En el corazón de un sistema democrático, la justicia debería ser imparcial y eficiente, garantizando la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Sin embargo, tras el velo de la toga y el martillo de la justicia, se oculta un sistema precario que mina los cimientos de la justicia en España. La precariedad laboral se ha infiltrado el poder judicial, manifestándose de manera preocupante en la alta proporción de jueces sustitutos.
Según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cerca del 16% de los jueces y magistrados en España son sustitutos, es decir, no han accedido a través de oposiciones. Aunque originalmente concebida como una figura excepcional para cubrir ausencias temporales, la necesidad de estos sustitutos se ha vuelto una constante en determinadas áreas o territorios. Esto es algo que no favorece la independencia y la estabilidad que se espera de un sistema judicial sólido.
La Plataforma Judicatura Interina, conformada por estos jueces sustitutos, denuncia las condiciones precarias a las que se ven sometidos. A pesar de llevar a cabo las mismas funciones que los jueces titulares, enfrentan limitaciones en sus ingresos y derechos laborales. A menudo, estos jueces sustitutos se encuentran en una especie de limbo laboral, sin saber cuándo serán convocados para ejercer sus funciones y sin una remuneración constante.
La figura del juez sustituto debería ser una solución temporal, pero se ha transformado en una trampa laboral para muchos. Muchos de estos jueces sustitutos, con décadas de experiencia, enfrentan la incertidumbre y la inestabilidad en sus carreras. Uno de los aspectos más preocupantes es la falta de cotizaciones durante los periodos en los que no están ejerciendo, lo que afecta directamente a sus futuras pensiones y seguridad financiera.
La pregunta clave es: ¿por qué un sistema que depende de estos jueces sustitutos no se preocupa por su bienestar? Siendo colectivamente llamados "el más precario del poder judicial", estos profesionales están atrapados en un sistema que los explota y erosiona sus derechos laborales. La falta de estabilidad y la incertidumbre laboral no solo afectan su calidad de vida, sino que también erosionan la calidad de la justicia que se imparte en el país.
Aumento de jueces sustitutos en los últimos años
Es importante abordar esta cuestión desde su raíz. El Consejo General del Poder Judicial ha observado un aumento en el número de jueces sustitutos en los últimos años, lo que refleja un déficit estructural en la plantilla de la carrera judicial. La justicia interina no debería ser la norma, sino la excepción. Los principios fundamentales de independencia y estabilidad en la judicatura, establecidos en la Constitución, están en juego.
A pesar de los avances logrados por la Plataforma Judicatura Interina en sus negociaciones con el Ministerio de Justicia, la cuestión de la estabilidad económica sigue siendo una preocupación constante. Es esencial que el sistema judicial evolucione para garantizar que aquellos que imparten la justicia estén protegidos y respaldados adecuadamente en términos laborales.
La sociedad necesita una justicia sólida, independiente y confiable para su funcionamiento adecuado. La precariedad en el sistema judicial no solo perjudica a los propios jueces sustitutos, sino que también mina la confianza de los ciudadanos en la justicia de su país.