Existe en estos momentos una fuerte polarización entre quienes ven el net zero como una obligación moral y quienes lo consideran un riesgo económico y social. Hay sectores que están cuestionando la rapidez y el coste de la transición ecológica, con advertencias sobre posibles recesiones y aumento de la desigualdad.
Hoy The Guardian publica un reportaje sobre Ed Miliband,secretario de Energía del Reino Unido, dondeacusa a los políticos que se oponen a las políticas de emisiones netas cero de estar “traicionando a las futuras generaciones”. Subraya la urgencia de actuar frente al cambio climático y advierte sobre las consecuencias de retrasar o revertir los compromisos climáticos.
La "verdad radical" del secretario de Energía se produce mientras Reform UK plantea una crítica feroz y la eliminación de las políticas "cero emisiones netas". Los conservadores también están criticando los objetivos y se plantean abandonarlos, señala The Guardian.
"En lo que se planea que sea un evento anual, el secretario de seguridad energética y cero neto pronunciará un discurso sobre el "estado del clima" ante la Cámara de los Comunes, en el que expondrá las conclusiones de un nuevo informe dirigido por la Oficina Meteorológica que dice que el Reino Unido ya se enfrenta a un clima extremo y sus efectos", señala el diario británico.
Dicho informe,dirigido por la Oficina Meteorológica, explica que, con un aumento en la frecuencia e intensidad de las olas de calor y un mayor período de lluvias intensas que provocan inundaciones, el Reino Unido ya está muy afectado por la crisis climática.
“Siento una profunda responsabilidad hacia el pueblo británico de decirles la verdad sobre lo que sabemos sobre la crisis climática y natural”, dijo Miliband. “Quiero que esto se convierta en una declaración anual que sea un ejercicio de decir la verdad radical sobre el estado del clima y la naturaleza”,apunta Miliband. “Creo que solo siendo sinceros con la gente sobre lo que sabemos podremos ganarnos su confianza sobre la necesidad de actuar”.
Miliband es retratado habitualmente por oponentes políticos y sectores de los medios de comunicación como un fanático del cambio climático cuyas políticas son innecesarias y aumentarán las facturas, apunta The Guardian. Miliband enfatiza que no actuar compromete el bienestar de los jóvenes y las próximas generaciones, y que la historia juzgará a quienes obstaculicen el avance hacia una economía baja en carbono.
Posturas en contra
El partido Reform se ha comprometido a eliminar todas las políticas de cero emisiones netas y los subsidios a las energías renovables.
Los conservadores, que promulgaron el compromiso de alcanzar las cero emisiones netas para 2050 bajo el mandato de Theresa May, abandonaron el objetivo este año.
Temor ante problemas para la economía:
Las críticas al discurso de Miliband no se han hecho esperar. Artículos como este, en The Telegraph o el publicado en Spectator, ofrecen una visión que suscita interés e inquietud a partes iguales.
Estas publicaciones, entre otras, nos sirven para conocer los argumentos que cuestiona la decisión del gobierno de avanzar más rápido que otros países en la descarbonización, como el objetivo de eliminar los coches de gasolina y diésel para 2030, antes que la UE. Destaca que la estrategia no está logrando atraer inversiones ni desarrollar industrias verdes nacionales, mientras que países como China sí están prosperando en estos sectores.
China se menciona como ejemplo de país que prioriza el crecimiento económico sobre la rapidez en la transición net zero, con un objetivo para 2060 y sin sacrificar el desarrollo industrial.
Un informe filtrado del Departamento de Negocios y Comercio advierte que la transición rápida hacia el net zero podría provocar una recesión comparable a la crisis del petróleo de 1973, con una posible caída del 10% del PIB del Reino Unido para 2030.
El informe señala riesgos de desestabilización del sistema financiero debido al retiro forzado de activos industriales antes de tiempo y predice un impacto negativo en las finanzas públicas a corto plazo.
El informe filtrado respalda la nueva postura conservadora de suavizar los objetivos de net zero, mientras que Ed Miliband insiste en mantener la hoja de ruta actual, a pesar de las advertencias de sus propios asesores.
Según estos datos, los hogares más pobres serían los más afectados, ya que podrían no ser capaces de reducir su consumo para financiar inversiones verdes. En este sentido se anticipa que el gasto público tendría que aumentar para compensar los efectos negativos sobre los grupos más desfavorecidos, lo que pondría aún más presión sobre las finanzas públicas.
Se apunta que la política de Ed Miliband de acelerar el net zero podría perjudicar gravemente la economía británica, según los propios analistas del gobierno.
Según la información publicada, empresas como BP han anunciado miles de despidos (4.700 empleos directos y 3.000 de contratistas) debido a las nuevas reglas y cargas fiscales asociadas al net zero. Se menciona también el cierre de plantas de automoción (Vauxhall, Honda, Ford) y la amenaza de “extinción” de la industria química por los altos costes energéticos y la transición verde.
