El líder de la extrema derecha española, Santiago Abascal, ha traspasado un umbral crítico con sus declaraciones sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El "macho alfa" de Vox sube el tono y sus palabras ya no solo reflejan una profunda animadversión política sino que también suscitan serias preocupaciones sobre el rumbo y el tono del debate político en España si de él depende.
El contexto de las declaraciones
Abascal, en su visita a Argentina, tenía claros sus objetivos: fortalecer los lazos políticos internacionales y explorar alianzas con líderes de ideologías afines, y de paso apoyar en la toma de posesión a uno de los líderes del fascismo posmoderno, Javier Milei, como nuevo presidente del país.
Durante una entrevista con el diario 'Clarín', Santiago Abascal describió a Sánchez como un líder sin escrúpulos, dispuesto a "pisar las leyes" y "comprometer la unidad nacional" y sin ningún pudor firmó que el pueblo podría desear "colgar de los pies" a Sánchez. Este comentario no solo es un ataque personal sino que también simboliza una escalada en la retórica política.
Reacciones y consecuencias
La respuesta a las declaraciones de Abascal ha sido rápida y contundente. Líderes y ministros del PSOE han denunciado sus palabras como "indignas" y una "grave incitación al odio". Estas críticas subrayan la gravedad de la situación, planteando la pregunta de si tales expresiones pueden tener un lugar en una sociedad democrática que valora el debate respetuoso y constructivo. Y lo cierto es que alguien debería denunciar fondo y formas del discurso de la extrema derecha populista y polarizadora o, no sería nada descabellado que, de oficio, lo hiciera Fiscalía.
Estas declaraciones de Abascal no solo son preocupantes por su contenido explícito, sino también por lo que implican sobre la naturaleza del discurso político en España. En un clima democrático, el debate y la discrepancia son vitales, pero deben mantenerse dentro de los límites del respeto y la responsabilidad. La retórica de Abascal no solo rompe con estos principios sino que también pone en peligro la integridad del proceso político, fomentando una atmósfera de división y hostilidad.
El Partido Popular
La situación plantea un desafío particular para el Partido Popular y su líder, Núñez Feijóo. ¿Cómo responderán a estas declaraciones extremas de su socio político?la reacción del PP podría definir no solo su relación con Vox sino también el futuro del discurso político en España. Pero no esperemos nada del Partido Popular, primero porque es posible que compartan el fondo de las palabras de Abascal y, segundo porque no interesa romper con el bastón que los sostiene al frente de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas donde no han sido la fuerza más votada.
Alberto Núñez Feijóo ha asegurado sobre las palabras de Abascal: “Las hemos condenado inmediatamente después de haberlas conocido, y aprovecho para volver a hacerlo. Estas palabras van en la misma línea que las del presidente Sánchez de construir un muro en España, un muro de las dos Españas”. Es decir, el presidente del PP, "el que antes se llamaba moderado", pone a la misma altura a los dos antagónicos líderes o casi responsabiliza a Sánchez de las palabras de su socio de Vox. Demencial.
La política española está en un punto de inflexión crítico. Las declaraciones de Santiago Abascal no solo han provocado un escándalo inmediato sino que también han abierto un debate más amplio sobre la naturaleza del discurso político y la tolerancia en la sociedad española.