El memorándum de la Casa Blanca del 24 de octubre de 2024 sobre inteligencia artificial (IA) la declara como objeto y sujeto de Seguridad Nacional.
Por tanto, ahora es uno de los objetivos estratégicos del país, y la CIA, FBI, Pentágono y demás agencias gubernamentales tendrán la defensa del modelo de IA americana y sus empresas como objeto primordial de sus actividades, a cualquier precio.
La declaración enfatiza la urgencia de una regulación específica para IA en Estados Unidos, ahora considerada una cuestión de Seguridad Nacional. Esta decisión se alinea con la postura de la Unión Europea, que desde 2021 impulsa una legislación rigurosa en IA bajo el enfoque del Reglamento de IA, destacando su compromiso por regular aspectos éticos y de seguridad ante el potencial impacto social y económico de la IA.
El memorándum estadounidense apunta a tres objetivos principales:
- Seguridad nacional: Enfocado en el uso de IA para reforzar capacidades defensivas y anticipar amenazas, la IA es una prioridad estratégica que responde a la naturaleza global y compleja de la tecnología.
- Competitividad global: Impulsa la cooperación entre empresas y centros académicos para fortalecer la innovación y atraer talento de IA, lo que refuerza su influencia geopolítica en el sector. En otras palabras, si trabajas en el sector de la IA, tendrás visados express y nacionalidades express para convertirte en ciudadano USA.
- Estándares éticos: Reconoce la necesidad de un marco normativo claro, asegurando prácticas de privacidad y transparencia. Esta decisión refleja la influencia de la UE, que advirtió desde 2021 sobre los riesgos éticos y los posibles abusos de la IA sin regulación adecuada. Ya actualmente el Gobierno de USA está censurando contenidos de las IA, y al ser declarada objeto de Seguridad Nacional, podrá el ejecutivo hacer lo que le plazca, incluso sin control parlamentario, si llegase el caso.
El memorándum prioriza la seguridad de infraestructuras críticas, alineando esta directriz con prácticas ya en vigor en la UE. Esta protección abarca desde la ciberseguridad hasta el blindaje contra interferencias extranjeras. Además, la administración Biden busca liderar un modelo ético (americano) a nivel global, donde la IA se aplique dentro de valores democráticos, creando estándares replicables para que otros países también legislen contra posibles abusos.
La UE, pionera en abordar el impacto de la IA con el Reglamento de IA, ya había subrayado la necesidad de normas que priorizaran la ética, anticipando los desafíos de una tecnología sin regulaciones adecuadas. El problema va a surgir cuando la ética de unos choque con la estética de los otros.
Hay que recordar la guerra que plantearon las tecnológicas americanas y algunos gurús de la libertad de mercado, porque la Unión Europea legislara sobre el tema. Y hasta llegaron a negarse a implantar parte de sus productos en Europa, como herramienta de extorsión.
La declaración de seguridad nacional en IA por parte de Estados Unidos confirma el rol de la normativa europea como referencia a seguir. La iniciativa de la UE fue un paso en el sentido correcto para impulsar una IA responsable.
La administración Biden busca con esta regulación no solo fortalecer la posición de EE.UU. en IA, sino también proyectar su modelo global de seguridad y derechos humanos. Pero me parece que ni China ni Rusia, ni India, están por esa labor.