El 29 de octubre de 2024 quedará marcado en la memoria de los valencianos como el día en que una devastadora DANA dejó más de 220 fallecidos en la provincia. Mientras las lluvias torrenciales desbordaban barrancos, cortaban carreteras y colapsaban servicios de emergencia, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, permanecía en un reservado del restaurante El Ventorro en Valencia, compartiendo mesa con la periodista Maribel Vilaplana. Este encuentro, inicialmente descrito como "personal" y luego reconvertido a "profesional", se ha transformado en un escándalo político que cuestiona la capacidad de gestión del dirigente popular.
Una comida envuelta en secretismo
Durante dos horas y 45 minutos, entre las 14:45 y las 17:30, Mazón y Vilaplana trataron diversos temas, según una fuente autorizada por la periodista: desde estrategias de comunicación hasta una oferta laboral para dirigir la televisión autonómica À Punt, que ella rechazó categóricamente. Sin embargo, lo que no abordaron fue el impacto de la DANA. Según la versión de Vilaplana, el presidente no expresó preocupación alguna por el temporal, a pesar de que ya se habían emitido alertas rojas por parte de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y la Confederación Hidrográfica del Júcar, advirtiendo del alto riesgo de inundaciones.
La periodista aseguró, a través de su portavoz, que no era consciente de la magnitud de la tragedia hasta que abandonó el restaurante. "No transmitió en ningún momento que estuviera pasando algo grave", señaló la fuente, agregando que Mazón atendió algunas llamadas telefónicas sin alterar su comportamiento.
El relato que contradice las explicaciones oficiales
El equipo de Mazón defendió inicialmente que el presidente regresó al Palau de la Generalitat a las 17:00 para coordinarse con el Centro de Emergencias (Cecopi). Sin embargo, diversas fuentes han indicado que no llegó al Palau hasta pasadas las 19:30. Este retraso en su implicación directa ha alimentado las críticas de la oposición, que le acusa de desatender sus responsabilidades en un momento crítico.
Aún más controvertido fue el intento de ocultar el almuerzo. Según reportes, Presidencia evitó mencionar el encuentro durante los primeros días, hasta que las revelaciones de varios medios forzaron a Mazón a admitirlo. Incluso entonces, su equipo presentó versiones contradictorias, desde una comida privada hasta un almuerzo de trabajo, dejando entrever una estrategia improvisada para minimizar el impacto político del escándalo.
La oferta laboral y el rechazo de Vilaplana
Uno de los puntos más polémicos de la reunión fue la propuesta de Mazón a Vilaplana para asumir la dirección de À Punt. La periodista, quien fue despedida en 2013 durante el cierre de Canal 9 bajo el gobierno del PP, rechazó la oferta alegando coherencia personal y profesional. "Ella nunca aceptaría un cargo del PP. Fue el partido que la dejó en la calle y cerró la televisión pública", afirmó su portavoz.
Vilaplana también aprovechó el encuentro para aconsejar al presidente sobre cómo mejorar su oratoria y su comunicación en público, temas en los que es experta. Según la fuente, Vilaplana le recomendó hablar más en valenciano y estructurar mejor sus discursos, utilizando ejemplos prácticos durante la comida.
La reacción de los alcaldes y la falta de coordinación
Mientras Mazón almorzaba, numerosos alcaldes de las zonas más afectadas por la DANA intentaban sin éxito contactar con la Generalitat. Según una investigación de la Cadena SER, solo la alcaldesa de Torrent, Amparo Folgado, confirmó haber hablado con el presidente ese día, aunque no reveló el contenido de la conversación. La mayoría de los alcaldes, tanto del PP como del PSPV, declararon no haber recibido llamada alguna de Mazón, lo que evidencia una alarmante falta de coordinación en la gestión de la emergencia.
En contraste, la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, se comunicó con 25 alcaldes y alcaldesas para evaluar la situación en sus municipios. Este contraste ha intensificado las críticas hacia el presidente, quien sigue sin aclarar cuántos contactos realizó ni a qué hora.
La presión política aumenta
El escándalo ha generado una cascada de solicitudes por parte de la oposición. Tanto el PSPV como Compromís han exigido la publicación de la factura del almuerzo en El Ventorro y el registro de llamadas del presidente durante el día de la catástrofe. "La ciudadanía merece saber la verdad. No podemos tolerar que se utilicen excusas y contradicciones para ocultar una gestión negligente", declaró el portavoz socialista, Andrés Campos.
Por su parte, Mazón ha intentado justificar su actuación alegando que la consejera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, estaba al mando y le mantenía informado. También ha señalado supuestos mensajes equívocos de los órganos dependientes del Gobierno central, como AEMET y la Confederación Hidrográfica del Júcar, aunque las alertas emitidas por estas entidades desmienten esa afirmación.
El impacto en la opinión pública
La gestión de Mazón durante la DANA ha abierto un debate sobre la responsabilidad y las prioridades de los líderes políticos en momentos de crisis. Mientras algunos defienden que delegar es una práctica habitual en la administración pública, otros consideran que el presidente debería haber estado al frente desde el primer momento, especialmente ante una tragedia de esta magnitud.
La falta de transparencia y las versiones contradictorias han erosionado la credibilidad del gobierno autonómico, dejando a Mazón en una posición delicada. Este escándalo no solo pone en entredicho su capacidad de gestión, sino también su sensibilidad hacia las víctimas y sus familias.
Un presidente mentiroso bajo el foco
A medida que se conocen más detalles sobre lo ocurrido el 29 de octubre, el presidente valenciano enfrenta un escrutinio cada vez mayor. La oposición exige explicaciones claras y una rendición de cuentas que Mazón no ha ofrecido hasta ahora. Mientras tanto, el silencio de Vilaplana, más allá de las declaraciones emitidas a través de su portavoz, alimenta las especulaciones sobre la naturaleza exacta de su encuentro con el presidente.
El tiempo dirá si Mazón logra capear este temporal político o si, como la DANA que devastó la Comunidad Valenciana, las consecuencias de su gestión dejarán daños irreparables en su reputación.