Ayuso, entre la hipocresía y el lavado de imagen: la gestión de las residencias en el apagón

La presidenta se enorgullece de lo que antes evitó: derivar a los ancianos a hospitales. Las víctimas lo califican de intento desesperado por salvar su imagen.

30 de Abril de 2025
Actualizado a la 13:54h
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Ayuso desprecia a las familias de las víctimas de las residencias y se niega a rendir cuentas
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en sus visita a la ampliación de los juzgados de Getafe, foto CAM

Isabel Díaz Ayuso se encuentra de nuevo en el centro de la polémica tras su reciente intervención, donde se enorgulleció de la actuación durante el apagón eléctrico que afectó a España en los últimos días. Sin embargo, las críticas no tardaron en llegar, sobre todo desde aquellos sectores que han vivido de cerca la tragedia de las residencias de ancianos en Madrid, donde la presidenta no supo actuar durante la pandemia. Esta vez, aunque se alaba la deriva de algunos pacientes a los hospitales, la polémica persiste: ¿es un acto de responsabilidad o una maniobra para lavar su imagen?

Las residencias de ancianos han sido uno de los puntos más oscuros de la gestión de Ayuso desde la llegada del COVID-19. En aquellos días fatídicos de 2020, miles de personas mayores fueron abandonadas a su suerte sin la posibilidad de ser derivadas a hospitales, a pesar de las recomendaciones de médicos y expertos. Los protocolos seguidos, que muchos calificaron de "protocolos de la vergüenza", priorizaban la economía y la falta de infraestructura sobre la vida de los más vulnerables. En aquel entonces, Ayuso no solo evitó la derivación de los ancianos a hospitales, sino que además minimizó el problema ante los medios, una actitud que dejó miles de víctimas y familiares de dolorosos recuerdos.

Hoy, tras el apagón, Ayuso se jacta de que las residencias madrileñas han funcionado adecuadamente, asegurando que algunas residencias derivaron a los mayores a hospitales como medida preventiva ante la falta de oxígeno. "Se ha actuado correctamente", destacó, como si de una victoria se tratase. Sin embargo, esta actitud ha sido fuertemente criticada por aquellos que aún recuerdan cómo la presidenta manejó la crisis sanitaria en 2020, un manejo que muchos califican de negligente.

Hipocresía e indiferencia: las víctimas no olvidan

Los familiares de las víctimas de las residencias no tardaron en alzar la voz. Laura Grelo, quien perdió a su padre en una de las residencias madrileñas y que presentó una denuncia contra Ayuso, no dudó en calificar de "hipocresía al máximo nivel" el discurso de la presidenta. "Es una contradicción absoluta", declaró, señalando que durante la pandemia, las decisiones tomadas por el Gobierno regional fueron completamente opuestas a la derivación hospitalaria. "Ahora nos habla de derivar, pero ¿dónde estaba cuando más lo necesitábamos?", se pregunta.

Por su parte, Carmen López, portavoz de Marea de Residencias, no se mostró sorprendida. "Es más de lo mismo", afirma, señalando que la presidenta está utilizando este momento para hacer campaña de "puro marketing". "Es un intento desesperado por tapar su fracaso durante la pandemia. ¿De qué se enorgullece? De haber actuado como debió haberse hecho en 2020, cuando la vida de miles de ancianos estaba en juego", criticó. La oposición política también ha sido tajante al calificar de "lavado de imagen" este intento de reescribir lo sucedido, apuntando que Ayuso es consciente de que su gestión de la crisis sanitaria sigue siendo un lastre.

Falta de coherencia

Para la oposición, el comentario de Ayuso sobre la derivación de los ancianos es, en el fondo, un acto de desesperación por parte de la presidenta para tapar un fracaso histórico. Lorena Morales, responsable de la Comisión de Familia y Asuntos Sociales, destacó que, si bien es positivo que las residencias hayan priorizado la salud de los internos en este último apagón, "no se puede utilizar esta situación para hacer un lavado de imagen". "Actuar de manera responsable ahora no borra lo que ocurrió en 2020", señaló Morales, quien añadió que el reconocimiento de la necesidad de derivar a los mayores a hospitales "es una muestra clara de que Ayuso sabe que lo hizo muy mal y que eso todavía la está erosionando".

No se puede ignorar que durante la pandemia, la Comunidad de Madrid, bajo la dirección de Ayuso, implementó un protocolo que discriminaba a los mayores según su estado de salud y no priorizaba el acceso a los hospitales. Este protocolo impidió que miles de personas fueran trasladadas a centros sanitarios, a pesar de las recomendaciones de expertos, lo que resultó en un número alarmante de muertes.

Uso de la crisis para beneficio propio

Aunque se aplaude que durante el apagón las residencias madrileñas hayan tomado medidas para proteger a los mayores, muchos se preguntan si este cambio de actitud es genuino o si, por el contrario, responde a un intento por evitar más críticas a su gestión. La falta de coherencia es patente: ¿cómo se explica que, en un momento crítico como la pandemia, Ayuso se negara a derivar a los mayores a hospitales, mientras que en esta ocasión, ante un apagón, se apresura a alabar la acción preventiva?

Este cuestionamiento está alimentado por la historia reciente de Madrid, donde la política de la presidenta ha sido cuestionada por no dar la suficiente importancia a la vulnerabilidad de los mayores y su necesidad de atención sanitaria. El contraste entre sus decisiones de 2020 y su postura en 2025 refleja la falta de un compromiso claro con la salud y el bienestar de los residentes en las residencias, algo que sigue siendo una asignatura pendiente para el Gobierno regional.

Es evidente que Ayuso ha intentado aprovechar la situación del apagón para mejorar su imagen ante los madrileños. Sin embargo, las críticas siguen arremolinándose a su alrededor, ya que muchos consideran que este gesto es solo un intento por redimir una gestión desastrosa que dejó a los mayores de Madrid en una situación de total desprotección durante los primeros días de la pandemia. La pregunta sigue siendo la misma: ¿realmente se ha producido un cambio en la política de la presidenta o estamos ante una estrategia de comunicación para desviar la atención de los errores pasados?

 

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