Sánchez no gana para palos

Por más que se hayan querido endulzar los datos del paro registrado, las cifras demuestran un mercado laboral catastrófico donde los parados de larga duración crecen sin parar

06 de Noviembre de 2024
Actualizado el 07 de noviembre
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Sánchez Interinos Temporalidad
Foto: Diario16+ con base de imágenes de Pixabay y Flickr

El gobierno de Pedro Sánchez y todos sus propagandistas han pretendido edulcorar las cifras del paro registrado publicadas ayer por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).

El mes de octubre ha destruido empleo, con un incremento de 26.769 personas desempleadas hasta alcanzar más de 2,6 millones de parados registrados. A pesar de que se trate de una subida inferior a la de 2023 y el paro interanual haya descendido en más de 150.000 personas, el gobierno de Pedro Sánchez tiene todavía la grandísima tarea de reforzar las estrategias de creación de empleo en sectores económicos distintos que no sea el de los servicios, porque en este ámbito es en el que se está creando empleo, pero también es el que lo destruye a la misma velocidad. Por tanto, un escenario de absoluta precariedad que el gobierno de Sánchez niega pero que está ahí. Lo dicen sus propios datos oficiales. Lo dicen sus propios datos oficiales.

La contratación se ha incrementado un 9,34 % en comparativa anual, aunque, según las cifras oficiales, la contratación acumulada ha caído en 35.843 contratos. Por tipo de contrato, los temporales suponen el 56,50% del total y la contratación indefinida se frena.

En consecuencia, el mercado de trabajo de la España de Sánchez está caracterizada por menos horas de trabajo, repartidas entre más gente y trabajo temporal. Esta es una de las muchas consecuencias de una reforma laboral «fake» que, como se indicó desde el primer momento, es la mayor estafa de la historia a la clase trabajadora.  

Otro elemento que revela la situación crítica en la que se encuentra el mercado de trabajo en la España de Sánchez es la subida del colectivo «sin empleo anterior», es decir, personas que no han accedido al mercado laboral o que llevan más de un año en paro, y que ya suponen cerca del 10% del total de parados.

Este es un dato que hay que tener muy en cuenta para determinar la salud de un sistema laboral. En la España de Sánchez se refleja refleja la complicada realidad de jóvenes y de los mayores de 45 años que tienen prácticamente cerradas las puertas para acceder o reengancharse al empleo.

Respecto al desempleo juvenil, los datos de paro registrado de octubre han vuelto a determinar un incremento cercano al 5%. Todo ello sin que al gobierno de Sánchez se le haya pasado por la cabeza plantear planes de empleo juvenil serios que, además, sirvan de elemento diferencial para retener el talento que cada mes se escapa por las fronteras porque en otros países con economías por debajo de la española sí que valoran a los españoles ofreciendo condiciones laborales y salariales dignas. En esta España de Sánchez sobra la propaganda y faltan los hechos.

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