El doble rasero del PP frente a la masacre palestina: De la indignación a la hipocresía

Feijóo y Ayuso guardan silencio ante la matanza de niños en Gaza, pero cambian de discurso tras el ataque a diplomáticos internacionales

22 de Mayo de 2025
Actualizado el 26 de mayo
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El doble rasero del PP frente a la masacre palestina: De la indignación a la hipocresía
Alberto Núñez Feijóo en un desayuno informativo | Foto: PP

La masacre en Gaza, que ya ha dejado más de 55.000 muertos, sigue siendo una tragedia humanitaria de proporciones abismales. Más de 15.000 niños palestinos han perdido la vida, y otros miles enfrentan una muerte lenta por inanición. Sin embargo, la respuesta del Partido Popular (PP) español ha sido silente hasta que los intereses internacionales se vieron comprometidos: cuando diplomáticos europeos y de otras naciones fueron atacados en Cisjordania, el PP no tardó en cambiar de postura y exigir a Israel que detuviera su ofensiva. Pero, irónicamente, no han hecho lo mismo con la masacre sistemática de la población palestina. ¿Por qué la vida de los diplomáticos europeos parece tener más peso que la de miles de niños palestinos?

El silencio cómplice de Feijóo y Ayuso

Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se han mantenido callados ante las imágenes desgarradoras que provienen de Gaza, donde los ataques israelíes no cesan. No se han pronunciado con contundencia frente a las atrocidades cometidas por el Gobierno israelí, que ha bombardeado hospitales, escuelas y viviendas, matando a miles de civiles, muchos de ellos niños. En lugar de exigir el cese inmediato de la ofensiva, Feijóo y Ayuso se han centrado en culpar a Hamás del sufrimiento palestino, desviando la atención de la grave crisis humanitaria que atraviesa Gaza.

Feijóo, que ha evitado tomar partido durante días, finalmente ha pedido a Israel que detenga sus actividades militares, pero lo ha hecho con una frialdad que deja mucho que desear. Su discurso ha sido tibio, y no ha mencionado ni la hambruna que afecta a los niños ni la situación desesperada de la población civil. El líder popular sigue insistiendo en que el principal problema en la región es Hamás, lo que simplifica excesivamente un conflicto que tiene raíces mucho más profundas. Este enfoque, que minimiza el sufrimiento de miles de personas, refleja una clara falta de empatía y una postura política que prioriza la conveniencia por encima de los derechos humanos.

La presión internacional que cambia el discurso

El giro del PP hacia una postura más crítica con Israel no ha sido más que una respuesta a la creciente presión internacional. Las imágenes de niños palestinos muriendo por hambre, las voces de organismos internacionales como la ONU, y las condenas de aliados tradicionales de Israel han forzado al PP a revisar su postura. Incluso la Iglesia Católica ha intervenido, recordando que no se puede permanecer en silencio ante una masacre como la que está ocurriendo en Gaza. Sin embargo, este cambio de postura parece ser más una cuestión de estrategia política que de principios.

Es revelador que el PP solo haya optado por posicionarse tras un incidente que afectó a diplomáticos europeos. Fuerzas israelíes dispararon contra una delegación internacional de más de 30 diplomáticos en Cisjordania, un ataque que, por suerte, no causó víctimas fatales. Este ataque contra representantes de varios países, incluidos España, Italia y Francia, fue condenado de inmediato por la comunidad internacional. Mientras tanto, el sufrimiento de los palestinos, especialmente de los niños, sigue sin obtener la misma atención.

Las Fuerzas de Defensa de Israel abren fuego contra una delegación diplomática en Yenin
Las Fuerzas de Defensa de Israel abren fuego contra una delegación diplomática en Yenin

La condena selectiva: ¿Por qué no se habla del genocidio palestin0?

Lo que resulta particularmente inquietante es la falta de un pronunciamiento contundente de parte del PP respecto al asesinato de más de 15.000 niños palestinos. No se puede justificar el silencio ante tal magnitud de sufrimiento. No basta con que un grupo de diplomáticos europeos haya sido atacado para que el PP modifique su discurso. La hipocresía es palpable cuando se observa cómo, por un lado, se condena la violencia hacia los diplomáticos, pero por otro, se minimiza la matanza de inocentes en Gaza.

Un ataque a diplomáticos europeos marca el cambio de postura

El punto de inflexión parece haber llegado cuando fuerzas israelíes dispararon a una delegación internacional de diplomáticos en Cisjordania, cerca de Yenín. En el convoy viajaban diplomáticos de 27 países, incluidos representantes de España, Francia, Italia, Alemania, el Reino Unido, Canadá, Chile, y varios países árabes. Aunque no hubo heridos, el ataque fue lo suficientemente grave como para que países como Bélgica, Italia y Portugal condenaran de inmediato el acto y exigieran explicaciones a Israel. El incidente ha provocado que el PP se sume a las voces internacionales que piden el cese de las hostilidades, una postura que no había adoptado en los días anteriores, cuando las imágenes de la matanza de niños palestinos circulaban sin cesar.

Feijóo y Ayuso, en lugar de mantener su silencio ante la tragedia palestina, se han visto obligados a cambiar de tono. Sin embargo, este cambio no se ha dado por un principio de justicia o humanidad, sino por el hecho de que los intereses diplomáticos y las presiones de la comunidad internacional les han forzado a hablar. Este es un claro ejemplo de cómo la política internacional de Feijóo y Ayuso se basa en la conveniencia, no en la condena sincera de los crímenes de guerra.

El doble rasero de Feijóo y Ayuso: ¿diplomacia selectiva?

El giro del PP hacia una postura más crítica con Israel resalta una contradicción evidente: ¿por qué condenar un ataque contra diplomáticos internacionales, pero no condenar las miles de muertes de civiles palestinos, incluidos niños? Feijóo, en su intervención, evitó mencionar las víctimas infantiles, una omisión que no pasa desapercibida. Mientras tanto, la presidenta Ayuso se ha centrado más en acusar a Pedro Sánchez de utilizar la tragedia palestina para fines políticos internos que en mostrar un compromiso real con la paz y los derechos humanos.

Lo más preocupante es que, mientras el PP se deshace en explicaciones diplomáticas ante la agresión a los diplomáticos, se muestra reticente a calificar la violencia israelí como genocidio. Este mismo partido, que no duda en defender los intereses de los aliados europeos cuando sus propios diplomáticos están en peligro, parece no ver la misma urgencia en denunciar las atrocidades contra la población palestina, cuyas muertes se siguen multiplicando día tras día.

El precio de la complicidad

La postura del PP ante la tragedia de Gaza demuestra que la política exterior del partido está guiada por la conveniencia y no por los principios fundamentales de los derechos humanos. La masacre de más de 15.000 niños palestinos debería ser suficiente para que todos los políticos, independientemente de su ideología, se levantaran y exigieran justicia. Sin embargo, en lugar de eso, el PP ha optado por mantenerse en silencio hasta que sus intereses geopolíticos se vieron afectados. Esto no solo es una traición a la humanidad, sino también una clara falta de ética política.

El pueblo palestino necesita solidaridad y apoyo real, no discursos vacíos que se adapten a la política internacional. Feijóo, Ayuso y otros líderes de la derecha española deben entender que el sufrimiento de los inocentes no tiene fronteras, y que la hipocresía no puede seguir siendo la respuesta ante una crisis humanitaria de tal magnitud.

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