El líder del Partido Popular (PP) y aspirante a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, ha tenido que enfrentar una verdad incómoda tras los comicios, al admitir que el PP no ha logrado alcanzar sus "expectativas" en las elecciones generales. Aunque el partido ha ganado con 136 escaños y el 33,05% de los votos, la victoria ha sido empañada por la dura realidad de que el socialista Pedro Sánchez parece tener más opciones de conseguir la investidura si consigue la abstención de Junts.
Feijóo, lejos de aceptar la derrota con humildad, ha subrayado que el PP es el partido ganador y, por tanto, es su "responsabilidad" liderar las conversaciones para formar Gobierno. Pero sus palabras no dejan de ser vanas excusas, pues la realidad es que no ha logrado capitalizar el apoyo necesario para asegurar una posición sólida en el gobierno.
En un intento por proyectar una imagen de determinación, Feijóo ha declarado ante la Junta Directiva Nacional del PP que no renunciará a intentarlo. Sin embargo, aunque su discurso ha sido recibido con aplausos por parte de la plana mayor del partido,muestra más su apoyo por lealtad partidista que por confianza en su liderazgo.
En un intento por salvar la cara, Feijóo ha anunciado que ha abierto contactos con varias fuerzas políticas, entre ellas PNV, UPN, Vox y Coalición Canaria, para intentar formar un gobierno estable. Pero la habilidad de Feijóo para tejer alianzas políticas ni se conoce, ni se espera. La pasada noche PNV ya hizo declaraciones negando la mayor y aclarando que con pp y Vox, no.
La realidad es que Feijóo parece haber perdido el rumbo y su liderazgo ha quedado en tela de juicio. Aunque en la entrada de la reunión de la cúpula del PP varios 'barones' territoriales del PP han expresado su apoyo, la pregunta sobre su liderazgo no ha sido plenamente respondida, dejando un halo de duda sobre su capacidad para guiar al partido hacia un futuro político próspero.
Feijóo ha tratado de mantener las apariencias al hablar de "contactos" con distintas fuerzas políticas, pero su posición de debilidad es evidente. Si Pedro Sánchez no acepta el diálogo con el PP, que no lo hará,Feijóo ha afirmado que explorará todas las vías para evitar el bloqueo.
El líder del PP ha manifestado su preocupación de que el país se "balcanice", pero sus acciones y resultados indican que él mismo está contribuyendo a una fragmentación política y un bloqueo por su parte.
Feijóo se enfrenta a una realidad amarga tras las elecciones, con un liderazgo cuestionado y una incapacidad para capitalizar el apoyo necesario para formar un gobierno estable.