Los trabajadores son víctimas de una gran estafa financiera

Las grandes corporaciones están gastando billones en estrategias de recompra de acciones y de subidas salariales para sus altos ejecutivos, mientras sus plantillas son masacradas con despidos colectivos, salarios bajos y peores condiciones laborales

03 de Septiembre de 2024
Actualizado el 14 de octubre
Guardar
Estafa Trabajadores
Un alto ejecutivo de una gran empresa | Foto: FreePik

Tras la pandemia de Covid-19, las grandes empresas están obteniendo beneficios récord que no se están trasladando al bienestar de sus trabajadores o a estrategias de generación de nuevos empleos. Más bien al contrario, los únicos beneficiarios de estas enormes ganancias están siendo los grandes accionistas (fondos y bancos de inversión) y los altos ejecutivos.

A todo esto se ha unido la estrategia prácticamente global por la que las corporaciones gastan más de 30% de sus beneficios en recompras de acciones. Este fenómeno es una de las mayores estafas que se han perpetrado sin que los gobiernos democráticos hayan movido un dedo para evitarlo.

Según un informe del Instituto del Ciencias Políticas (IPE, por sus siglas en inglés), titulado Exceso de Ejecutivos, las 100 empresas del S&P 500 con los salarios medios más bajos gastaron más de medio billón de dólares en recompras de acciones en los últimos cinco años. Casi la mitad de estas empresas gastaron más en esta maniobra financiera, que hace años era ilegal en muchos países, que en inversiones de capital vitales para la competitividad a largo plazo.

Las grandes empresas están obsesionadas por las recompras de acciones. Sin embargo, se trata de una estafa financiera que infla los salarios de los directores ejecutivos, pura y simplemente. Cuando las corporaciones recompran sus propias acciones, aumentan artificialmente los precios de éstas y el valor de la compensación basada en acciones que representa aproximadamente más del 65% del salario de los directores ejecutivos.

Una investigación de la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC) confirmó que los directores ejecutivos programan la venta de sus acciones personales para aprovechar el aumento de precios que sigue al anuncio de recompra.

El informe de ICE, al que Diario16+ ha tenido acceso, también analiza los gastos de las empresas que pagan salarios más bajos en materia de seguridad de jubilación de sus empleados. Una miseria en comparación con sus gastos de recompra de acciones.

En los últimos cinco años, las multinacionales con salarios más bajos gastaron nueve veces más en recompras de acciones que en contribuciones a planes de jubilación de los trabajadores. Muchas de estas empresas se jactan de sus «generosos» beneficios de contrapartida, pero ésta no tiene sentido para los trabajadores que ganan tan poco que no pueden permitirse el lujo de reservar nada para lo que deberían ser sus «años dorados».

Los directores ejecutivos de las principales corporaciones del mundo se centran en las ganancias inesperadas a corto plazo para ellos mismos y sus accionistas ricos, en lugar de en la prosperidad a largo plazo para sus trabajadores o sus empresas.

La codicia corporativa está convirtiendo en sangre, el sudor y las lágrimas de los trabajadores en recompras de acciones en Wall Street y salarios obscenos para los directores ejecutivos.

Hace cuarenta años, el salario de los directores ejecutivos de las grandes empresas era sólo unas 40 veces superior al de los trabajadores, no varios cientos de veces superior, como es habitual hoy en día. Y hace tan sólo 20 años, la mayoría de las grandes empresas gastaban muy poco en recompras de acciones.

Sin embargo, a pesar de una realidad tan dolorosa, la clase política no hace nada para enfrentarse a las grandes corporaciones. Más bien al contrario, se han convertido en los cómplices de esos altos ejecutivos. Ni la derecha, ni la izquierda, ni la extrema derecha tienen el valor suficiente para anteponer las necesidades de las clases medias y trabajadoras a la lujuria codiciosa de los directivos de esas grandes empresas. Más vale hacer anuncios grandilocuentes de crecimiento macroeconómico, que no se traslada al bienestar del pueblo, que garantizar la dignidad de la ciudadanía.  

Lo + leído