Extremadura paga la factura de la política forestal del PP

Los incendios se extienden por la región sin control, y Vox busca sacar rédito atacando a sus propios socios en un momento de máxima fragilidad institucional

21 de Agosto de 2025
Actualizado a las 14:00h
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Extremadura paga la factura de la política forestal del PP
Los incendios forestales son un problema social que requiere más esfuerzos de la Administración, pues afecta no sólo a la biodiversidad y a los hábitats naturales, sino también a quienes viven en el ámbito rural y en la interfaz urbano-forestal. | Foto: WWF España

Mientras miles de hectáreas arden en Extremadura, la ultraderecha de Vox intenta capitalizar el caos acusando a sus propios socios de gobierno de "incapacidad" para frenar los incendios. El portavoz de la formación en la Asamblea, Óscar Fernández Calle, ha pedido declarar el nivel 3 de emergencia, una decisión que supondría admitir que el Gobierno del PP en la región ha perdido el control de la situación.

Incendios fuera de control

La situación en Extremadura es crítica. Los incendios forestales, activos desde hace días, ya han arrasado miles de hectáreas y mantienen a numerosas poblaciones en alerta. Frente a esta emergencia, la respuesta de la Junta que preside María Guardiola está siendo duramente cuestionada. No solo por la oposición política y los sindicatos, sino ahora también desde las propias filas de la derecha.

Este miércoles, el portavoz de Vox en la Asamblea, Óscar Fernández Calle, ha exigido que se decrete el nivel 3 de emergencia, una medida que implicaría la intervención del Estado y la cesión de la coordinación al Ministerio del Interior. Fernández ha hablado de incendios "absolutamente descontrolados" y ha señalado la "manifiesta incapacidad del gobierno del PP" para afrontarlos.

Detrás de esta crítica no hay solo preocupación ambiental. Hay una batalla política abierta entre PP y Vox en plena ola de incendios, con una derecha descompuesta que ahora se lanza reproches mientras el fuego sigue avanzando.

Entre la propaganda y la precariedad del operativo forestal

Las críticas de Vox no se entienden sin mirar la realidad de fondo: una estructura de prevención y extinción mermada tras años de recortes, privatización y abandono institucional. Ni el Gobierno de Guardiola ha reforzado los recursos necesarios, ni sus socios ultras han promovido una política forestal seria en la región.

En lugar de invertir en prevención durante el invierno, la Junta de Extremadura ha mantenido un modelo basado en la respuesta estacional y en la precariedad laboral de los bomberos forestales. Ahora, cuando los incendios se multiplican y las temperaturas baten récords, el sistema muestra todas sus grietas.

Vox intenta ahora desmarcarse del desastre, pero forma parte de un proyecto político —el de PP y ultraderecha— que desprecia el medio ambiente, desmonta lo público y convierte cada catástrofe en una oportunidad para agitar el miedo y la desconfianza.

En definitiva, lo que arde en Extremadura no son solo bosques, sino un modelo político de derecha que improvisa ante el desastre, niega responsabilidades y juega al desgaste incluso con sus propios aliados. Mientras tanto, el fuego no espera, y los recursos que sí deberían estar a la altura —brigadas, medios aéreos, servicios de prevención— siguen sin llegar a tiempo o llegan tarde.

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