El juez Peinado procesará a Begoña Gómez en otoño pese a que su instrucción por tráfico de influencias está cogida con pinzas

El magistrado no decretará más prórrogas y entiende que tiene material suficiente para sentar a la esposa del presidente en el banquillo

06 de Agosto de 2025
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Pedro Sánchez y Begoña Gómez en una imagen de archivo.
Pedro Sánchez y Begoña Gómez en una imagen de archivo.

El juez Peinado quiere procesar a Begoña Gómez después del verano sea como sea. “No habrá más prórrogas”, le ha dicho a los periodistas de Artículo 14. ¿Pero qué pruebas rotundas tiene el magistrado para considerar que la primera dama se valió de su posición privilegiada para organizar un máster en la Universidad Complutense de Madrid? Repasemos la polémica instrucción.

Para empezar, no es necesario estar en posesión de una cátedra para organizar un máster. Hay cientos de casos en las universidades españoles cada día. Así que en ese terreno de arenas movedizas el juez no va a entrar.

Por otro lado, Peinado investiga si Begoña Gómez registró a su nombre un softwarevalorado en 150.000 euros desarrollado por entidades privadas para la cátedra universitaria que dirigía. Hasta la fecha, se sabe que el programa informático era libre, así que no cabría hablar de apropiación indebida. En esa línea se han pronunciado los directivos de las compañías tecnológicas y funcionarios universitarios que han desfilado ante el juez en calidad de testigos.

En cuanto a las supuestas mediaciones de Gómez para el rescate de la compañía Air Europa, una operación de Estado por casi 500 millones de euros, tampoco ha logrado reunir nada sólido y definitivo contra la imputada. La propia Audiencia Provincial ya le ha dicho en varias ocasiones que no debe seguir esa línea de investigación porque supondría apartarse del núcleo del asunto e incurrir en una investigación prospectiva. Peinado se ha saltado en varias ocasiones las órdenes de la Audiencia tratando de reabrir forzadamente el caso de la compañía aérea. No ha podido lograrlo.

En tercer lugar, están las sospechas de que la esposa del presidente del Gobierno habría mediado para favorecer a Juan Carlos Barrabés, un empresario con el que mantiene una relación de amistad, en la obtención de adjudicaciones públicas. Está por ver dónde están las comisiones y las presuntas concesiones a dedo.

Tampoco se han acreditado las influencias, mayormente porque Begoña Gómez no es un cargo político ni una funcionaria del Estado, de modo que mal puede influir alguien que no ostenta ningún poder.

En cuanto al nombramiento de Cristina Álvarez, asesora de Moncloa, el juez Peinado ha querido ver en esa designación una malversación de funciones públicas, ya que Begoña Gómez habría recurrido a ella para realizar sus actividades profesionales privadas. Lo cierto es que existe un vacío legal, ya que no están delimitadas por ley las atribuciones del consorte presidencial. De hecho, todas las esposas de los anteriores presidentes del Gobierno han recurrido a ayudantes para atender a sus obligaciones y quehaceres diarios públicos y privados. En su afán por demostrar la malversación, Peinado incluso ha tratado de implicar al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, a quien quiso imputar a lo largo del procedimiento (incluso interrogándolo en Moncloa, donde el magistrado pidió una tarima para poder estar por encima del representante del Gobierno durante el interrogatorio). El Tribunal Supremo cortó de raíz esa posibilidad afeándole que no tenía ni una sola prueba contra el ministro, también titular del Ministerio de Justicia.

Se ha rastreado cómo fue designada Begoña Gómez al frente de la cátedra, qué vías de financiación utilizó y si colocó a personas afines en puestos clave. Esa vía de la investigación tampoco ha dado resultados concluyentes, de modo que la instrucción está cogida por pinzas.

Según fuentes próximas al Juzgado de Instrucción Número 41 el sumario está prácticamente concluido y pese al pobre resultado obtenido Peinado piensa llevar “pa’lante”, como diría Miguel Ángel Rodríguez en sus famosos tuits, a la esposa del jefe del Ejecutivo español.

La instrucción concluirá a partir de septiembre las pocas diligencias que quedan pendientes y el juez dará el siguiente paso para sentar en el banquillo de los acusados a la inquilina de Moncloa, según Artículo 14. Mientras tanto Begoña Gómez pasa sus vacaciones en Lanzarote junto a Pedro Sánchez, pendiente de la causa judicial que le persigue desde hace más de un año. Una investigación que el instructor de Plaza Castilla abrió porque, “presuntamente, habría intentado mediar para que su amigo, el empresario y dueño de la empresa Innovanext Juan Carlos Barrabés, consiguiera adjudicaciones públicas”. En cuanto a esas presuntas adjudicaciones a dedo, tampoco ha logrado el instructor reunir pruebas concluyentes. Ni mordidas, ni comisiones. Nada de nada, tampoco cuentas secretas de Gómez en bancos o paraísos fiscales, ni empresas interpuestas, ni un incremento patrimonial que permitiría hablar de un caso de corrupción como sí es el sumario Koldo.

“El instructor en estos meses ha hecho un recorrido por toda la actividad empresarial de la mujer del presidente. Ha investigado cómo llegó a dirigir la cátedra que impartía en la Universidad Complutense, cómo conseguía la financiación para ella, si su asesora fue elegida por enchufe y si le ayudó a obtener patrocinadores para la cátedra”.

Tras dieciséis tomos de sumario del caso, con centenares de páginas cada uno, la prórroga termina en el mes de octubre. Fuentes del caso consultadas por Artículo14 estiman que “no habrá más prórrogas” y que la mujer del presidente será procesada después del verano con total seguridad. Los cargos serán malversación y tráfico de influencias, dos delitos sobre los que tendrá que pronunciarse el tribunal superior. Peinado cree que la asesora Álvarez se excedió de sus competencias y halló una “clara y palmaria desviación de las labores de un funcionario público respecto de lo que debieran ser sus funciones de ayuda, de mera colaboración y acompañamiento”.

Asimismo, puso de relieve la amistad previa de ambas investigadas para el nombramiento de Álvarez cuando Gómez llegó al palacio de la Moncloa: “Otro dato más a considerar es el de la amistad personal previa, siendo la razón de su nombramiento en el cargo de máxima confianza, sirviendo a las actividades privadas de Begoña Gómez, que se pretenden mejorar con este nombramiento”, reza el escrito que allana el camino a Peinado para sentar en el banquillo de los acusados a la esposa de Pedro Sánchez.

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