La pieza del Telegraph cuestiona la premisa de que los empleos perdidos en industrias tradicionales serán compensados por nuevos empleos verdes, señalando la falta de trabajadores cualificados y la dificultad de reconvertir a quienes pierden su empleo en sectores afectados. Se señala que las promesas de energía renovable “barata, limpia y abundante” no se están cumpliendo, que los costes energéticos industriales en Reino Unido son los más altos del mundo y que la infraestructura (como la red eléctrica) no está preparada para absorber la transición a vehículos eléctricos y bombas de calor, que además resultan caras e inadecuadas para gran parte del parque de viviendas.
El artículo citado acusa a Miliband de convertir el debate sobre el net zero en una “guerra cultural”, de ignorar las advertencias sobre los costes y de despreciar a quienes cuestionan su enfoque como “miopes” o “guerreros culturales”
¿Replanteamiento en la UE?
Aunque algunos países y partidos han pedido ralentizar o revisar ciertas metas (especialmente en sectores sensibles como la automoción o la agricultura), la tendencia dominante en las instituciones europeas es mantener el rumbo, pero con mayor flexibilidad y atención a la realidad económica. Se busca que la transición climática impulse la innovación y el empleo de calidad, evitando impactos negativos sobre los sectores más vulnerables.
El contexto geopolítico (guerra en Ucrania, crisis energética, competencia global) ha forzado a la UE a adaptar su estrategia, pero no a abandonarla.
La UE mantiene sus objetivos climáticos ambiciosos, pero introduce ajustes y reformas para responder a desafíos económicos, sociales y geopolíticos recientes. El Eurobarómetro muestra un apoyo ciudadano sostenido a la acción climática. Las nuevas propuestas europeas plantean una manera más pragmática y flexible de alcanzar los objetivos, permitiendo ajustes en función de las circunstancias económicas y tecnológicas.
La Comisión Europeaha propuesto un nuevo objetivo para 2040 de reducción del 90% de emisiones netas respecto a 1990, reforzando el marco legal para la neutralidad climática en 2050.
La UE está revisando su agenda verde para alinear la descarbonización con la estrategia industrial, reducir barreras burocráticas, agilizar permisos y simplificar requisitos, especialmente en sectores como acero, baterías, metales y productos químicos. El objetivo, señalan, es evitar la deslocalización industrial y mantener la competitividad.
La ley de Industria Net Zero, recientemente aprobada, busca aumentar la capacidad de fabricación de tecnologías limpias en Europa, reducir la dependencia de terceros países y facilitar la inversión y el desarrollo de empleo en sectores estratégicos. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha subrayado que la Ley de Industria Net Zero permitirá a la UE avanzar hacia sus objetivos climáticos sin sacrificar la competitividad ni la seguridad energética.
Expertos y think tanks abogan por una cartera tecnológica diversificada y estrategias resilientes ante riesgos geopolíticos y de suministro.
Algunos cambios recientes en las políticas europeas señalan un giro parcial hacia el escepticismo climático, entendido no como negacionismo, sino como una mayor cautela, pragmatismo o ralentización en la aplicación de las medidas más ambiciosas de la agenda climática.
- Prioridad a la seguridad económica y social: En varios países europeos, la preocupación por la economía, el empleo y la seguridad supera a la preocupación por el clima. Esto ha llevado a gobiernos a revaluar o ralentizar ciertas medidas climáticas para evitar impactos negativos en sectores industriales o en el coste de la vida.
- Aumento del apoyo a la adaptación frente a la mitigación: Entre 2020 y 2024, el apoyo ciudadano a la adaptación al cambio climático (gestionar sus efectos) creció más que el apoyo a la mitigación (reducir emisiones), especialmente en Alemania y Polonia. Esto refleja una preferencia por políticas menos disruptivas y más enfocadas a la resiliencia que a la transformación estructural.
- Debate político y presión de partidos escépticos: El escepticismo climático ha ganado presencia en el discurso de partidos de extrema derecha y, cada vez más, de centro-derecha, que cuestionan el ritmo o los costes de la transición ecológica. Este debate ha influido en la agenda política y en la comunicación pública de algunos gobiernos.
- Desplazamiento del discurso: Aunque la UE mantiene sus objetivos legales de neutralidad climática para 2050, en la práctica se observa un desplazamiento del discurso hacia la compatibilidad con la competitividad industrial y la seguridad energética, lo que puede interpretarse como una respuesta al escepticismo creciente en la opinión pública y en sectores económicos.
El escepticismo climático en Europa no implica un rechazo frontal a la ciencia del clima, sino una mayor demanda de equilibrio entre acción climática y protección social/económica.