El Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) ha aprobado la condonación parcial de la deuda de las comunidades autónomas, una medida que el Gobierno defiende como una solución para aliviar las finanzas de los territorios de régimen común. Sin embargo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha advertido que sin condiciones estrictas, esta decisión podría incentivar el endeudamiento irresponsable en el futuro.
La presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, que participó en la reunión del CPFF, ha subrayado que la condonación de deuda debe estar acompañada de mecanismos de control fiscal para evitar riesgos de "azar moral". Este término económico hace referencia a la posibilidad de que las autonomías, al recibir esta quita, continúen acumulando déficit confiando en futuras condonaciones. “No tiene sentido hacer una condonación de deuda si no se garantiza que no se seguirá acumulando déficit por encima de lo permitido”, insistió Herrero.
83.000 millones en juego y una reforma pendiente
El Ministerio de Hacienda plantea una quita de 83.252 millones de euros, una cifra considerable que supone un alivio inmediato para las comunidades más endeudadas. No obstante, la AIReF ha insistido en que este movimiento debe ir acompañado de una reforma integral del sistema de financiación autonómica, caducado desde 2014. Según la institución fiscal, la ausencia de una reestructuración del modelo actual ha contribuido a que los mecanismos de liquidez creados durante la crisis de 2008, que debían ser temporales, se hayan convertido en permanentes.
Para la AIReF, la quita es solo un parche si no se garantiza que las autonomías puedan volver a financiarse en los mercados sin depender del Estado. “Los mecanismos extraordinarios de financiación no pueden convertirse en la norma. Es esencial recuperar la disciplina fiscal y la independencia financiera de las comunidades”, señalan en su informe.
Críticas a los criterios de distribución
Uno de los puntos que más ha cuestionado la AIReF es el criterio escogido por Hacienda para determinar cuánta deuda se condona a cada comunidad. En particular, critica que se haya premiado a las autonomías que no redujeron el IRPF, dejando en peor posición a aquellas que optaron por rebajas fiscales para atraer inversión y actividad económica.
Según la AIReF, el gasto computable sería una mejor variable para determinar el esfuerzo realizado por cada comunidad, ya que refleja tanto la contención del gasto como el mantenimiento de ingresos. “La gestión responsable del gasto debe ser un factor clave a la hora de establecer los criterios de condonación”, recalca el informe.
El impacto en las cuentas públicas
Desde el punto de vista contable, la condonación de la deuda se reflejará como una transferencia de capital del Estado a las comunidades autónomas. Esto significa que, en el ejercicio en el que se produzca la quita, se registrará un aumento de ingresos para las autonomías y un incremento equivalente del gasto en la Administración Central. En total, esta operación supondrá un impacto de 83.000 millones en las cuentas públicas.
La AIReF también alerta sobre el uso que puedan dar las comunidades al ahorro en intereses derivado de la condonación. Si bien este ahorro reducirá el déficit autonómico, no aumentará el margen de gasto en otras políticas públicas, ya que los intereses no se incluyen en el cálculo de la regla de gasto.
Una división política evidente
El plan de Hacienda ha desatado un fuerte enfrentamiento político. Mientras que las comunidades gobernadas por el PSOE (Castilla-La Mancha, Asturias y la Generalitat) respaldan la medida, los territorios del PP la rechazan frontalmente, alegando que favorece a regiones con mayor endeudamiento histórico. De hecho, los consejeros populares denuncian que el modelo de quita se ha diseñado bajo presión de ERC para beneficiar a Cataluña.
El Gobierno, por su parte, insiste en que esta medida busca corregir desigualdades en el acceso a la financiación y dotar de estabilidad a las cuentas autonómicas. No obstante, la AIReF mantiene que la clave está en acompañar la condonación con una reforma estructural de la financiación autonómica y un control estricto de los gastos futuros.
Conclusión: un paso arriesgado sin garantías claras
La AIReF respalda la condonación de la deuda como herramienta para aliviar las finanzas autonómicas, pero advierte que sin condiciones fiscales estrictas se corre el riesgo de perpetuar los problemas estructurales del modelo de financiación. La clave, según la institución, está en garantizar que las comunidades autónomas no sigan acumulando deuda de manera irresponsable y que la quita no se convierta en un incentivo perverso para la falta de disciplina fiscal.
Sin una reforma profunda del sistema de financiación y una supervisión rigurosa, la condonación de 83.000 millones podría ser solo un parche temporal en un problema que necesita soluciones de largo plazo.