrorista, aunque ETA lleva más de una década desaparecida. En esta ocasión, su referencia a los "expertos en zulos" pretendía reforzar su crítica hacia la Ley de Vivienda impulsada por el Gobierno central, tachándola de perjudicial para la clase media y de seguir las directrices de quienes "se dedican a amparar terroristas".
Este discurso, que puede resonar con cierto sector de su electorado, comienza a resultar repetitivo y, para algunos, desvinculado de la realidad actual. La constante mención de ETA y Bildu se percibe como una táctica para eludir el debate real sobre los problemas de vivienda que afectan a la ciudadanía madrileña.
La realidad de la vivienda en Madrid
Ayuso ha defendido enérgicamente la política de vivienda de su gobierno, asegurando que Madrid es la comunidad con menos viviendas vacías de toda España y que ha construido más viviendas nuevas que otras regiones. Sin embargo, los datos no siempre respaldan sus afirmaciones. La crisis de acceso a la vivienda en la capital es palpable, con precios desorbitados que empujan a las familias de clase media y trabajadora a situaciones insostenibles.
En este sentido, la presidenta ha culpado al Gobierno central del incremento de los precios, afirmando que la Ley de Vivienda estatal ha causado un aumento del 200% en el valor de las viviendas. Pero estas cifras contrastan con la realidad de otras comunidades, como Cataluña, donde los precios han bajado tras la aplicación de las medidas de control del alquiler.
ETA y Bildu como distracción
Ayuso ha encontrado en ETA y Bildu una fórmula eficaz para evitar ahondar en los problemas estructurales que afectan a Madrid. Su acusación de que el Gobierno ha pactado la Ley de Vivienda "con expertos en zulos" es un claro intento de desviar el foco de atención hacia una cuestión que genera rechazo emocional en muchos ciudadanos, pero que tiene poca relevancia en el contexto actual.
El uso recurrente de estas referencias históricas plantea la pregunta de hasta qué punto la presidenta madrileña está dispuesta a debatir los temas de fondo sin recurrir a tácticas de distracción. En lugar de centrarse en soluciones viables para la crisis de vivienda, su estrategia parece orientada a mantener la crispación política y reforzar su imagen de oposición frontal al Gobierno de Sánchez.
La necesidad de un debate real
La vivienda es uno de los problemas más urgentes que enfrentan las grandes ciudades en España, y Madrid no es la excepción. La falta de accesibilidad para quienes buscan una primera residencia, los precios desorbitados del alquiler y la especulación inmobiliaria son cuestiones que requieren soluciones estructurales. En lugar de centrarse en un debate constructivo, Ayuso opta por eludir el fondo de la cuestión con referencias a ETA y Bildu, desviando la atención de la ciudadanía.
Es necesario que la presidenta madrileña y su gobierno asuman su responsabilidad en la gestión de la vivienda en Madrid y que, en lugar de recurrir a discursos vacíos y ataques personales, propongan políticas que realmente beneficien a los ciudadanos. Las tácticas de distracción no resolverán la crisis, y la clase media y trabajadora necesita soluciones tangibles, no palabras huecas.