“Campos de cuarentena” y “Positivos trasladados en camiones militares”: La zona norte de Australia y sus medidas ante la nueva ola de contagios

Los militares estarían colaborando para trasladar a personas que no tienen facilidad para llegar a los centros hospitalarios donde se realizan pruebas masivas ante el brote detectado

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NT Chief Minister Michael Gunner addresses reporters after delivering the Northern Territory's 2021-22 budget to parliament in Darwin, Tuesday, May 4, 2021. (AAP Image/Aaron Bunch) NO ARCHIVING

Costaba creer que fuera cierto cuando ayer las redes sociales compartían esta información: «El ejército está transfiriendo casos y contactos positivos de Covid en los Territorios del Norte a los ‘Campos de Cuarentena’ en un camiones del ejército». Hoy ha sido el Coronel Baños, experto en geoestrategia quien se ha hecho eco de la noticia y la alarma que genera hace necesario conocer lo que está sucediendo en Australia y la información que han dado desde fuentes gubernamentales.

¿Qué debemos saber de esta información? ¿Cuáles son las medidas que se están tomando en Australia ante un brote detectado en la zona norte?

Binjari y Rockhole confinadas por un brote

El diario The Guardian explicaba el pasado domingo que las comunidades del norte, Binjari y Rockhole pasaban a confinamiento severo ante las predicciones de complicaciones del brote iniciado. Fueron detectados nueve casos en «la remota comunidad de Binjari» motivo por el cual se procedió a decretar su confinamiento y el de la localidad cercana, Rockhole para lo que fueron requeridos los servicios militares con el objetivo de «trasladar casos positivos y contactos cercanos».

El primer ministro del territorio norte, Michael Gunner, señaló el pasado domingo que había una mujer de 78 años ingresada en el Hospital Royal Darwin y los otros ocho casos se habían trasladado al «centro de cuarentena» de Howard Springs. Ante el riesgo de que los contagios se hayan podido extender a otras localidades, el gobierno ha anunciado medidas drásticas. El primer ministro hizo un llamamiento a la vacunación inmediata, especialmente en estas zonas donde la tasa de vacunación es baja.

El lunes se detectaron un total de 37 casos relacionados con el brote. Desde entonces son cuatro las personas ingresadas en el hospital, se han identificado a 423 contactos cercanos, y la región permanecerá totalmente cerrada hasta mañana miércoles mientras se esperan los resultados de más de 1.300 pruebas realizadas.

Zonas verdes, zonas rojas

Los viajeros no vacunados no podrán entrar en esta zona del país, debido al cambio de las normas fronterizas. Solamente se permitirán excepciones para personal esencial en los territorios donde el virus no esté presente, denominadas «zonas verdes», señala The Guardian.

Aquellas personas que estén completamente vacunadas, pero provengan de «zonas rojas» donde haya presencia del virus, podrán ponerse en cuarentena en sus casas durante siete días, pero deberán hacerse una prueba de antígenos nada más llegar y presentar un PCR negativo dentro del plazo de 72 horas. Además, deberán repetir la prueba cinco, ocho y 14 días después de salir de la cuarentena y permanecer en una zona de «alta vacunación» lejos de residencias de mayores.

La medida del confinamiento domiciliario para aquellas personas que provengan de «zonas rojas» finalizará en principio el 20 de diciembre. Es la fecha que se ha marcado como límite para conseguir vacunar al 80% de la población. Según apuntan los expertos del territorio, para poder cumplir con ello, habría que comenzar ahora mismo la vacunación.

Las medidas tomadas en esta zona del norte de Austria han sido criticadas por los expertos sanitarios de la zona, que han acusado al gobierno de haberles excluido en la toma de decisiones al respecto de este brote. El jefe de los servicios médicos de la zona, según recoge The Guardian, se encuentra frustrado «por tener que enterarse de decisiones clave a través de los medios de comunicación». Consideran además que las fechas que se están barajando para obtener el 80% de personas vacunadas no es realista, y no entienden por qué se toman estas medidas sin dar un margen de flexibildad.

Protestas en las calles

Miles de australianos participaron el pasado sábado en protestas convocadas en distintas ciudades del país contra las medidas anticovid y la obligatoriedad de la vacunación impuesta en algunos sectores específicos.

Protestas en contra de la vacunación a los niños, que fueron preparadas en una convocatoria global bajo el lema «protesta mundial para la libertad».

Australia tiene ahora mismo al 70% de su población vacunada contra la Covid-19 y comienza a exigir la vacunación obligatoria en sectores educativos o sanitarios. Aunque estas normas y su implementación no son las mismas en los distintos estados.

En las marchas también participaron los sindicatos en protesta de la exigencia para algunos sectores laborales de vacunación obligatoria, como el de la construcción.

Las autoridades australianas cerraron sus fronteras en marzo de 2020 permiten únicamente desde el pasado 1 de noviembre la entrada de personas australianas residentes permanentes vacunados en Sídney y Melborune sin necesidad de hacer cuarentena.

