La precariedad laboral y la crisis de la vivienda son barreras insuperables para los jóvenes

UGT y RUGE - Revolución Ugetista reclaman que la emancipación deje de ser un sueño inalcanzable: "Es hora de que las personas jóvenes podamos construir nuestra vida"

13 de Agosto de 2024
Actualizado el 14 de agosto
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Emancipacion jovenes precariedad
Un muro separa a los jóvenes de su emancipación por la precariedad laboral, salarial y la crisis de la vivienda | Foto: Bella Nazaire / Unsplash

En los últimos años, las posibilidades de emancipación de la población juvenil en España se han visto fuertemente condicionadas por la evolución de la economía, la mejora insuficiente de las condiciones laborales y las crecientes dificultades en el acceso a la vivienda. La combinación de estos factores ha creado un entorno donde la independencia económica y habitacional para los jóvenes es cada vez más difícil de alcanzar.

El contexto económico y laboral

Tras la pandemia, la economía española ha experimentado una etapa de expansión que ha llevado a niveles históricos de creación de empleo juvenil. La reforma laboral de 2021 ha sido un factor clave en este proceso, aumentando el empleo indefinido y reduciendo la temporalidad. Sin embargo, a pesar de estas mejoras, los jóvenes siguen enfrentándose a niveles de desempleo, temporalidad y parcialidad superiores a los del resto de la economía, lo que impide la estabilidad necesaria para la emancipación.

A la vez, la escalada de precios provocada por la guerra en Ucrania ha encarecido el coste de la vida, dificultando el acceso a productos básicos como la energía y los alimentos. En este contexto inflacionista, el escaso incremento de los salarios percibidos por la población joven ha sido insuficiente para asegurar una mejora de su capacidad adquisitiva, empeorando sus posibilidades de acceder a una vivienda digna.

La crisis habitacional

El crecimiento desorbitado de los precios de la vivienda, junto con la inestabilidad laboral y salarial, ha hecho que la única alternativa viable para muchos jóvenes sea vivir de alquiler en régimen compartido. La escasa capacidad de ahorro, resultado de los bajos salarios, hace prácticamente imposible hacer frente al coste de las hipotecas, que se han encarecido debido al aumento de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo en respuesta a la crisis inflacionista.

Además, la burbuja de precios en las grandes ciudades obliga a la mayoría de los jóvenes a dedicar una gran parte de su salario al pago del alquiler, impidiéndoles alquilar una vivienda por sí solos y retrasando sus proyectos vitales de manera indefinida.

La persistente precariedad laboral

A pesar de la creación de empleo, los jóvenes siguen sufriendo con mayor severidad los estragos del desempleo y la temporalidad laboral. Las tasas de desempleo juvenil se mantienen muy por encima de las registradas por el resto de la economía. La parcialidad involuntaria también es un problema significativo, con muchos jóvenes forzados a aceptar empleos a tiempo parcial debido a la falta de opciones de tiempo completo.

Los salarios bajos e insuficientes, incompatibles con la emancipación y el desarrollo de proyectos de vida a largo plazo, son otro obstáculo importante. A pesar de la mejora en la creación de empleo, la población joven sigue registrando una mayor precariedad laboral, lo que explica que casi 8 de cada 10 personas menores de 26 años no declaren ingresos superiores al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) anual equivalente a tiempo completo.

Emancipación tardía y sus implicaciones

La tardía emancipación de la población joven es uno de los principales problemas que enfrentan. La precaria inserción en el mercado laboral a una edad temprana y la consecuente escasez de ahorros hacen que muchos jóvenes no puedan emanciparse cuando desean. Según el último informe del Observatorio de Emancipación, en el segundo semestre de 2023 solo el 17% de la población joven residente en España vivía emancipada.

La comparación con los países de nuestro entorno revela que, a pesar de tener una de las economías más prósperas de la UE, los jóvenes en España tienen más dificultades para conformar un proyecto de vida independiente. En 2023, la edad media de emancipación en España se situó en 30,4 años, cuatro años más que el promedio de la UE.

El dilema del alquiler y la propiedad

Para muchos jóvenes, vivir en alquiler es la única opción viable debido a la incapacidad de ahorrar suficiente dinero para una hipoteca. Sin embargo, la burbuja de precios de alquiler en las grandes ciudades ha hecho que esta opción también sea menos viable. El precio promedio de un alquiler en España asciende a 968 euros, lo que representa el 92,1% del salario medio neto mensual de una persona joven.

El acceso a una vivienda en propiedad representa un horizonte muy lejano para la mayoría de los jóvenes. Los ahorros de la población joven se han recortado un 26% desde 2020, y el aumento del coste de las hipotecas a tipo variable ha complicado aún más la situación. El importe promedio para la entrada de una vivienda se sitúa en 55.269 euros, lo que supone 4,4 veces el salario anual de una persona joven.

La emancipación juvenil en España es un desafío creciente debido a la combinación de precariedad laboral, bajos salarios y crisis habitacional. A pesar de las mejoras en la creación de empleo y la reducción de la temporalidad, los jóvenes siguen enfrentándose a una realidad económica y laboral que dificulta su independencia. La elevada edad media de emancipación y las dificultades para acceder a una vivienda digna reflejan un problema estructural que urge enfrentar con políticas eficaces y sostenibles. La regulación de precios en zonas tensionadas y la ampliación del parque público de viviendas son medidas cruciales para mejorar las condiciones de vida de los jóvenes y garantizar un futuro más prometedor para esta generación.

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