La “ley de la moralidad” que borra a las mujeres afganas en público

La legislación recientemente adoptada por las autoridades afganas de facto intenta convertir a las mujeres en “sombras sin rostro ni voz” y refuerza las violaciones de sus derechos ya existentes

02 de Septiembre de 2024
Actualizado a las 12:23h
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Una madre afgana sostiene a su hija en brazos, mirando la luz desde detrás de su ventana oscurecida. Otra víctima de la "ley de la moralidad". | Foto: UN Women/Sayed Habib Bidell
Una madre afgana sostiene a su hija en brazos, mirando la luz desde detrás de su ventana oscurecida. Otra víctima de la "ley de la moralidad". | Foto: UN Women/Sayed Habib Bidell 

“La ley de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio recientemente adoptada por las autoridades de facto de Afganistán consolida políticas que borran por completo la presencia de las mujeres en público”. Así lo ha advertido, esta semana, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU. Según este organismo, la nueva legislación silencia las voces de las mujeres, las priva de su autonomía individual, e intenta convertirlas en “sombras sin rostro ni voz”, lo que califica como “absolutamente intolerable”.

El Alto Comisionado, Volker Türk, pide que se derogue inmediatamente esa “ley atroz”.

La ley refuerza las violaciones de derechos humanos. Asimismo, la Oficina señala que la larga lista de disposiciones represivas que esa ley impone a las mujeres refuerza una serie de restricciones ya existentes que violan sus derechos fundamentales. Estas incluyen su libertad de circulación, su libertad de expresión y su derecho a vivir libres de discriminación.

La ley incluye la obligación de llevar ropas que cubran completamente el cuerpo de la cabeza a los pies, incluido el rostro; la prohibición a los proveedores de transporte de trasladar a mujeres a menos que vayan acompañadas por un familiar varón; y la prohibición de que se escuche la voz de las mujeres en público.

La nueva legislación incluye otras limitaciones “vagamente definidas” que afectan a otros derechos, como el de practicar libremente la propia religión.

Poder a discreción para castigar

“La ley también otorga a los agentes del Estado amplios poderes discrecionales para detener a personas, imponerles castigos o remitir asuntos a los tribunales”. Además, la normativa “estrecha aún más el cerco” sobre el sector de los medios de comunicación, con la prohibición de publicar imágenes de seres humanos, presumiblemente también las de los funcionarios de facto.

La Oficina pide a las autoridades de facto que deroguen inmediatamente esa legislación, afirmando que viola claramente las obligaciones contraídas por Afganistán en virtud del derecho internacional de los derechos humanos.

“Desempoderar y hacer invisible y sin voz a la mitad de la población de Afganistán sólo empeorará la crisis humanitaria y de derechos humanos del país”, concluye la entidad, añadiendo que es el momento de reunir a todos los afganos, “con independencia de su sexo, religión o etnia”, para ayudar a resolver los numerosos retos a los que se enfrenta el país.

Por su parte, la secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz, Rosemary DiCarlo, señala que, de mantenerse, la ley sólo impedirá el retorno de Afganistán a la escena internacional, según indicó Alessandra Vellucci, del Servicio de Información de la ONU en el encuentro habitual con los medio en Ginebra. 

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