Miguel Ángel Rodríguez, el brazo ejecutor de Ayuso que insulta a los familiares de las 7.291 víctimas

El jefe de gabinete de Ayuso sigue su estrategia de difamación mientras la presidenta madrileña se niega a reunirse con los familiares de los fallecidos en residencias

18 de Febrero de 2025
Actualizado el 20 de febrero
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Miguel Ángel Rodríguez, el brazo ejecutor de Ayuso, declara enel Supremo
Miguel Ángel Rodríguez, el brazo ejecutor de Ayuso, declara en el Supremo

La maquinaria de desinformación del gobierno de Isabel Díaz Ayuso tiene un protagonista claro: Miguel Ángel Rodríguez (MAR), su jefe de gabinete y responsable directo de una estrategia basada en la mentira, la manipulación y la deshumanización del adversario. Su último episodio de indignidad ha sido atacar a los familiares de las víctimas de las residencias que denunciaron la falta de asistencia sanitaria durante la pandemia.

Todo comenzó con la emisión del programa Lo de Évole, en el que varios familiares de fallecidos relataron la impotencia que sintieron al no poder trasladar a sus seres queridos a hospitales debido a los llamados "protocolos de la vergüenza". La respuesta de Rodríguez no se hizo esperar: en un intento de desacreditar los testimonios, insinuó que las víctimas mentían y exigió comprobar si realmente habían visitado a sus familiares.

Su estrategia quedó en evidencia cuando se demostró que una de las mujeres a las que acusó de mentir había perdido a su madre en una residencia de Getafe. Tras la presión mediática y social, MAR se vio obligado a "disculparse" en redes sociales. Pero sus disculpas fueron más un nuevo ataque que un verdadero acto de arrepentimiento. "Me equivoqué, lo he reconocido, pero no le doy más importancia al asunto", declaró, sin mostrar el menor atisbo de empatía hacia las familias afectadas.

Una estrategia de difamación y desprecio

La táctica de MAR no es nueva. Su método consiste en lanzar bulos, desacreditar a quienes cuestionan la versión oficial de Ayuso y, cuando es descubierto, minimizar el escándalo. Lo hizo con la pandemia, con la fiscalía y con la pareja de Ayuso, y ahora lo repite con las víctimas de las residencias. No es casualidad, es un modus operandi deliberado.

Cuando se le preguntó si Ayuso se reuniría con las familias de los fallecidos, Rodríguez se limitó a contestar con desdén: "Son ellos los que llevan años llamándola asesina". Es decir, en lugar de afrontar el dolor de cientos de personas, prefirió desviar el foco y presentar a la presidenta como una víctima de ataques injustificados.

Este desprecio hacia el sufrimiento ajeno ha sido criticado por diversas figuras, entre ellas Jordi Évole, que tildó de "indigno" y "degradante" el comportamiento de MAR. "No entiendo cómo se puede llegar a este nivel de fango", afirmó el periodista. La indignación también se ha hecho notar entre los familiares de las víctimas, quienes han exigido la dimisión inmediata de Rodríguez. Sin embargo, tanto Ayuso como el Partido Popular lo han protegido, mostrando una vez más su indiferencia ante las demandas ciudadanas.

Un peón imprescindible para Ayuso

Miguel Ángel Rodríguez no es un simple asesor. Es el arquitecto de la comunicación de Ayuso y el encargado de moldear su imagen pública. Su historial está repleto de episodios en los que la mentira y la agresividad han sido sus principales herramientas. Su fichaje por parte de Ayuso no fue un error ni una casualidad, sino una elección consciente para llevar a cabo una estrategia basada en el ataque constante.

Desde su llegada a la presidencia madrileña, Ayuso ha construido su discurso sobre la confrontación, la polarización y el victimismo. MAR ha sido clave en esta estrategia, transformando cada crítica en una "caza de brujas" contra la presidenta.

El hecho de que Ayuso lo mantenga en su puesto, a pesar de los innumerables escándalos que ha protagonizado, demuestra que su estrategia es efectiva y que el coste electoral de sus actos es, hasta ahora, asumible para el Partido Popular. Pero también deja claro que el gobierno de Ayuso no tiene intención alguna de responder a las víctimas ni de asumir responsabilidades.

Un problema más allá de Madrid

La estrategia de difamación de MAR y Ayuso no es un fenómeno aislado. Se enmarca en una tendencia global de la extrema derecha, que ha encontrado en la mentira y la desinformación una herramienta política tremendamente eficaz. Lo hemos visto con Donald Trump en Estados Unidos, con Jair Bolsonaro en Brasil o con Javier Milei en Argentina. Todos ellos han utilizado la misma receta: negar la realidad, atacar a los medios y presentar a sus líderes como víctimas de una conspiración.

En este contexto, Madrid se ha convertido en un laboratorio de estas prácticas. La desinformación es un recurso central para el gobierno de Ayuso, y Miguel Ángel Rodríguez es su principal ejecutor. Su permanencia en el cargo no solo es una muestra de la impunidad con la que opera la derecha madrileña, sino también una advertencia sobre el tipo de política que se está imponiendo.

La mentira como estrategia de gobierno

Para MAR, la mentira no es un error, sino un gesto casi inconsciente. Cada vez que se enfrenta a una crisis, responde con bulos y ataques personales. Y cuando es desenmascarado, simplemente cambia de tema o se refugia en un "me equivoqué" sin consecuencias reales.

El problema no es solo él, sino el sistema que permite y aplaude estas conductas. La protección de Ayuso a su jefe de gabinete demuestra que este tipo de política funciona para el Partido Popular. Mientras sigan obteniendo rédito electoral con la difamación y la mentira, no hay razones para que cambien de estrategia.

Lo sucedido con las víctimas de las residencias es una muestra más de cómo el gobierno madrileño ha optado por desacreditar a los denunciantes en lugar de asumir sus responsabilidades.

La impunidad de MAR y la complicidad de Ayuso

La pregunta es hasta cuándo se permitirá esta impunidad. MAR ha cruzado demasiadas líneas rojas, pero sigue en su puesto porque su estilo sucio y agresivo es útil para Ayuso. Su permanencia demuestra que el gobierno madrileño no está dispuesto a responder ante la verdad.

Mientras Ayuso y su equipo sigan apostando por la mentira y la difamación como estrategia política, el desprecio hacia las víctimas seguirá siendo una constante. Y Miguel Ángel Rodríguez, el brazo ejecutor de esta estrategia, continuará haciendo lo que mejor sabe hacer: embarrar el debate público y atacar a quienes buscan justicia.

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