El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha generado una ola de preocupación y enfado en la Unión Europea tras sus recientes visitas a Moscú y Pekín, donde se reunió con los presidentes Vladímir Putin y Xi Jinping. Orbán ha defendido sus movimientos como una “misión de paz” para Ucrania, proponiendo que Europa tome la iniciativa en las negociaciones de paz sin esperar la intervención de Estados Unidos. Esta postura, plasmada en dos informes confidenciales enviados a los líderes de la UE, ha levantado fuertes críticas y generado un debate acalorado sobre la legitimidad y las verdaderas intenciones de Orbán.
La Visión de Orbán
En los informes confidenciales enviados al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y a los líderes de los Estados miembros, Orbán argumenta que Europa debe lanzar una iniciativa de paz para Ucrania debido a la supuesta incapacidad de Estados Unidos para actuar en el contexto de su campaña electoral. Según Orbán, los próximos dos meses en el frente de batalla en Ucrania serán “más dramáticos que nunca”, por lo que considera urgente que Europa tome la delantera en la búsqueda de un alto el fuego y la creación de una hoja de ruta para las conversaciones de paz.
Orbán asegura que sus conversaciones con Putin y Xi Jinping han revelado una mayor disposición para aceptar propuestas de alto el fuego y negociaciones de paz. “Basándome en mis conversaciones, creo que ahora hay mayores posibilidades de que se reciban positivamente todas las posibles propuestas de alto el fuego y de una hoja de ruta para las conversaciones de paz”, afirmó Orbán en su informe sobre su viaje a Moscú.
Reacción de la UE
La respuesta de la UE a las acciones de Orbán ha sido de una profunda desconfianza y enfado. Muchos líderes europeos han acusado a Orbán de instrumentalizar su posición como presidente semestral del Consejo de la UE para avanzar en su agenda personal y la de sus aliados, como Putin y Trump. La controversia ha obligado a Orbán a rendir cuentas en una reunión diplomática en Bruselas, donde defendió que sus informes ya estaban previstos independientemente de la reacción de la UE.
Conversaciones con Putin y Xi: ¿Un Juego de Poder?
En su informe sobre su reunión con Xi Jinping, Orbán menciona que discutió los posibles escenarios para el conflicto en Ucrania tras las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos. Según Orbán, planteó a Xi la idea de que un nuevo presidente estadounidense se enfrentará a la presión de presentar un resultado político rápido, lo que podría incluir un alto el fuego y rápidas conversaciones de paz. Xi Jinping, sin embargo, no comentó sobre esta posibilidad, lo que ha dejado a muchos analistas cuestionando la eficacia y sinceridad de las gestiones de Orbán.
Orbán se presenta a sí mismo como un mediador, pero su historial de veto a sanciones contra Rusia y de bloqueo de fondos europeos para la ayuda militar a Ucrania ha generado escepticismo sobre sus verdaderas intenciones. La reunión de Orbán con Putin, en la que el húngaro habló de paz junto a un líder que continúa intensificando los ataques contra Ucrania, ha sido vista como un gesto simbólico que favorece más a Moscú que a una resolución pacífica del conflicto.
El Ataque Ruso a un hospital infantil
La visita de Orbán a Moscú se produjo pocos días antes de que las tropas rusas lanzaran un ataque de gran intensidad contra Ucrania, alcanzando el principal hospital pediátrico oncológico del país en Kiev. Este ataque subraya la brutalidad continua del conflicto y cuestiona la narrativa de paz que Orbán intenta promover. Mientras Orbán estrechaba la mano de Putin y discutía posibles soluciones de paz, el ejército ruso seguía cometiendo actos de violencia devastadora contra la población ucraniana.
En sus informes, Orbán menciona que Putin considera relevante la propuesta de paz de la primavera de 2022, que incluía la ocupación rusa de Crimea sin reconocimiento ucraniano y la neutralidad de Ucrania con garantías de seguridad de varios países, incluida Rusia. Esta propuesta, que fue descartada debido a las atrocidades rusas en Bucha y otras ciudades, es vista por muchos en la UE como una capitulación ante las demandas rusas más que una solución justa y sostenible.
La Posición de China
Según Orbán, Xi Jinping ve a China como un “mediador honesto” en el conflicto y critica la política de guerra de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, la falta de acción concreta por parte de China para presionar a Rusia a detener su agresión ha dejado en claro que las palabras de Xi no se han traducido en medidas efectivas para la paz.
Un Juego Peligroso
Las acciones del primer ministro hungaro han creado una profunda división en la UE y han planteado serias preguntas sobre la dirección futura de la política europea hacia el conflicto en Ucrania. Mientras Orbán se presenta como un mediador, su proximidad a Putin y sus movimientos unilaterales han socavado la confianza en sus intenciones y en la efectividad de sus propuestas de paz. La UE debe pilotar cuidadosamente estos desafíos, asegurando que cualquier iniciativa de paz sea inclusiva, justa y verdaderamente orientada a resolver el conflicto sin ceder a las presiones de agresores externos. La unidad y la coherencia en la respuesta europea serán cruciales para enfrentar las ambiciones y estrategias de líderes como Orbán y asegurar una paz duradera en Ucrania.