En la actual coyuntura política, Vox y el Partido Popular (PP) se encuentran en un escenario de incertidumbre y desencuentros en su búsqueda por establecer alternativas de gobierno. A medida que se suceden los acontecimientos, los líderes pretenden demostrar un ambiente tenso entre ambas formaciones, con declaraciones y gestos que intentar aparentar un alejamiento pero, a nadie se le escapa que estos dos partidos se "entienden" a la perfección en los territorios donde gobiernan , y les resulta extremadamente difícil distanciarse ideológicamente y mantener su propia identidad de partido. A la vista de todos está que las posiciones de ambos partidos son prácticamente iguales y lo único que están haciendo en escenificar una falsa gresca entre ellos.
Uno de los puntos de discordia ha sido la posición de Vox respecto al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Desde las filas de Vox, su vicepresidente de acción política, Jorge Buxadé, ha dejado claro que ven difícil que Feijóo pueda armar una alternativa para gobernar y que están "a la expectativa" de conocer sus planes. Buxadé ha señalado que no han abierto ninguna negociación con los 'populares' sobre su apoyo y que es el PP el que debe demostrar su capacidad para establecer relaciones con otros partidos y conformar mayorías.
Estas declaraciones conllevan un mensaje claro de desconfianza hacia el PP y su líder. Buxadé ha subrayado que no están en la misma situación que Feijóo y que no pueden conocer las complejidades internas de su partido. Este tono poco amable refleja la tensión que existe entre Vox y el PP, y parece, solo parece, que las relaciones no están en su mejor momento.
Otro episodio que ha dejado entreverlas fisuras en esta relación ha sido la reunión entre Santiago Abascal, líder de Vox, y Alberto Núñez Feijóo. Si bien se esperaba que esta cita pudiera ser un punto de encuentro entre ambas formaciones, Buxadé ha matizado que no se trataron temas concretos y que simplemente se habló de cuestiones políticas de actualidad. Este aparente, y solo aparente,distanciamiento entre los líderes de Vox y el PP pretender manifestar falta de sintonía y la dificultad para establecer puentes de diálogo efectivos.
La carta enviada por Feijóo al líder socialista Pedro Sánchez también ha generado críticas desde Vox. Buxadé considera que esta carta fue un paso en falso por parte del líder del PP, ya que contradice el discurso previo del partido sobre la derogación del "sanchismo". Esta contradicción pone en entredicho la coherencia de la estrategia del PP y alimenta la percepción de que sus acciones no siempre están alineadas con sus palabras.
En el ámbito autonómico, la situación también es tensa en algunas regiones. PP y Vox se han puesto de acuerdo en muchos territorios, pero los populares parece que se han dado cuenta de que España no quiere a la extrema derecha sin careta y recelan a la hora de llegar a acuerdos en Murcia o Aragón, donde ya son evidentes las divisiones internas en el PP.
Buxadé ha criticado abiertamente a "algunos líderes" del PP por no estar ayudando en estos procesos, mientras que ha alabado a "otros líderes" que sí han comprendido la importancia de llegar a acuerdos, mencionando ejemplos como Extremadura o Valencia.