No hace mucho, durante el Congreso Nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo soltó una de esas frases para los anales del surrealismo patrio. El candidato gallego a estadista estaba impartiendo un mitin sobre lo malo que es Pedro Sánchez cuando dijo, para sorpresa de quienes le escuchaban: “Yo no soy ni seré como él. No me lo consintáis; si hago lo que hace él, echadme del partido”. Pocas sentencias más cachondas se han escuchado en una tribuna de oradores. El jefazo le estaba diciendo a sus subordinados que, en caso de que él cayese en el lado oscuro, en caso de que se perdiera por la senda de la maldad, lo agarraran por los sobacos y lo largaran de Génova. Tal afirmación no se la creyó nadie, ni siquiera él. Feijóo jugó al postureo político porque todo el mundo sabe que cuando un hombre ambicioso como él accede al poder ya no lo pueden echar ni con la Guardia Civil. Es evidente que el verbo dimitir no figura en el diccionario del PP. Ahí está Carlos Mazón para confirmar esta tesis.
Viene todo esto a cuento de lo que ha pasado en las últimas horas con Noelia Núñez, la diputada del PP a la que han cazado engordando su currículum académico. El líder del PP dijo que a su diputada la “honra” dimitir de sus cargos tras la polémica generada por sus estudios y comparó esta decisión de “listón ético” adoptada por el Partido Popular con lo que está pasando en el PSOE.
“Por conductas francamente más graves, e incluso delictivas, el PSOE le habría dicho que aguantase. Ni Noelia es como ellos ni yo soy como Sánchez”, dijo Feijóo. Sin embargo, la salida de Noelia Núñez del partido no ha sido fruto de un arrebato de honestidad de la dimitida. La han cesado fulminantemente. Primero porque con el incendio del caso Montoro abrasando los muros de Génova no convenía un nuevo escándalo. Y después porque el asunto de titulitis de la diputada defenestrada no es un episodio único y aislado en Génova 13. Circulan noticias que apuntan a que más prebostes populares pueden haber engordado el currículum con estudios que nunca cursaron. Y Feijóo teme que el caso se extienda como la pólvora en un incidente que genera gran repulsión entre los ciudadanos. Este es un país que puede perdonar la corrupción, pero no tolera que la niña del vecino vaya para arriba en la vida gracias a enchufes, chanchullos y privilegios mientras la propia, mucho más válida, con talento y mejores notas, sigue en el arroyo y sin trabajo. Por fortuna, la meritocracia sigue arraigada en la sociedad española, uno de los pocos valores morales que siguen vigentes.
De modo que un reguero de políticos del PP falseando expedientes académicos sería una noticia letal para el partido. Y Feijóo lo sabe. De ahí que el gallego haya dado instrucciones a sus huestes para poner orden en los currículums. Y algunos como el barón andaluz o el valenciano ya tiemblan. “A Moreno Bonilla se le nota a simple vista esta incomodidad en el hecho de que abandona por completo su rictus de photocall al que tiene acostumbrados a los medios y se le agría por completo la mirada, esquiva y hasta agresiva. Se ha podido notar sin ir más lejos en el pleno parlamentario de este jueves, en el que el portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García, tuvo que preguntarle hasta en dos ocasiones si había mentido en alguna ocasión arrogándose alguna titulación universitaria que nunca ha logrado (…) Ni rastro de licenciatura alguna como aseguró que poseía cuando se estrenó en la Cámara autonómica allá por 1996 como diputado”, informa Natalio Blanco en Diario16+.
Otro afectado por el terror a la titulitis es Carlos Mazón. El presidente de la Generalitat Valenciana, muy tocado por su nefasta gestión de la dana, hace constar en su biografía en redes sociales que es “abogado”. Sin embargo, no está colegiado. Mazón jura que es licenciado en Derecho y ha instado a la prensa a preguntar a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, “por qué durante cinco, diez, doce o trece años o todavía hoy va diciendo por ahí” que ella cuenta con carreras universitarias “cuando no las tiene”. En realidad es otro bulo más del hombre del Ventorro. Bernabé nunca se ha colgado la medalla de un título que no tiene, como sí ha hecho Noelia Núñez.
Entre los preocupados porque los pillen con el carrito del helado está el mismísimo secretario general del partido, Miguel Tellado, que ayer viernes actualizó currículum deprisa y corriendo, por si las moscas, en la página web de su partido. Si a primera hora de la mañana figuraba como periodista, ahora ya solo aparece como licenciado en Ciencias Políticas. Cosas extrañas.
Pablo Montesinos, excolaborador de Pablo Casado y siempre bien informado sobre temas internos del PP, asegura que “ayer los teléfonos no dejaron de sonar. En realidad, desde que estalló la crisis de Noelia Núñez más de uno, te lo puedo asegurar, echó un ojo a qué es lo que había puesto en los canales oficiales sobre esos currículums vitae”. Además, el periodista asegura que “se está llamando a algunos diputados” para comprobar que “todo está correcto porque se ha puesto un umbral ético muy alto”. “Así lo reconoce incluso la dirección nacional del partido”, añade.
En un comunicado, Noelia Núñez ha anunciado que, tras haber presentado una “información incorrecta” en el Congreso, asume “toda la responsabilidad” de sus actos. “En coherencia con ello, voy a presentar la dimisión de todos mis cargos orgánicos e institucionales”, manifestó, al tiempo que pidió “disculpas” a aquellos que se hayan sentido “decepcionados”.
Feijóo ha asegurado que “muchos de los que han atacado sin piedad a Noelia Núñez conviven sin rubor con la total inmoralidad y la mentira hecha persona”. “Las lecciones de ejemplaridad del PSOE no me conciernen porque no puede darlas”, ha resaltado. Declaraciones rimbombantes de cara a la galería mientras dentro, en los despachos del partido, llama a capítulo a la tropa para que aclaren sus certificados académicos (los auténticos, no los de pega). No vaya a ser que sean más falsos que una moneda de dos caras.