Peinado ya tiene sustituto para el caso Begoña Gómez: el juez que exculpó a Esperanza Aguirre de su fuga de la policía

Carlos Valle podría hacerse con el asunto si el TSJ de Madrid admite la querella por revelación de secretos de la primera dama y aparta de la causa al instructor

16 de Septiembre de 2024
Actualizado el 17 de septiembre
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Aguirre en su coche en una imagen de archivo.
Aguirre en su coche en una imagen de archivo.

Cada vez queda menos tiempo para conocer la decisión el TSJ de Madrid sobre las querellas de Moncloa contra el juez Peinado a cuenta del caso Begoña Gómez. Si la querella que presentó el propio presidente del Gobierno por prevaricación tiene pocos visos de prosperar, los juristas, expertos y periodistas especializados en tribunales creen que la formulada por revelación de secretos por el abogado Antonio Camacho, defensor de la familia en nombre de la primera dama, tiene “muchas posibilidades de ser admitida a trámite”. Así lo considera, por ejemplo, Casimiro García-Abadillo, quien este fin de semana, en El Independiente, hace un análisis de los últimos acontecimientos en el Juzgado de Instrucción Número 41 de Madrid.

Las consecuencias de que esa querella sea aceptada por el TSJ serían inmediatas. De manera automática, Peinado sería apartado del caso, que con toda probabilidad seguiría instruyendo un sustituto. El nombre de la persona que relevaría en su puesto al instructor del caso Begoña Gómez está aún en el aire, aunque bien podría ser el juez Carlos Valle, según fuentes de Televisión Española. Precisamente fue este magistrado quien, en sustitución de Juan Carlos Peinado el pasado mes de julio, mantuvo la decisión del titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid de interrogar al presidente en el Palacio de la Moncloa. En concreto, en la querella del líder socialista, la Abogacía del Estado recurrió contra Peinado y Valle “por una providencia por la que se citó a Sánchez como testigo y otra por la que se rechazó que el presidente declarase por escrito”, añaden las fuentes de TVE. El sustituto accidental pidió la declaración del premier en relación a unos hechos concretos: las reuniones de su esposa en Moncloa con el empresario Juan Carlos Barrabés, impulsor de su máster de Transformación Social Competitiva en la Universidad Complutense y a quien ella avaló por escrito en sendas adjudicaciones públicas de los que tuvo conocimiento, no por razón de su cargo, sino en su condición de esposo de Begoña Gómez.

Valle es otro juez veterano de cuerda conservadora. En 1986, el diario El País publicaba: “La ingrata entrada en la historia del juez Carlos Valle”, y aseguraba que el entonces titular del Juzgado número 14 ordenó una redada contra presuntas abortistas en Madrid. El artículo, firmado por Karmentxu Marín, añadía: “De escuchar la terminología de las mujeres que han comparecido ante Carlos Valle por su presunta relación con prácticas abortivas, el titular del Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid es un joven chulo y guaperas que se pone bravo e intimida con su aire autosuficiente”.

Por esas mismas fechas, el diario madrileño daba más información sobre los problemas del magistrado por su ideología antiabortista: “El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha iniciado los trámites previos a un posible expediente disciplinario contra el juez Carlos Valle, denunciado por varios abogados como autor de un abuso de autoridad, entre otras presuntas infracciones. Las acciones y omisiones que se imputan al juez Valle guardan relación con la investigación sobre supuestos delitos de aborto que viene realizando como titular del Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid y podrían desencadenar sanciones que van desde la reprensión y multa a las de suspensión y separación”. Además, el magistrado acusó a la vocal del CGPJ Cristina Alberdi de “coartar” su independencia en la persecución del delito de aborto.

Sin embargo, Carlos Valle pasó a la historia por haber exonerado a Esperanza Aguirre de su huida de los agentes de la autoridad tras un incidente de tráfico. El magistrado concluyó que Aguirre no cometió ningún delito, ya que en su auto recogió que no quedó “suficientemente acreditada la desobediencia y las lesiones por imprudencia” denunciadas. Tampoco vio que sean “constitutivos de infracción penal” los daños de la motocicleta de uno de los agentes. De esta manera, concluyó que la expresidenta de Madrid no cometió ni delito ni falta alguna.

El posible sustituto de Peinado también fue el juez del caso Bono, que investigó la detención de dos militantes del PP arrestados por el intento de agresión al ministro de Defensa durante una manifestación convocada por la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT). El juez alegó que no había “dato alguno que permita afirmar la realización por parte de los detenidos de los hechos por los que fueron privados de libertad”, según informó en su día Libertad Digital. Aquello provocó una investigación interna en el seno de la Policía. El citado medio informó además de que la Abogacía del Estado recurrió la decisión del magistrado, al que atribuyó “irregularidades” por no admitir las pruebas propuestas por los agentes. Este organismo invocó “nula imparcialidad” y “ánimo de innecesaria confrontación” del juez. Finamente, el CGPJ respaldó a Valle frente a las críticas del abogado estatal.

Ahora el TSJ de Madrid decidirá, en los próximos días, si aparta a Peinado del caso Begoña Gómez. A este respecto Casimiro García-Abadillo escribe: “No es necesario advertir que este tema es el más peliagudo de los que tiene que resolver en los próximos días el Tribunal Superior madrileño. Las fuentes consultadas afirman que por encima de los debates ideológicos está la aplicación de la ley. Lo cual quiere decir que Peinado puede tener los días contados como instructor de la causa contra la esposa del presidente”. Juan Carlos Peinado puede salir por la puerta de atrás tras una polémica instrucción contra la esposa del presidente que no pocos juristas de prestigio han calificado de “prospectiva”. Sin embargo, el caso contra Sánchez podría continuar, ya que el recambio conservador está preparado, garantizado y dispuesto a seguir con el culebrón. Show must go on.

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