Alberto Núñez Feijóo ha decidido cruzar una línea roja que, hasta hace no tanto, el Partido Popular consideraba infranqueable: pactar con los partidos independentistas. En un giro sorprendente, el líder del PP se ha mostrado dispuesto a presentar una moción de censura para convocar elecciones, incluso si eso implica apoyarse en Junts per Catalunya, el partido del fugado Carles Puigdemont. Esta postura evidencia una incoherencia estratégica que desnuda la desesperación de Feijóo por acceder al poder a cualquier precio.
Resulta irónico que quien ha demonizado durante meses los pactos de Pedro Sánchez con formaciones independentistas ahora contemple recurrir a esos mismos actores para forzar elecciones. El discurso de Feijóo, centrado en acusar al presidente del Gobierno de "vender España" a los separatistas, se desploma cuando es él quien busca el respaldo de esos mismos partidos. La falta de coherencia no solo erosiona su credibilidad, sino que también evidencia la hipocresía que impregna su estrategia política.
La doble vara de medir: la Ley Begoña y la Ley Gürtel
Feijóo ha elevado el tono de sus críticas contra la reforma legal del Gobierno para limitar el uso de la acusación popular, conocida como "Ley Begoña", al insinuar que busca proteger a la familia de Pedro Sánchez. Sin embargo, olvida convenientemente que el PP de Mariano Rajoy intentó en 2017 restringir ese mismo derecho para partidos políticos. Rafael Hernando, portavoz parlamentario del PP por aquel entonces, abogó por eliminar la posibilidad de que partidos ejercieran la acusación particular, justificándolo como un freno al uso "espurio" de la justicia.
Feijóo compara a Sánchez con Franco: El PP quiso prohibir a los partidos ejercer la acusación particular en 2017
El PP, acorralado por la corrupción que destapó la trama Gürtel, pretendía blindarse judicialmente, igual que ahora Feijóo acusa al PSOE de hacer con la "Ley Begoña". Esta doble vara de medir expone la falta de principios del PP, que adapta sus posturas según convenga a sus intereses partidistas. La coherencia brilla por su ausencia cuando el propio Feijóo califica de "antidemocrática" una reforma que su partido intentó implantar.
La peligrosa banalización del franquismo
Feijóo ha llegado a comparar al Gobierno de Pedro Sánchez con el régimen de Francisco Franco por la reforma de la acusación popular. Esta afirmación no solo es desproporcionada, sino también irresponsable. Equiparar un gobierno democráticamente elegido con una dictadura es una banalización peligrosa que desvirtúa el debate político y trivializa el sufrimiento de las víctimas del franquismo.
Este tipo de retórica no solo busca crispar el ambiente político, sino también desviar la atención de la falta de propuestas concretas del PP. Al recurrir a comparaciones extremas, Feijóo alimenta la polarización y debilita la calidad del debate democrático.
La sumisión a Vox y el oportunismo con Junts
La supuesta firmeza de Feijóo se diluye también en su relación con Vox. Santiago Abascal ha dejado claro que apoyará una moción de censura si esta busca convocar elecciones, incluso si implica negociar con Junts. Feijóo, en lugar de marcar distancias con la ultraderecha, acepta sin reparos estas condiciones. Su dependencia de Vox y su apertura a pactar con el independentismo catalán reflejan una absoluta falta de límites morales.
Feijóo está dispuesto a sacrificar principios democráticos con tal de desgastar a Pedro Sánchez. Su actitud pone de manifiesto que su estrategia se basa en el oportunismo más descarado, donde cualquier alianza es válida si permite alcanzar La Moncloa. Esto no solo es incoherente, sino también profundamente irresponsable.
Feijóo, atrapado en sus contradicciones
El discurso de Feijóo, plagado de contradicciones, refleja un liderazgo débil e incapaz de ofrecer una alternativa real. Al tiempo que critica los pactos de Sánchez con fuerzas independentistas, se abre a pactar con esos mismos partidos. Mientras acusa al Gobierno de blindar a la familia del presidente, olvida que su partido intentó blindarse frente a la justicia en 2017. Y al señalar la supuesta deriva autoritaria del Ejecutivo, banaliza el franquismo y degrada el debate político.
El PP de Feijóo carece de un proyecto sólido y se limita a la crítica vacía y al oportunismo. Esta estrategia no solo es improductiva, sino también peligrosa para la calidad democrática de España. Si Feijóo aspira a gobernar, debería empezar por ofrecer propuestas coherentes y abandonar la hipocresía que define su actual estrategia.