Habrá más muertos

Aunque haya negacionistas del cambio climático, éste es una realidad y los fenómenos atmosféricos extremos recurrentes que se están produciendo en todo el mundo son la muestra de ello

31 de Octubre de 2024
Actualizado a la 13:11h
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DANA Valencia Habrá más muertos
Los equipos de emergencia rescatan a una persona de su domicilio inundado

Uno de los puntos sobre los que se cimenta el discurso de los movimientos antiglobalistas y de la extrema derecha mundial es el negacionismo del cambio climático. Incluso llegan a afirmar que lo que ellos denominan «agenda climática» supone un perjuicio para el ser humano porque va en contra de la libertad de las personas.

Donald Trump, el hombre que sacó unilateralmente a Estados Unidos de los Acuerdos de París, tiene como base de acción política el denominado Proyecto 2025, un manual de más de 900 páginas creado por la Heritage Foundation, un aquelarre ultra que, entre otras cosas, organiza la CPAC, la cumbre en la que se juntan los líderes políticos más reaccionarios del mundo. En ese documento es un manual del negacionismo climático y propone, entre otras cosas, desmantelar las leyes de protección a especies animales en peligro de extinción, desproteger zonas con protección ecológica especial, derogar las leyes de aire limpio y socavar las políticas de protección del medio ambiente.

Por otro lado, ese documento, que es la base del programa de Donald Trump, prioriza la utilización del petróleo y el carbón como elemento de generación energética o permitir las prospecciones en zonas de importante impacto medioambiental. Además, califican el cambio climático como una falsa amenaza y, en consecuencia, pretenden que, si Donald Trump llega a la Casa Blanca, se cierre la financiación a la investigación científica sobre el clima.  

Sin embargo, cuando se habla de cambio climático no se trata sólo del calentamiento global, que es incuestionable, sino que también está provocando fenómenos meteorológicos extremos en distintas partes del mundo. En España, la DANA ha impactado violentamente en Valencia y otras zonas del centro y el este de España, y es una consecuencia directa de ese cambio climático que algunos niegan.

Desde distintos ámbitos científicos se lleva alertando desde hace tiempo del incremento de esos fenómenos extremos. El pasado mes de septiembre, el Centro CICERO de Investigación Climática Internacional de Noruega advirtió en un durísimo informe de que más del 70% de la población mundial va a sufrir cambios drásticos en las condiciones meteorológicas si no se producía una reducción radical de las emisiones de gases invernadero.

El estudio, que fue publicado en la revista científica Nature Geoscience, demuestra cómo el calentamiento global se está combinando con las variaciones normales del tiempo para producir periodos con cambios radicales en las precipitaciones y las temperaturas.

Según la doctora Carley Iles, autora principal del informe, los científicos se centraron «en los cambios regionales, debido a su mayor relevancia para la experiencia de las personas y los ecosistemas en comparación con la media mundial, e identificamos las regiones que se prevé experimenten cambios sustanciales en las tasas de uno o más índices de fenómenos extremos en las próximas décadas».

En lo que respecta a la región mediterránea, donde se encuentra España, se experimentarán tasas de cambio «sostenidas y sin precedentes durante dos o más décadas».

«La única manera de hacer frente a esto es prepararse para una situación con una probabilidad mucho mayor de fenómenos extremos sin precedentes, ya en las próximas una o dos décadas", afirmó el doctor Bjørn H. Samset, del Centro CICERO.

Según la Comisión Europea, en muchas zonas se prevé que el cambio climático dé lugar a un aumento de las precipitaciones. Si se prolongan, habrá sobre todo inundaciones fluviales (desbordamiento de ríos), y los breves e intensos aguaceros darán lugar a inundaciones pluviales, tipo de inundación que se produce sin que se desborde ninguna masa de agua.

Las inundaciones fluviales son una catástrofe natural frecuente en Europa y que, junto con las tormentas, están provocando miles de muertes, desplazado a millones de personas y ocasionado enormes pérdidas económicas en las tres últimas décadas. En los próximos años, el cambio climático aumentará la frecuencia de las inundaciones en toda Europa.

Al aumentar las temperaturas, se prevén tormentas más frecuentes e intensas, y se verán más a menudo inundaciones repentinas, como las que se han producido en Valencia.

En algunas regiones, al disminuir las precipitaciones de nieve, habrá menos riesgo de inundaciones a principios de primavera, pero al aumentar en zonas montañosas el de inundaciones repentinas que desborden la red fluvial, esos efectos podrían verse anulados a medio plazo.

Por otro lado, la misma Comisión señala que, debido a unos patrones de precipitación menos previsibles y a una mayor intensidad de las tormentas, el cambio climático traerá consigo cambios importantes en cuanto al agua disponible en toda Europa. Habrá mayor escasez de agua, sobre todo en el sur y sureste del continente, mientras que en gran parte del continente habrá mayor riesgo de inundaciones. Los cambios resultantes afectarán a gran número de regiones terrestres y marítimas, y a toda clase de especies y entornos naturales.

Por otro lado, Naciones Unidas señala que una de las consecuencias del cambio climático es que las «tormentas destructivas se han vuelto más intensas y frecuentes en muchas regiones. A medida que se elevan las temperaturas se evapora mayor humedad, lo que causa inundaciones y precipitaciones extremas, provocando más tormentas destructivas. El calentamiento del océano también afecta a la frecuencia y magnitud de las tormentas tropicales. Los ciclones, huracanes y tifones se alimentan de las aguas templadas de la superficie del océano. Estas tormentas destruyen a menudo hogares y comunidades enteras, lo que provoca pérdidas ingentes en la economía y en vidas humanas».

Los últimos huracanes en Estados Unidos han mostrado una mayor virulencia respecto a otros años. Las DANA y los temporales se han recrudecido en España. No hay más que recordar, por ejemplo, lo sucedido el año pasado en Madrid y Castilla-La Mancha, por no mencionar los temporales en la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana en años anteriores.

En consecuencia, ahora ha sido la Comunidad Valenciana, pero mañana será en otra región de España. El cambio climático está ahí, se está produciendo la transición de El Niño a La Niña y, si antes ya era peligroso, ahora, con las condiciones climáticas actuales será mortal, por más que haya quienes sigan negando la evidencia.  

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