Libertad con responsabilidad: la fórmula para una democracia sostenible

25 de Abril de 2024
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Democracia

La democracia, ampliamente celebrada como el sistema político más justo y equitativo, se basa en principios de libertad, igualdad y soberanía popular. Sin embargo, no es un cheque en blanco para cualquier acción bajo el disfraz de libertad. Existen límites inherentes, diseñados para preservar el sistema mismo y proteger los derechos de todos los ciudadanos. En un momento en que las tensiones políticas suelen llevar a la polarización, es esencial recordar que la democracia requiere de un equilibrio cuidadoso entre la libertad de expresión y el respeto a la ley y al orden.

Principios y protecciones

En su núcleo, la democracia implica gobernar mediante el consenso y el respeto mutuo entre los gobernados. Esto no sólo presupone la participación activa de los ciudadanos en el proceso político, sino también el respeto por las leyes que ellos mismos han establecido a través de sus representantes electos. No todo vale en democracia porque las acciones que se toman en su nombre deben alinearse con los principios constitucionales y legales que sostienen el tejido social y político de una nación.

Libertad con responsabilidad

La libertad de expresión es un pilar de la democracia, pero no es ilimitada. Las incitaciones a la violencia, la difamación y el discurso de odio son ejemplos de expresiones que las democracias justamente regulan. Esto se debe a que tales actos pueden causar un daño real y palpable, erosionando las bases de una convivencia pacífica y respetuosa. Del mismo modo, la libertad de prensa es fundamental, pero debe ejercerse con una ética periodística rigurosa que evite la propagación de noticias falsas que puedan manipular la opinión pública o desestabilizar el orden democrático.

Los límites del poder

La separación de poderes es otro límite crítico en una democracia. Esta división asegura que ninguna rama del gobierno—ejecutiva, legislativa o judicial—pueda acumular tanto poder que supere o elimine a las otras. El abuso de poder, incluso si es ejercido bajo la afirmación de la mayoría, es una perversión de la democracia, ya que ignora los derechos de las minorías y de los individuos, quienes también merecen protección y voz en un sistema democrático.

Hacia una democracia sostenible

Para que una democracia sea sostenible, debe fomentar una cultura de debate y diálogo, no solo de confrontación. Debe buscar no solo la victoria de una parte sobre otra, sino la prosperidad compartida y el respeto mutuo entre todas las partes de la sociedad. Esto implica educación cívica, transparencia gubernamental y un compromiso inquebrantable con los derechos humanos y la justicia social.

En conclusión, la democracia es más robusta cuando opera dentro de los límites que protegen a todos sus ciudadanos y preservan el sistema mismo. No todo vale, y el desafío constante para las sociedades democráticas es equilibrar la libertad individual con la responsabilidad colectiva para asegurar un futuro justopara todos.

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