La OTAN da largas a Ucrania

La OTAN advierte que Rusia se prepara para una guerra de larga duración y no se detectan avances políticos y diplomáticos para poner fin a la misma en un “verano caliente” para las ciudades ucranianas

04 de Agosto de 2025
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OTAN Rutte y Zelenski
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, junto al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski | Foto: OTAN

A pesar del innegable éxito de la operación Tela de Araña lanzada por el ejército ucraniano, en que un número indeterminado de naves rusas han sido destruidas, surgen muchas dudas sobre el curso que puede tomar la guerra en los próximos meses, sobre todo debido a la negativa del presidente ruso, Vladimir Putin, a continuar con las negociaciones cara a cara con Ucrania y la abierta simpatía del presidente norteamericano Donald Trump con su homologo ruso.

“La política rusa respecto a Ucrania lleva la impronta de Vladimir Putin. El presidente ruso no tiene ninguna intención de acabar la guerra, y no solo por codicia, necesita humillar a Ucrania y deseo de hacerla desaparecer del mapa, sino también por puro espíritu de supervivencia. Acabar la guerra es peligroso para Putin, y no solo por las numerosas dificultades para integrar las regiones conquistadas, sino también porque la paz supondría privar al régimen militarista ruso de su columna vertebral y el sentido de su existencia”, aseguraba con mucho tino la curtida periodista y experta en asuntos rusos Pilar Bonet en El País.

Así es, ciertamente, el régimen ruso necesita esta agresión, la presencia de un enemigo, aunque haya sido creado artificialmente, para legitimarse, encarcelar a sus detractores, cerrar los medios de comunicación críticos, ilegalizar todas las organizaciones y movimientos disidentes dentro de la maltrecha sociedad civil rusa y perseguir, en definitiva, todo atisbo de contestación. Sin esta guerra, Putin ya habría sido seguramente cuestionado en la sociedad rusa, incluso entre sus partidarios, y la misma es la que alimenta su deriva autoritaria, la que justifica la dialéctica amigo-enemigo y sustenta todas sus arbitrarias decisiones. 

Ofensiva rusa

Pero quizá en estos aciagos días, en que la ofensiva ucraniana parece detenida y ya reviste un carácter puramente defensivo, Putin ha cruzado el Rubicón.y ha ido más allá de sus pretensiones territoriales iniciales. Hasta ahora existía la idea de que Putin junto con Crimea se anexionaría los departamentos Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, una reclamación que ya había sido aceptada como algo inevitable por algunos socios europeos de la Unión Europea (UE) y la administración de Trump, pero en estos días el Ejército ruso ha anunciado que han entrado por primera vez los límites territoriales del departamento ucraniano de Dnipró, ampliando sus objetivos más allá de los cinco departamentos anexionados oficialmente -y constitucionalmente- por Putin en el año 2022.

Los frentes están atascados, en plena guerra de desgaste, pero no cabe duda que Rusia tiene la iniciativa en los campos de batalla y en el terreno diplomático. Solamente la presión norteamericana, más concretamente de Trump, hizo posible que se abriera una ronda negociadora entre ucranianos y rusos, pero ahora los canales están rotos y el único resultado sobre el terreno fueron dos intercambios de prisioneros entre ambos contendientes, poca cosa si tenemos en cuenta que el inquilino de la Casa Blanca había asegurado en pleno delirio electoral que resolvería el conflicto en “veinticuatro horas”. Putin ya no hace caso a Trump, ni a nadie, va por libre y continuará con su guerra tocando la lira como Nerón cuando ardía Roma. 

Mientras todo esto ocurre, los ataques aéreos se incrementan por parte de Rusia. La Fuerza Aérea Ucraniana informó que las fuerzas rusas lanzaron unos 150 drones en el mes de junio que fueron destruidos y no alcanzaron sus objetivos.También las autoridades ucranianas informaron que las fuerzas rusas atacaron las ciudades de Dnipro y Samara, en el departamento de Dnipropetrovsk, dañando instalaciones educativas y médicas. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha informado que las fuerzas rusas atacaron un tren de pasajeros en este mismo departamento, matando al menos a 17 personas e hiriendo  a otras 279 en la tercera semana de junio. Siguiendo con el recuento de ataques, los funcionarios ucranianos han asegurado que las fuerzas rusas también atacaron por vía aérea las ciudades de Járkov y Velykyi Bobryk, en la provincia de Suymy, y la estrategia rusa de ataques se centra en objetivos civiles, sobre todo comunicaciones e infraestructuras.

Malas noticias para Ucrania en la UE y en la OTAN

En lo que respecta a la UE, también hay malas noticias para Ucrania. La reciente victoria del ultranacionalista Karol Nawrocki, en las elecciones presidenciales polacas, celebradas el pasado domingo 2 de junio, significa un duro golpe para Ucrania. Nawrocki es un firme partidario de Trump y ya ha asegurado que “primero Polonia, después Estados Unidos, luego la UE y Ucrania”, en una clara advertencia de que el apoyo actual a este país en guerra está en entredicho y que incluso la ayuda militar podría ser cuestionada. Polonia no es un aliado más de Ucrania, sino que constituye junto con los tres países bálticos -Lituania, Letonia y Estonia- y Finlandia la primera línea de frente de la OTAN ante Rusia y han sido hasta ahora los mayores aliados en la escena internacional de Ucrania. 

Poco a poco, como vamos viendo, dentro de la UE comienzan a surgir grietas en el apoyo a la causa ucraniana y Moscú lo sabe, motivo por el cual, en su fortaleza política, pretende seguir ganando tiempo y dilatar el momento para unas negociaciones con Kiev. Junto con Hungría y Eslovaquia, los dos principales valedores de Putin en la escena europea, ahora se le podría unir Polonia. Las expectativas para Ucrania no son nada optimistas y el tiempo corre en su contra. 

Pese al apoyo retórico de la OTAN a Ucrania, en la reciente cumbre de esta organización celebrada en La Haya en la tercera semana de junio, el presidente ucraniano, Zelesnki, recibió otro jarro de agua fría cuando el presidente Trump rechazó cualquier mención adicional sobre la adhesión de Ucrania a la OTAN en la declaración final. Trump aún espera poner fin a la guerra de agresión de Rusia haciendo concesiones al líder del Kremlin, Putin. Una de ellas es que, a cambio de un alto el fuego, Ucrania tendría que renunciar temporalmente a su membresía en la OTAN. Corren malos tiempos para Ucrania, ¡atentos!

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