Jaque mate chino a Estados Unidos

08 de Febrero de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Globo Chino

Resulta absolutamente pueril la explicación de China de que los famosos globos espías chinos eran artilugios civiles dedicados a la exploración meteorológica que se alejaron de su ruta habitual y se desviaron algunos cuantos kilómetros hacia los Estados Unidos y América del Sur. Resulta creíble que se alejaran de su ruta habitual, ¡pero casi 12.000 kilómetros y sobrevolando bases militares norteamericanas con misiles balísticos!, vamos, ese ya no es un relato creíble para nadie y menos conociendo la idiosincrasia del régimen político-militar chino, donde en que hasta el más mínimo detalle no le escapa a la élite que lo conduce manu militari y todo responde a un escrupuloso orden dictado de arriba hacia abajo sin posibilidad de error. Cualquier error, en ese mundo ordenado y también siniestro, se paga con la muerte o con el ostracismo en vida en cualquier oscura mazmorra.

A estas tensiones a cuenta de los globos se les viene a unir la siempre presente, y me atrevería a decir permanente crisis abierta a cuenta de la isla “rebelde” de Taiwán, un país no reconocido por China y que aspira a anexionarse como parte irrenunciable de su territorio. Estados Unidos, que trata de proteger a Taiwán de las provocaciones chinas y de las aspiraciones de Beijing por anexionarlo por la fuerza a la primera de cambio, ya ha anunciado públicamente que defendería a la isla en caso de ser atacada por China y en los últimos meses ha multiplicado los gestos con Taipei para mostrarle su apoyo, polémica visita de Nancy Pelosi por medio, mientras hace pingües negocios vendiendo ingentes pertrechos militares a la misma. Los negocios son los negocios, tal cual.

El arte de la guerra y China

El segundo globo de esta nuevo episodio de crisis entre los Estados Unidos y China ha aparecido, y no casualmente, en América Latina, el continente donde el gigante asiático compite por su liderazgo con Washington y donde cada vez apuesta con más fuerza política y económica para arrebatarle el timón a los norteamericanos.

China ha revelado que ha encontrado una gran comprensión en todo el continente al paso de su famoso globo meteorológico, a diferencia de lo que ha ocurrido en los Estados Unidos, y que el mismo está atravesando una parte del continente sin que ningún país haya mostrado hostilidad alguna o haya habido siquiera protestas diplomáticas. Así actúa China, silenciosamente, primero provocando y viendo la reacción del atacado, y después, viendo la debilidad del enemigo, sigue con su estrategia hasta el final: imponiendo sus objetivos y sometiendo al adversario.

En definitiva, en China no rige la doctrina comunista, como piensan muchos en Occidente, sino una suerte de nacionalismo que vive de muchas de las tácticas del viejo general Sun Tzu, que vivió entre los siglos VI y V antes de Cristo, y autor de un libro fundamental para entender a China, El arte de la guerraNo hay nadie en el aparato comunista chino que no haya leído este libro fundamental y que, junto  a las obras de Mao Tse Tung, conforman el corpus ideológico del comunismo chino actual, más nacionalista que socialista.

Sun Tzu escribió que “el arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”, tal como trata de hacer ahora el presidente chino, Xi Jinping, con los Estados Unidos, y le pone a prueba con los famosos y desafiantes globos, con las maniobras militares en Taiwán, cada vez más provocadoras, y con su repugnante apoyo a la agresión de Rusia a Ucrania, un apoyo oportunista que no debería hacerle olvidar a Rusia que un futuro podría ser su más despiadado enemigo en caso de disputas territoriales. Xin Jinping sigue al pie de la letra la consigna de Sun Tzu de “conoce al adversario y sobre todo conócete a ti mismo y serás invencible”. Al presidente chino le da igual el resultado de la guerra de Ucrania y la suerte de este país, pero sabe que Rusia tras el conflicto saldrá más débil y pobre y China más fuerte y rica.

La guerra de Ucrania no es importante para China, ni siquiera un objetivo fundamental en su política exterior, sino un conflicto que le ha dado la ocasión de liderar un mundo en que estaba en juego la hegemonía global y que muy pocos actores tenían la posibilidad de jugar un papel protagónico en la nueva Guerra Fría. China, al contemplar la soledad de Rusia en la escena internacional y su debilidad económica tras la imposición de las sanciones, se erige en uno de los nuevos polos del poder global, en los que claramente se destacan sin más actores por medio los Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y el mismo gigante asiático. ¿Y el resto del mundo? El resto del mundo, señores, simplemente no cuentan más que como meros espectadores de la “fiesta”, incluida India, que algún día acabará pagando su desafección hacia los Estados Unidos, ¿quién sabe?, con un conflicto con su vecino y atómico Pakistán.

Entramos en una era incierta condicionada por un duelo cada vez más latente entre los Estados Unidos y China, donde los pequeños episodios y gestos de cada una de las partes tendrán una importancia más relevante de lo que aparentemente pueda parecer, como ocurre con este episodio no tan nimio de los famosos globos espías. China, que no da puntadas sin hilo, como se dice vulgarmente, ha querido medir hasta que punto están dispuestos a llegar los Estados Unidos ante sus nuevos desafíos y afrentas. ¿Si no  hicieron nada cuando sobrevolaban Taiwán y rodeaban la isla con sus buques por qué ahora iban a pasar a la acción ante unos inocentes globos meteorológicos? “Quien no tiene metas, es poco probable que las alcance”, pensaba Sun Tzu y también Xin Jinping. Y es que, tras esta “ingenua” acción china, hay un sutil jaque mate y, quizá, sin saberlo, el comienzo de una nueva era en las relaciones internacionales.

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