La Comunidad de Madrid se presenta como un modelo de gestión financiera independiente, ajena al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) creado en 2012 para rescatar a regiones sobreendeudadas. Sin embargo, esta independencia tiene un coste. A cierre del primer trimestre de 2024, Madrid acumulaba una deuda pública de 38.358 millones de euros, financiada íntegramente a través de bancos y emisiones de deuda, lo que le obliga a pagar más intereses que cualquier otra comunidad. Madrid nunca recurrió a este mecanismo estatal. Su deuda, aunque ajena al Estado, sigue siendo abultada y gravosa para sus arcas.
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La trampa de la independencia financiera
Desde 2012, bajo la presidencia de Isabel Díaz Ayuso, la Comunidad de Madrid optó por financiarse a través del mercado libre. Esto le ha permitido mantener una imagen de autonomía frente al Estado, pero con un precio elevado. Según datos del Banco de España, el 42,1% de esta deuda (11.566 millones de euros) está contraída con instituciones financieras, mientras que el 57,9% restante (22.192 millones) proviene de emisiones de deuda.
Esta estrategia ha supuesto un sobrecoste importante. Un informe de BBVA Research revela que Madrid pagó en 2022 un tipo de interés del 2,3%, frente al 1,4% de media del resto de comunidades. Esa diferencia se tradujo en un sobrecoste de 314 millones de euros solo en un año. Es decir, la independencia financiera madrileña cuesta cientos de millones en intereses que podrían haberse evitado con otras vías de financiación.
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El discurso de Ayuso frente a la realidad
Isabel Díaz Ayuso no ha dudado esta mañana en criticar la posible condonación de deudas de comunidades como Cataluña, calificando la propuesta del Gobierno de “tomadura de pelo”. “Las deudas no se condonan, las deudas se pagan”, sentenció en una entrevista en Cadena Cope. Sin embargo, esta defensa férrea de la responsabilidad financiera contrasta con la elevada carga de deuda de Madrid, que no se reduce, sino que sigue aumentando.
A finales de 2023, la deuda madrileña ascendía a 35.785 millones de euros. Apenas tres meses después, esta cifra se elevó hasta los 38.358 millones. Aunque Ayuso presume de no haber recurrido al FLA, la región es la que más intereses paga, debido precisamente a su estrategia de financiación.
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Comparación con otras comunidades
Madrid no es la única región que se mantiene al margen del FLA. El País Vasco y Navarra, al tener regímenes fiscales propios, también carecen de deuda con este fondo. Entre las comunidades del régimen común, Andalucía, Castilla y León, Canarias, Galicia y Asturias tampoco han solicitado financiación del FLA recientemente.
Sin embargo, la comparación con Cataluña y la Comunidad Valenciana, que en 2023 recibieron 22.579 y 18.573 millones de euros respectivamente del FLA, deja al descubierto un dato clave: aunque estas regiones dependen del Estado para financiarse, lo hacen a tipos de interés mucho más bajos. Madrid, al priorizar el mercado libre, paga más por cada euro prestado.
¿Independencia financiera o sobrecoste innecesario?
La narrativa de Ayuso, que defiende una gestión financiera “libre” del Estado, oculta el elevado coste que esta independencia supone. Aunque Madrid no tiene deudas directas con el Estado, sí arrastra una deuda pública creciente y costosa. Cada punto porcentual de interés adicional supone millones que podrían destinarse a servicios públicos.
Mientras el Gobierno central prepara una reunión para enero con las comunidades autónomas para abordar la quita de deuda, Ayuso se mantiene firme en su rechazo. Pero la pregunta persiste: ¿es sostenible la estrategia madrileña de financiarse al margen del Estado cuando eso implica pagar más intereses y asumir una deuda cada vez mayor?
En el tablero de la financiación autonómica, Madrid juega sola. Sin embargo, esa soledad tiene un precio que, al final, pagan sus ciudadanos.