El caso Begoña Gómez es "una investigación de chichinabo", según el periodista Máximo Pradera

La Justicia ha archivado su denuncia por revelación de secretos contra el juez Peinado, que instruye la causa

06 de Octubre de 2024
Actualizado el 07 de octubre
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Pradera, que se ha metido en el caso Begoña Gómez, en el programa de Pablo Iglesias Otra vuelta de tuerca.
Pradera, que se ha metido en el caso Begoña Gómez, en el programa de Pablo Iglesias Otra vuelta de tuerca.

El próximo lunes, la Audiencia Provincial de Madrid decide si archiva la causa contra Begoña Gómez o da luz verde a la investigación del juez Peinado. De momento, la Justicia ya ha archivado la primera querella que el periodista Máximo Pradera había interpuesto contra el juez instructor por revelación de secretos. Entendía el popular presentador que el juzgado estaba filtrando información a grupos de extrema derecha.

En las últimas horas, el diario Infolibre ha entrevistado a Pradera. “Si ningún tribunal pone límites al juez Peinado, la máquina del fango seguirá funcionando”. “Es increíble que no encuentren motivos para investigar lo denunciado, por lo menos indicios de lo que se conoce como fumus delicti. En otras palabras, que algo huele a chamusquina”, explica el periodista,

Peinado investiga si Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se lucró en la organización de un máster en la Complutense. Pradera cree que “sabía que el pleno del TSJ se reunía para decidir sobre la admisión o inadmisión de mi querella y que me darían traslado de la decisión en los próximos días. Pero alguien lo ha filtrado a El Confidencial antes de que me llegara la comunicación, que para algo soy el querellante. De todas formas, lo que se ha filtrado es el resultado del auto, pero no la argumentación de la decisión como tal, que descubriré en unos días”, asegura Pradera.

El periodista considera “sorprendente” la decisión del tribunal. “Admitir una querella no presupone nada más que la apertura de una investigación, que luego puede incluso quedarse en nada. Es una decisión absolutamente gremialista, derivando la responsabilidad de la filtración en una persona ajena. Se han quitado la patata caliente”, añade.

Pradera denunciaba la comisión de un delito de revelación de secretos, del que también acusaba al jefe del gabinete de prensa del TSJM, Luis Salas Fernández. “Me llama la atención que, así como la prevaricación es una cosa que hay que valorar, que tiene gradaciones, el delito de revelación de secretos está clarísimo. Si un juez decreta el secreto, tiene que cumplirlo. Estamos hablando de hechos claros y fácilmente revisables”, insiste. “Normalmente se aplica en casos más serios, por ejemplo, investigaciones relacionadas con el narcotráfico, secuestros o asesinatos. Esto, por el contrario, no es más que una investigación de chichinabo”, sostiene el periodista. “Aun así, una vez decretado, se tiene que respetar”, insiste.

“En mitad de la investigación y estando el secreto de sumario todavía en marcha, el juez dio traslado de las actuaciones a una de las partes personadas en el proceso, a Vox”. Algo parecido critica respecto a Salas. “Hay un protocolo del CGPJ por el que en todo caso se puede saber el número de testigos, pero nunca la identidad. Sin embargo, el jefe de prensa del TSJM filtró, sin ningún tipo de escrúpulos, las identidades de todas las personas citadas”.

“La filtración de Salas, a través de su gabinete de prensa, sobre la apertura de una causa contra la esposa del presidente, la expone de forma ilegal e irremediable al escarnio público”, dice Pradera en la entrevista con Infolibre. “La justicia tiene que ser transparente, pero todos los derechos tienen límites. Aquí se ha vulnerado el derecho al honor y a la propia imagen de la investigada”.

Sobre los retrasos y dilaciones en el caso, añade: “Un mes más de telediarios. A este paso, tenemos por lo menos hasta Halloween con Begoña Gómez por aquí y por allá”, ironiza. “Pero mientras ningún tribunal diga que es un abuso… Si ningún tribunal pone límites a Peinado, la máquina del fango seguirá funcionando. A base de argumentos tan sólidos como algo habrá hecho, es muy raro que haya tenido que venir el juez hasta la Moncloa o el que calla otorga”.

“Peinado 1, Pradera 0”, bromea. “Aquí la que pierde es la propia justicia, que tiene que velar por conservar su apariencia de imparcialidad e institucionalidad (...) Puesto que solo existe la opción de apelación ante el mismo tribunal, renuncio. Es casi seguro que no recurriré. Ahora es la opinión pública la que tiene que juzgar, con el sentido común, si se puede archivar una causa con tanta evidencia”, concluye.

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