La explosión de nuevos casos de corrupción tanto en el PSOE como en el PP ha despertado una tendencia de negar la existencia de tramas corruptas durante la dictadura de Franco, lo cual es un gran bulo y como gran mentira sólo puede ser desmontada con documentos oficiales. Hasta en Estados Unidos tenían claro que el régimen franquista era un enorme nido de corrupción y eso le estuvo a punto de costar muy caro a los españoles, esas personas a las que Franco decía amar.
En septiembre de 1953, España y Estados Unidos firmaron los llamados Pactos de Madrid, un acuerdo estratégico que permitió a Washington instalar cuatro bases militares en territorio español a cambio de ayuda económica y militar. Para la España de posguerra, aún marcada por el hambre y el aislamiento internacional, aquel flujo de recursos supuso un alivio similar a un tardío Plan Marshall. Muchos españoles todavía recuerdan la leche en polvo y el queso de bola enviados desde el otro lado del Atlántico como símbolos de aquella asistencia.
Pero aquellos acuerdos, que cimentaron el acercamiento entre el régimen criminal de Francisco Franco y la potencia norteamericana, estuvieron a punto de fracasar antes de nacer. La razón: un informe confidencial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), al que Diario16+ ha tenido acceso, que desaconsejaba al presidente Harry S. Truman la firma de cualquier pacto de cooperación con el franquismo.
Un documento demoledor contra Franco
Con fecha del 11 de julio de 1951, el documento dibuja un retrato implacable del régimen español: “El régimen de Franco es administrativamente demasiado corrupto e incompetente para recibir un programa de ayuda económica. Creemos que Franco no permitirá una supervisión de los Estados Unidos del programa.”
La CIA advertía, además, que las potencias aliadas verían con “extrema acritud” cualquier transferencia de fondos a España. Y aunque reconocía que la hostilidad del dictador hacia los vencedores de la Segunda Guerra Mundial estaba disminuyendo, lo hacía “lentamente” y sin garantías de un cambio real de actitud.
El informe también señalaba que la aparente apertura diplomática de Franco era más una estrategia de supervivencia que un viraje ideológico. Doce años después de su victoria en la Guerra Civil, el régimen seguía marcado por la represión, la tortura, los asesinatos y una corrupción que, según el documento, lo convertía en un socio poco fiable.
Los comunistas "salvaron" los acuerdos
A pesar de la advertencia de la CIA, la Guerra Fría y el interés estratégico de Estados Unidos por reforzar su posición en el Mediterráneo inclinaron finalmente la balanza. El pacto se firmó dos años después, bajo la presidencia de Dwight D. Eisenhower, y marcó el inicio de un deshielo en las relaciones internacionales de España. Es decir, que el miedo al comunismo se priorizó en Washington frente a los temores expuestos por los servicios de inteligencia estadounidenses.
La ayuda económica permitió paliar el hambre en muchas zonas rurales y urbanas, modernizar infraestructuras y sentar las bases del desarrollo económico de los años 60. Sin ese acuerdo, apuntan historiadores, el país habría tardado mucho más en eliminar la miseria generalizada, y el proceso de industrialización en regiones como Cataluña, Madrid o Euskadi se habría retrasado una década.
Un legado controvertido
Aunque los Pactos de Madrid fueron un salvavidas económico para el franquismo, también sellaron la integración de España en la órbita de Washington, legitimando internacionalmente a una dictadura que hasta entonces había estado marginada. El episodio revela cómo la geopolítica de la Guerra Fría pudo más que las consideraciones éticas y los informes que alertaban de la corrupción endémica del régimen.
Setenta años después, el informe de la CIA emerge como un testimonio incómodo: muestra que incluso quienes terminaron respaldando al régimen sabían perfectamente que lo hacían sobre un terreno plagado de irregularidades, represión y falta de transparencia.