Colaboración militar

Ante el brote que afecta a la zona norte del país, el personal militar se ha desplegado para realizar pruebas masivas de la población en riesgo, donde los residentes no han podido acceder con facilidad a los centros sanitarios.

El personal militar esta «colaborando», según fuentes oficiales, para trasladar a las personas a realizarse los test y llevarles de vuelta a casa.

Se ha informado que las labores de los militares es única y exclusivamente de ayuda y colaboración a la ciudadanía, sin tener atribuida ninguna función de tipo policial.

6 COMENTARIOS

  1. Estamos asistiendo a la imposición y paulatina consolidación (dada la complacencia de una sociedad narcotizada por los mass-media) de un cierto tipo de neofascismo (hay que empezar a asumirlo y a decirlo) disfrazado de urgencia sanitaria (si dividimos el número de fallecidos atribuidos al covid y el total de positivos oficialmente confirmados nos encontramos, en España, por ejemplo, con una tasa de letalidad media del 0.017: ochenta y tantos mil entre algo más de cinco millones, sólo que parece que el rebaño no es ya capaz ni de pararse a hacer un simple cálculo). De modo que, dada la situación, sólo queda felicitar a alguien tan valiente como para no mirar para otro lado y hacer lo menos que se espera de quien publica noticias: plantear cuestiones, no leer la cartilla.

    Un saludo

  2. campos de concentración, el nuevo nazismo disfrazado de democracia amparandose en una alarma sanitaria sobre un «virus» que nadie a visto ni nadie es capaz de relacionar con la «enfermedad». Esto va a acabar mal, y lo saben, es lo que buscan. Desde luego yo lo tengo claro, antes de que llore mi madre llora la tuya, seguro, y me da igual lleves corbata, mono, uniforme, sotana o lo que sea. Van a conseguir que la violencia se apodere de las calles.

  3. Los contratos (cerrados con total opacidad, ya que el «mundo libre» de la UE funciona exactamente igual que el politburó soviético: desde un poder absolutamente centralizado) llegan, si no estoy equivocado, hasta finales del año que viene o principios del siguiente. Esto significa que, con las dosis apalabradas, hay que amortizar la inversión y ha pues lugar para una cuarta (próximo abril) y quinta dosis (noviembre del 22). Que yo sepa, en la historia del Estado moderno sólo la Alemania fascista (el tercer Reich) se arrogó el derecho de disponer de la integridad física de sus súbditos (siendo nuestro cuerpo la máxima expresión de nuestra individualidad). Hoy, en 2021, y aquí, en el reino de España, desde tardofascistas como Margallo a neoestalinistas baratos como Iglesias, no hay ya casi quien quede sin defender la obligatoriedad de unas «vacunas» de nuevo cuño, fármacos experimentales o «terapias génicas», como las ha llamado, abiertamente, el propio presidente de Bayer… ¿Están todos (políticos y periodistas) untados? Yo no lo creo. Creo que muchos sí, y que otros, sencillamente, se dejan arrastrar por la corriente de la irracionalidad, el pánico…, en fin, de esta cultura del miedo que siguen fomentando a todas (sigo diciendo: aun aceptando los datos oficiales, hablamos de un patógeno de letalidad 0.017). Pero una cosa es coaccionar y otra cristalizar las amenazas: en caso de forzar a una inoculación obligatoria, la catarata de demandas sería tal que muchos Estados se verían en jaque… No, en nuestra sociedad se aplica esa «coacción moral» de la que ya hablaba mi paisano Ricardo Mella hace un siglo. Sólo que hoy se cuenta para ello con el altavoz de unos medios de comunicación omnipresentes (lo que habría dado Goebbels por algo así). De modo que, aquéllos que no estamos dispuestos a ceder, debemos resistir con la fuerza moral que proporciona el haberse planteado cuestiones, el haber investigado, el no haber perdido una visión perspectiva de esta deriva alucinada, de este nuevo Medievo, Medievo tecnológico, en que ha entrado la sociedad.

  4. Perdón por las erratas (… a todas «horas»… visión «en» perspectiva…) Cosas de escribir deprisa y con el sol en los ojos (tecleo frente al mar abierto, en el Atlántico).

  5. Sin duda nos está quedando una democracia la mar de fascista, da igual dónde lo leas, sí gobierna izquierda, centro o derecha, tengas el color de piel amarillo, negro o blanco.
    Bienvenidos a 1984, tan sólo llegamos un poco más tarde.

  6. Cuidado con las noticias que se dan de pïses lejanos. Yo vivo en Australia. Si es cierta la información – que no me sorprende -, se basa en el Territorio del Norte, en ls comunidades aborígenes aisladas.

    Más que un fascismo vinculado al covid, lo que la noticia revela es la continuación del colonialismo blanco. En muchas de esas comunidades, la intervención del estado por la fuerza no es una novedad, sino la norma.

    Las condiciones de vida impuestas a los residentes son en casos peores que en algunos de los paises más pobres.

    Libertad, para muchos aborígenes australianos, no ha existido desde 1788, cuando los ingleses invadieron el continente.

    No confundamos el síntoma (racismo, colonialismo) con el problema.

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